Esta vez en La Factoría del Ritmo nos acercamos a la música de una artista que está en las antípodas de la gran mayoría de propuestas que os solemos mostrar.
Jocelyne Jocya tiene poco que ver con la rebeldía del punk, la dureza del metal o la espontaneidad callejera del Hip Hop. Ella tiene una voz excepcional y su carrera se ha basado en dotar de grandeza a las canciones que hacía suyas con su interpretación, pero que eran compuestas por otras personas. Algo habitual en muchos tipos de música, aunque poco común en las músicas de las que solemos hablar en esta publicación.
Si nos acercamos a la música de Jocelyne es porque su voz es realmente preciosa y dota de una magia especial y personal a las canciones. Además sus cuarenta años de carrera son toda una garantía.
Esta cantante nació en Francia en la década de los 40 y pronto destacó por su privilegiada voz. En plena adolescencia actuó en Inglaterra, Canadá y Estados Unidos. Pero tuvo la suficiente inteligencia para tomarse las cosas con calma y tras esta inicial etapa de éxito, centrarse en prepararse para ser una artista bien preparada: canto, dicción, idiomas… algo parecido a lo de Operación Triunfo, pero aquella vez en serio y sin el soporte mediático televisivo que disfraza cualquier banalidad de oro.
Cuando tiempo después toma su nombre artístico (su verdadero nombre es Jocelyne Taulere) e inicia su auténtica carrera comienza con buen pie, representando a Francia en un festival en Moscú y después, en su país, ganando un importante concurso en el excepcional escenario del L’Olympia de París.
Este premio le facilita su primer contrato discográfico y sus primeras giras internacionales. Una voz elegante, bonita, que llevará la canción francesa a muchas partes del mundo con dulzura y sensibilidad.
En los años 60 ya tiene su nombre afianzado en el circuito artístico e inicia un giró artístico asentando su residencia en Londres y asaltando el mercado anglosajón con varios discos en inglés.
Sus actuaciones en Estados Unidos cada vez son más frecuentes y en 1970 fija su residencia en Nueva York. Allí comienza una fructífera serie de discos alternados con su participación en espectáculos de corte francés que logran un gran éxito de público.
Su vida artística continúa en esta línea durante la década los años 70 y a principios de los 80 se traslada a California e inaugura un local, “La rose tattoo”, donde se recoge el espíritu del cabaret parisino y se realizan frecuentes actuaciones, donde las más importantes están protagonizadas por Jocelyne Jocya. El éxito de esos espectáculos le dan la oportunidad de volver a Europa y volver a actuar en diversas ciudades del continente.
En el año 88 se implica en la ayuda a la infancia con la creación de la fundación FDRC ( Foundation for the Declaration of the Rights of Childrens) y desde entonces realiza galas y parte de sus ingresos regulares los destina al soporte de la organización, además de realizar trabajos para la misma de forma personal.
Al poco tiempo sufre una grave enfermedad, se le diagnostica un cáncer, y se ve alejada durante un largo tiempo de los escenarios. Cuando se produce su lenta recuperación decide dosificarse en algunas grabaciones y también en galas de carácter excepcional y casi siempre vinculadas a recaudar fondos para la fundación FDRC.
Así transcurren los años 90 y el inicio del siglo XXI hasta que a finales del año pasado se publica su más reciente disco: “French Feelings”, una colección de canciones donde Jocelyne hace suyas composiciones clásicas como “La vie en rose”, “Natural woman” o “Ne me quite pass”. Ese trabajo la cantante francesa aborda el jazz, el soul, la bossanova, la música disco y la canción francesa con un enfoque contemporaneo, pero sin caer en modas efímeras: con elegancia, sutileza y mucho sentimiento. Una gran voz cantando trece buenas canciones.
Artículo: F-MHop.
(Fecha de la publicación: 03/04/2003)
Be the first to comment