¡Toma New York Hardcore metalero!.
En las primeras escuchas ya vi que lo que se traía entre manos esta cuadrilla era algo grande, y a medida que voy escuchando el disco descubro más y más cosas que me hacen disfrutarlo en mayor medida. Lo fundamental es que siguen sonando Hardcore a pesar de que están muy metalizados, creo que esto es algo que tiene mucho que ver con la enorme agresividad que desprenden desde un estilo que no resulta básico o monótono en ningún instante pero que tampoco pierde sus raíces. Afortunadamente entienden el concepto de cambio de tempo que a muchos parece escapárseles, hay muchas partes mosh pero su sonido no está basado en ellas (van mucho más allá que la mayoría) y si el tema pide velocidad no dudan en aplicarla, lo cual, unido a una notable dósis de técnica, les capacita para componer temas que les sitúan a años luz del pelotón del New School.
Hay mucho mediocre suelto por ahí, así que si no queréis arriesgar vuestra pasta para luego llevaros un palo os recomiendo que le deis una oportunidad a estos neoyorquinos. Confiad en ellos y acertaréis.
Comentario por: Jorge X.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 8 (sección: Discos, Internacional).
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