El libro “Ska en España – La vida no se detiene”, hace un repaso a toda la historia del Ska en nuestro país, un género musical que no todos reconocen, pero que casi todos han disfrutado y ¡hasta bailado!
El Ska es un género musical nacido en Jamaica a finales de los años 50 y que poco más tarde comenzó a expandirse progresivamente por todo el mundo, seduciendo a músicos de muy diverso pelaje e inspirando movimientos y escenas musicales en distintos lugares.
En España hubo una tímida introducción del género en los años 60, si bien un par de décadas más tarde fue cuando entró con fuerza, influenciando al Rock Radical Vasco, por una parte, y por otra a músicos que amaban al Ska en toda su extensión y profundidad, volcándose en llevar al escenario, y registrar en disco, canciones con su desbordante energía y optimismo.
Desde entonces grupos como Banana Boats, Dr. Calypso, The Pepper Pots, Los Malarians o Los Granadians, lo han practicado con gran fortuna artística e irregular respuesta del público.
También otros grupos, más próximos a una visión combativa del rock, lo han integrado en sus repertorios, con gran aceptación por parte de sus seguidores: Boikot, Ska-P, Agua Bendita, Decibelios, Obrint Pas o Skalariak.
Gonzalo Fernández Monte y Jaime Bajo González son los autores del libro “Ska en España – La vida no se detiene”, una obra en la que analizan de forma muy detallada toda la evolución del género en España. Un estudio llamado a ser una referencia fundamental para todos los seguidores del Ska y un punto a partir del cual analizar su evolución en los próximos años.
Los dos autores tenéis dos perfiles inicialmente muy distintos: un apasionado del Ska y un investigador que decidió dedicar su doctorado al Ska. Gonzalo, ¿qué te llevó a dedicar tu doctorado a este género musical? ¿Tenías alguna relación previa con él?
Gonzalo: Conocí el ska a través de unos amigos, hacia el 2000, poco antes de empezar mis estudios de Musicología. Me despertó curiosidad tanto en su faceta musical como histórica, y empecé a indagar un poco en el género aprovechando trabajos de clase. Me fascinaba todo lo que averiguaba, y en seguida me percaté de que había una preocupante laguna informativa en torno al ska, tanto en el terreno académico como en el de la gran difusión. Mis profesores (en especial la Dra. Victoria Eli, que fue después una de mis directoras de tesis) apoyaron la idea de llevar a cabo un trabajo de investigación mayor, y comencé el doctorado ya con un proyecto claro de análisis de la historia del ska en España.
Jaime, además de oyente entusiasta del Ska eres un activista, que realizó el fanzine “Rough & Tough”, formas parte de los impulsores de la Asociación Cultural Reggae y has colaborado con diversos medios… ¿Qué te atrajo inicialmente del Ska?
Jaime: La música jamaicana en general, y el ska en particular, tienen una serie de alicientes que logran que no solo te dediques a escucharlos (lo que no me creo con derecho a criticar en absoluto), sino que te impliques a nivel personal, desde una perspectiva más o menos militante: es una música con un amplio bagaje cultural detrás (Jamaica es un país apasionante del que nunca dejas de aprender), muy reivindicativa desde el punto de vista sociopolítico (con inevitables vínculos hacia el antirracismo y el antifascismo), muy rítmica y bailable, emparentada con el rhythm´n´blues, el jazz o el soul. Fue en la época en la que escuchaba rock urbano (1996-1997) cuando comencé a alternar con bandas de ska (y a publicar con posterioridad, en 1999, el skazine Rough & Tough que mencionas, del que además apareció un recopilatorio con el sello Liquidator en 2001), y desde entonces me atrapó hasta prácticamente obsesionarme con conocerla en profundidad.
Hay varias formas de orientar un libro sobre un género musical y en vuestro caso lo habéis hecho de una manera poco habitual. Al margen de los capítulos introductorios, habéis optado por ofrecer un “diario” sobre los acontecimientos del Ska en España, lanzamientos discográficos y conciertos, que se han ido sucediendo desde su llegada inicial hasta la actualidad… ¿Por qué esta orientación? ¿Barajasteis un planteamiento más estándar, con explicaciones de las líneas generales y apartados para cada banda?
G: Había varios enfoques posibles. El resultado proviene de nuestro interés por: 1) facilitar la difusión de la historia del ska en España aportando una visión global, correctamente documentada y de interés para todo tipo de lectores; y 2) sacar a la luz toda la información recopilada durante años en medios perecederos y, por tanto, condenada a la extinción y de difícil acceso. Finalmente el formato de “diario” o crónica se impuso a otros como el biográfico, el analítico o el crítico, que también fueron contemplados en nuestros primeros esbozos del libro.
J: De hecho, el planteamiento inicial se ha ido moldeando bastante conforme avanzábamos en el proceso de creación del libro. Se podría decir que ha sido el libro el que nos ha ido marcando las pautas de cómo debía ser en lugar de imponerle nosotros nuestro planteamiento originario. No queríamos que se ciñera a los cánones de un libro así: nos planteamos que debía de ser una obra con un enfoque histórico-sociológico que tuviera un hilo argumental que permitiera leerse del tirón o seleccionando capítulos concretos a conveniencia del lector.
El planteamiento que habéis hecho debe haber sido muy exigente en lo relativo a documentación, para no dejarse ningún acontecimiento fuera… Dado que además explicáis que apenas hay bibliografía “comercial”, sino que la mayor parte del conocimiento está en fanzines y en el recuerdo de los aficionados… ¿Cómo habéis logrado recopilar toda esa información? ¿Habéis conseguido reunir una “biblioteca” inmensa sobre el género en España?
J: En mi caso, desde que me golpeó fuerte esta fiebre por el ska, he sido un enfermizo coleccionista de discos, libros, fanzines, pegatinas, entradas de conciertos, camisetas, posters, carteles, flyers, etc. Me frustraba enormemente quedarme sin alguna referencia de lo publicado en nuestro país. Toda esa documentación que he ido atesorando (porque para mí representaba un verdadero tesoro, una joya a conservar como oro en paño), sumada a la inestimable ayuda prestada por otros expertos en la materia, al registro de periódicos, portales web y listas de correo-e, y a la labor de digitalización e indexación del archivo llevada a cabo por Gonzalo, ha hecho que, aunque intensa y laboriosa, fuera una tarea agradecida la de documentar los 50 años de la historia de un género que había desarrollado un recorrido histórico que necesitaba ser contado.
G: Para dar una idea del trabajo al que nos hemos enfrentado, ya solo en lo que se refiere a fanzines llegamos a revisar más de 170 ejemplares (unas 6500 páginas en total), que habría sido imposible reunir de no ser por el celo con que fueron guardados a lo largo de los años por Jaime y también por Xavi Guillamón y David Vilches, quienes facilitaron la mayoría de documentos de este tipo.
También habéis asumido el riesgo de que algún evento de la misma relevancia de los que citáis pueda haber quedado olvidado en el contenido del libro… ¿Alguien os ha reclamado la presencia de algún festival o alguna edición discográfica que no se haya incluido?
J: Pese a que hemos tratado de ser exhaustivos en nuestra labor de documentación, asumíamos que existía la posibilidad de cometer errores o ignorar datos que hubieran merecido aparecer en el libro. Naturalmente, algunas personas y colectivos nos los han ido haciendo saber conforme se aproximaban al libro. Debo admitir públicamente que no ha habido mala fe en ello, y que, de haberlos conocido con antelación, habrían sido publicados en el libro. En cualquier caso, esperar para incluir todo y que nada quedase en el olvido (que, repito, no ha sido deliberado) quizá hubiera representado que el libro jamás hubiera llegado a editarse. Situándolo en una balanza, creo que ha compensado tener el libro editado pese a dichas omisiones involuntarias.
G: En repetidas ocasiones hemos animado a nuestros lectores (muchos de ellos implicados activamente en la difusión del ska) a que continúen con esta labor publicando información que a nosotros se nos haya escapado y aportando su propia visión del fenómeno. Nuestro trabajo constituye una base informativa anteriormente inédita, pero por supuesto no representa el único enfoque posible ni está completo al 100% (esta nunca fue nuestra intención).
En el libro incluís alguna referencia relativa a peleas producidas en algunos conciertos, entre Skinheads fascistas y otros aficionados al género… Dado que no es fácil para el público entender la diferencia entre los Skinheads afines al SHARP y los identificados con la ultraderecha… ¿Podéis explicar brevemente para nuestros lectores esas diferencias?
J: Aunque estéticamente puedan hallarse ciertas similitudes entre ambos, el movimiento skinhead antirracista, claro impulsor de la escena skatalítica a escala global a través de las distintas secciones de S.H.A.R.P. (skinheads contra los prejuicios raciales), bebe estéticamente del encuentro y confluencia entre la juventud jamaicana migrada a Reino Unido en los 60 y los autóctonos hard mods evolucionados hacia una estética más identificada con la clase trabajadora, entre los cuales se producía una armónica convivencia. Creo que debemos denunciar la indebida apropiación que ciertos personajes de la extrema derecha han hecho de la estética skinhead a raíz de la capitalización política que se trató de hacer en Reino Unido a finales de los 70 e inicios de los 80.
Aunque he leído información sobre el surgimiento de la deriva ultraderechista en el Reino Unido, como una escisión del movimiento Skinhead original, siempre me he preguntado cómo encajan en su imaginario que tengan sus orígenes, aunque a estas alturas remoto, en un movimiento surgido en la población negra de Jamaica. ¿Sabéis como racionalizan ese hecho? ¿El Ska sigue siendo un referente para ellos?
J: Exceptuando ciertos episodios puntuales de los que dejamos constancia en el libro (como aquella actuación en la que The Deltones se negaron a actuar junto a Bad Manners por hallarse entre el público personajes de la extrema derecha –como así figuraba en su contrato-, o aquella controversia que alejó a Decibelios del ska y el oi! aproximándolos hacia el rock duro), lo cierto es que los boneheads (skinheads de derechas) jamás han encontrado un aliciente en el ska, y, aunque me consta que algunos lo escuchan y disfrutan en la intimidad de sus círculos de afinidad (lo que es ciertamente incoherente, pues el mensaje es netamente antirracista y antifascista y se ve claramente influido por el ska tradicional jamaicano perpetrado por personas de tez negra o mestiza), su presencia en conciertos o su apoyo a la escena ha sido, afortundamente, inexistente. “Neither red nor racista” (ni rojos ni racistas), como clamaba el famoso lema de S.H.A.R.P.
G: Esta cuestión entraña una complejidad social y cultural importante. Si algún lector desea profundizar en ella puede consultar el apartado 3.2 de mi trabajo de tesis (disponible online en http://eprints.ucm.es/17426/1/T34076.pdf), donde la expongo en líneas generales y cito bibliografía de referencia.
En el libro citáis infinidad de bandas, incluidas las que fueron pioneras en los años 60 introduciendo el ska en España por primera vez. Es muy posible que los discos de esos grupos sean muy difíciles de conseguir. ¿Habéis tenido la oportunidad de escuchar esos primeros discos? ¿Es posible conseguirlos de alguna manera?
G: Por supuesto, prácticamente todos los trabajos discográficos que citamos en el libro han pasado en algún momento por nuestros oídos. En concreto el repertorio de los 60 fue analizado con detalle para la tesis debido a su importancia histórica. Pudimos acceder a él, de nuevo, gracias a la labor de apasionados del género que se han pasado largo tiempo escarbando con paciencia en tiendas de discos de segunda mano. En este aspecto se agradece especialmente la aportación de Miquel Minguet, implacable fan valenciano del ska-yeyé.
J: Como buenos rastreadores de vinilo, hemos podido acceder a buena parte de este legado, que conservamos con mimo en nuestras colecciones particulares. Para acceder a él hay que armarse de paciencia y valor, ser disciplinados en la búsqueda y persistentes, no darse nunca por vencidos. Pero, para quien no pueda permitírselo (algunas de estas piezas alcanzan, por su rareza, precios desorbitados), siempre puede echar mano de recopilatorios tan valiosos como “Skanish Sound” (Vampisoul, 2012).
El Ska en España ha tenido canciones de gran éxito, aunque la mayoría del público no la identifique con este término, ni conozca todo lo que hay detrás de esta cultura… ¿Está condenado el Ska en España a permanecer en el underground? ¿Aportaría algo positivo a la cultura Ska que el gran público la conociera más?
G: Ciertamente el ska es una música -y un fenómeno cultural- que por alguna razón ha experimentado grandes dificultades para escapar del plano underground, no solo en España. Y, sin embargo, cuando lo ha conseguido ha sido de forma flamante: más de una vez el ska (en distintas variantes y épocas) se ha puesto de moda y más de una canción de ska ha alcanzado la cima en las listas de éxitos de diversos países. Es una de las contradicciones que dan vida a su historia y la hacen irresistible. No sé si en España el ska llegará algún día a ocupar un espacio más digno del plano mainstream, aunque en mi opinión su gran oportunidad para hacerlo quedó atrás en los años de cambio de siglo. Pero nunca se sabe. Desde luego, acercar su historia al gran público, como lo que hemos pretendido con este libro, solo puede hacer bien en este sentido.
J: En el seno de la escena ska global siempre se ha suscitado este debate interno del mainstream vs. underground, viéndose con cierto recelo desde la perspectiva más militante a aquellas bandas que han logrado trascender su reducto para verse abrazadas por un público más masivo, como en los casos paradigmáticos de Ska-p, Betagarri o Skalariak. Hemos evitado abordar este debate en el libro por varios motivos: problemas de espacio, por la complejidad que entraña el asunto (que probablemente daría para otra monografía “ad hoc”), y porque tomamos nuestro libro no como meta, sino como punto de partida que suscite nuevas obras o debates más o menos relacionados con él. En lo que a mí respecta, como militante activo de esa escena ahora prácticamente inexistente, creo que nos hemos hecho un flaco favor restringiendo el ska a ciertos ámbitos y no ampliando horizontes o haciéndoselo llegar a otro público. Siendo franco: nos hemos terminado cavando nuestra propia tumba.
En el libro se aprecia el relevo entre los fanzines y los “webzines”, como publicaciones que iban reflejando la actualidad del Ska en España… ¿Cuáles son los medios de referencia fundamentales en la actualidad?
J: Sí, es cierto que con la llegada de los dosmiles, y la aparición de portales como Boss-Sounds.org o Reggae-News.net (ahora Reggae.es), listas de correo-e (UpBeat), foros (Manerasdevivir.com, Skalactika, Skandaloenlasondas…), blogs especializados y demás, la labor de los fanzines se ha visto mermada (aunque me consta que aún siguen editándose). Tras el cierre de Boss-Sounds.org y la progresiva pérdida de actividad de algunos foros, la presencia de los activistas e interesados en el ska se ha ido atomizando, y en la actualidad no existen referentes claros en este sentido. Tratamos de paliarlo desde la humildad manteniendo la página del libro en Facebook (https://www.facebook.com/SkaenEspana/) como remedo de confluencia e intercambio en las redes sociales.
¿Qué ha sido para vosotros lo mejor de escribir y publicar “Ska en España – La vida no se detiene”?
J: Lo mejor ha sido ver plasmado un sueño que yo ya me planteé en el año 2000, aunque, como es natural, entonces no pude llevarlo a cabo por diversos motivos (no tenía las vivencias y conocimientos actuales, escribía bastante peor…). Conocernos en 2005 a través de la lista de correo-e de UpBeat, trabar amistad y saber que, pese a nuestras diferencias en personalidad y aproximación al ska, podemos trabajar juntos para lograr objetivos importantes (como la tesis doctoral de Gonzalo o el propio libro, amén de bastantes artículos que hemos ido publicando), es algo ciertamente gratificante.
G: Para mí la publicación del libro supone la materialización de un esfuerzo prolongado durante 10 años en que luchas constantemente con la incertidumbre de hasta dónde llegará tu investigación y si realmente servirá para algo (más allá de la obtención de un título). La ilusión con que Jaime y muchas otras personas han respondido a este trabajo y lo han apoyado es la confirmación de que ha llegado a buen puerto. Saber que nuestro libro aporta información y conocimiento nuevo a la cultura es para mí algo impagable.
¿Estáis involucrados actualmente en otros proyectos culturales que puedan interesar a lectores que hayan sentido interés por este libro?
J: Bueno, en mi caso, jamás he dejado de estar involucrado en el periodismo musical; en la actualidad colaboro de forma activa en el portal Cannabis.es, la revista Enlace Funk, el boletín Do the reggae! o, de forma más ocasional en los periódicos Diagonal y Hortaleza Periódico Vecinal. Si te refieres a la publicación de futuros libros, por supuesto que tengo ideas en mente que estoy deseando materializar, aunque, al igual que ha ocurrido con éste (que es fruto de un trabajo conjunto de 10 años), aún tardarán un tiempo en ver la luz.
G: Por mi parte, con este libro cierro un largo capítulo (nunca mejor dicho) y ya he derivado hacia otro campo que me apasiona, concretamente el del teatro musical. Me gusta pensar que otras mentes inquietas tomarán el relevo con futuras investigaciones sobre el ska u otros estilos de música jamaicana. Este trabajo ha servido para allanar y preparar un terreno que ha demostrado ser muy fértil, y me gustaría ver cómo lo cultivan otras personas que tienen mucho que aportar: la historia han de escribirla voces plurales.
Y nada más, salvo dejaros espacio por si queréis añadir algo más para nuestros lectores…
J: Naturalmente queremos agradecer la oportunidad que se nos brinda de ser entrevistados en el portal cántabro, y no queremos desperdiciar la ocasión que se nos brinda para invitar a otros agentes y activistas de la escena a lanzarse a la publicación de artículos o libros que reflejen su particular visión y/o vivencias de nuestra escena skatalítica para la que el libro “Ska en España. La vida no se detiene” (Milenio, 2015) es apenas un eslabón más de la cadena, un elemento de debate y reflexión colectiva.
G: Reitero los agradecimientos y animo a todos los lectores a que se acerquen a nuestro trabajo, que hasta ahora (que sepamos) no ha decepcionado a nadie. ¡Salud y ska!
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Entrevistas).
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