Un nuevo escritor que ha sorprendido con una inquieta novela, “Trento”, que está recibiendo muy buenas críticas y no deja frío a ningún lector.
En este mundo donde todo está etiquetado y clasificado, es refrescante encontrarse con un libro, “Trento”, de un escritor nóvel, Gabriel J. Esmero, al que su propia editorial encuadra como inclasificable. Una novela tan ajena a lo que es el mercado editorial que no está pasando inadvertida por blogueros independientes, que la han clasificado como una de las mejores novelas negras del 2016.
Pero además Gabriel J. Esmero huye de los focos y las bambalinas. No hay una foto fiable suya y evita las entrevistas en vivo como alma que lleva el diablo. Sin embargo, delante del cuestionario se muestra afable y accesible.
Hemos tenido la suerte de convencer a nuestro compañero Félix Vera, implicado en Alas Ediciones, para que nos acercara a los lectores de La Factoría del Ritmo a un escritor que dará mucho que hablar en este 2017.
De Gabriel J. Esmero sabemos poco, tan poco que me pregunto, ¿quién no es Gabriel J. Esmero?
Es una buena pregunta. Gabriel esmero es un tipo normal, que escribe cuando se da cuenta de que el tiempo pasa rápido, y eso es prácticamente cada segundo del día. Como todo aquél que escribe, soy lo que reflejo en un papel y no soy lo que reflejo en un papel. Espero que te haya resuelto la duda.
Un libro con tanta mala leche no se regurgita en un día. ¿Cuánto tiempo llevabas acumulando mala sangre?
El texto estaba siendo elaborado en mi cabeza durante mucho tiempo, dos años aproximadamente. En mi proceso creativo, hay un periodo largo de gestación, para finalmente salir al mundo y empezar a contaminarse el texto de las sustancias nocivas del exterior. Es decir, dos años en mi cabeza se estuvo cociendo “Trento”, y cuando rompí aguas, todo lo que tenía en mi cabeza se empezó a plasmar en papel. Como suele pasar siempre, ese reflejo en el papel fue tomando su propia vida y decisiones y al final salió “Trento”.
Leyendo “Trento” uno podría pensar que la confianza es un material voluble. ¿En quién confía Gabriel?
Confío en la belleza del mundo, en aquella gente que se equivoca mucho y acierta poco, pero que tiene claro que el mundo sin belleza es una mierda. Y, efectivamente, la mierda y la sordidez son elementos claves para poder realmente contrastar la belleza y darla el lugar que se merece. Confío en las ganas de mantener el discurso, en los que saben que los pasos hacia atrás son necesarios si los decide uno, en toda la literatura que arrasa con el hombre, con el lector, y confío más que nada en todo lo que no tiene que ver con la sangre, con la falacia esa de que la sangre une. La sangre, únicamente, se derrama…
Si la raza humana está en decadencia, ¿son los cánidos la última esperanza de redención de la humanidad?
La esperanza de redención de la humanidad es la valentía, dejar de identificarse con banderas, límites, estereotipos manidos, para sentirse seguros. La seguridad miente, el sentimiento de sentirse parte de nada y de todo también miente, pero aporta mecanismos individuales suficientes para, de repente, darse cuenta de que todo es posible, aunque sepamos que quizá nada se puede cambiar. Y la literatura es eso, es una herramienta idealista, no mercantilista (aunque se empeñen unos cuantos en ello), capaz de hacernos ver que aunque nada es posible cambiar, quizá se pueda (risas).
¿La crítica al negocio de la solidaridad está basada en hechos reales o realistas?
La solidaridad es algo perverso, necesaria, claro, pero perverso. “Trento” no es una crítica de ello, realmente es una memoria que a veces juega con los recuerdos a su manera. No hay realidad en “Trento”, es una ficción que se parece mucho al día a día.
Tampoco parece que las adopciones, o la solidaridad sobre niños desfavorecidos salga mejor parada. ¿Es el futuro “murder”, como decía Leonard Cohen?
Todo va un poco en el mismo saco, mejor dicho, todo el mundo quiere que todo vaya en el mismo saco. Realmente es un recurso literario, con tintes de verdad difusamente definidos.
Puesto que la ternura existe en algún momento. ¿Dónde va a morir?
Qué magnífica pregunta que seguramente necesita novelar la respuesta. La ternura es posiblemente lo único que puede compensar la suciedad desordenada que intuimos en el día a día.
¿Qué droga te llevarías a una isla solitaria?
A Tolstoi, no hay nada que me haya colocado más.
¿Si quisiéramos invitar a un cubata a Gabriel J. Esmero, en qué dirección deberíamos encaminarnos? ¿Sería el cubata de DYC o de J.B.?
Jaja, yo creo que me podrías invitar a agua destilada, con un poco de gasolina y un toque de aceite de ricino.
¿Cuánto tiempo ha dormido “Trento” en un cajón y por qué te decidiste a sacar la novela con Alas Ediciones?
Alas es una editorial valiente, apuesta sin ataduras por obras con niveles de literatura de mucha calidad y sobre todo porque sienten que hay que popularizar la verdadera literatura, bajarla de ese pedestal que muchas editoriales se niegan a abandonar. Para Alas el libro es el principio de algo más grandioso, a partir de él establecen mecanismos para que una obra llegue a toda clase de público invitando a otros artistas a subirse al barco. Creo que es un planteamiento grandioso, y además, el hecho de que no tienen lucro me hace sentir muy bien saber que los ingresos de “Trento” se usan exclusivamente para que otro autor con obra reseñable y apartada vea la luz. Es un proyecto digno de elogio.
La propia Alas Ediciones comenta a menudo que “Trento” es inclasificable. ¿Qué es y qué no es “Trento”?
“Trento” es una rabia contenida que necesita una válvula de escape. Es negra pero no es negra, es sexual pero no es sexual, es poética pero no lo es, es crítica pero no es crítica. Es simplemente un texto de ficción con el que sufrí con cada página escrita.
¿Quién sería el artista ideal (puede ser una mezcla de varios) para musicar “Trento”?
Pues aquí no sabría decirte. Posiblemente identifico la novela en clave musical con Sr Chinarro y su ronroneando, con Bunbury y su canción “El cambio y la celebración”, con Wilco, con los textos crudos de Nacho Vegas, y desde luego, y sin lugar a dudas, con la canción “Nadie podrá con nosotros”, de Quique González. Ahora bien, creo que ninguna de estas referencias se asoman a la estética y voz de “Trento”, mi voz, pero estuvieron muy cerca de mí en el proceso creativo. Supongo que querrá decir algo…
Imposible imaginar que no habrá una segunda novela. ¿Hay suficiente bilis acumulada?
Solo puedo decir que estoy en ello, que está en en esa fase de explosión preparto, con título provisional, “Radiografía del asfalto”, y que no tendrá nada que ver con “Trento”, aunque posiblemente caminen juntas de la mano.
Tienes derecho a unas últimas palabras de despedida, si es que quieres utilizarlas.
Quiero decir que uno es lo que escribe y que si alguien se considera a sí mismo como un escritor, es que no ha entendido nada…
Ah, y me dicen los de Alas que os comente que la novela sólo está disponible en versión digital en su web, donde, si os pica la curiosidad, están los primeros capítulos de “Trento” disponibles de forma gratuita:
http://www.alasediciones.com/pagina_Trento
Teaser de “Trento”:
Enlaces de interés:
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Entrevistas).
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