Problemas en la fabricación del debut de Frank T , Konfusional, obligaban a remasterizar el disco, ocasión que este M.
Aunque no tengo elementos de juicio suficientes para comparar detalladamente ambas ediciones, pues de la primera solo he podido escuchar cuatro temas. Decir que la variación ha sido más que notable, apareciendo nuevos cortes, desapareciendo otros y en general variando las bases musicales de una forma más que notable.
Los temas originales que he oído, se caracterizaban por el uso de samplers desquiciantes, al estilo Public Enemy, que tenían a su favor conseguir un sonido rabioso que venía de perlas a los recitados de Frank T, pero por contra eran muy poco variados, de forma que todo se limitaba a repetir hasta la saciedad un mismo loop.
Pero vamos a lo que nos ocupa, la nueva edición del Konfusional:
El plástico se abre con una introducción que sirve de explicación para la nueva versión del disco, donde el cantante deja claro que para él, ésta es mucho mejor.
Después ya viene el grueso del LP, formado por 14 canciones de ritmos crudos, rimas locuaces, aliños de vientos y ambientes de scratches de la mano del fantástico graffitero Fazeta (de quien por cierto podéis encontrar fotos de sus obras en el número 2 de este fanzine).
Tshimini Nsombolay, verdadero nombre de Frank T, define su estilo como jarkor, que viene a ser la adaptación directa del término hardcore, que se refiere a un subestilo del Hip Hop, que según opiniones, incluiría propuestas como las de Public Enemy, Das Efx, Schooly D o E.P.M.D..
De forma general se podría destacar que este artista rapea con convicción, enganchando al oyente en paranoias del calibre de “El cubo de variante dimensional”, “Ya ke’sto no es pop, es hip hop” o “Soy un poeta”, pero como lado negativo tiene el hecho de que la gran mayoría de su lírica se resume en: “Soy el más duro, el más malo, el que mejor rapea”. Y esto, aunque se trate de una opinión muy personal, es un lastre que tiene parte del Hip Hop americano y que aquí, tanto él, como el Club de los Poetas Violentos, han abrazado con entusiasmo… todos unos tópicos que pueden hacer gracia al principio, pero que de repetirse aburren.
Así, una de las letras más interesantes es la de “Sabio joven negro estudiante”, toda una historia de amor donde se entremezclan el racismo y la hipocresía.
También son destacables las colaboraciones, con el Meswyas y miembros de los Verdaderos Creyentes de la Religión del Hip Hop, dos componentes de esta banda son hermanos de Frank T, participando en “1000, 900, 90 y Jarkor”, “Ya ke’sto no es pop, es hip hop” y “Friestail”.
Resumiendo, un disco muy recomendable para los que les apasionó el primero de El Club de los Poetas Violentos, que muestra un artista lleno de posibilidades, tanto positivas como negativas. Pues si engulle para sus letras la ironía, los retratos de su entorno o simplemente imaginación para crear algo original, puede ser imprescindible, pero que si se decanta definitivamente por la senda del “topicazo rapero” dentro de uno o dos discos puede aburrir a las ovejas.
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