Actuación celebrada en el Palacio de los Deportes de Madrid. El famoso grupo liderado por el ex-Nirvana Dave Grohl llevaba diez años sin tocar en nuestro país y desde luego no defraudó.
Diez años… ¡Diez! Eso es lo que han tardado Foo Fighters en volver a visitarnos. Desde la gira del “One by One” no habíamos tenido la oportunidad de disfrutar de uno de los grupos que redefinieron el rock alternativo de los 90… Eso, los que pudieron verles en 2001, porque en mi caso han sido más de 15 años esperando pacientemente, pero ahora puedo decir que mereció la pena.
La velada empezó a eso de las 20:00 con el grupo Dinero. Llegamos justo al final y no pudimos hacernos una idea concreta de la banda, pero el volumen era atronador y el sonido, demasiado “bola” como para entender alguna canción sin conocerlas.
Más tarde salieron al escenario The Gaslight Anthem. Teníamos ganas de ver a los de New Jersey defendiendo sus temas en directo y no defraudaron. Mal sonido en los primeros minutos, que fue mejorando a lo largo del concierto y que no pudo con los temazos que nos iban regalando los de Brian Fallon. Su último álbum “American Slang” tuvo especial protagonismo en el repertorio, pero hubo sitio para algunos de sus “clásicos”, como “The 59 Sound” o “Great Expectations”. Actitud y canciones, poco más se puede pedir.
Eso precisamente es de lo que van sobrados Foo Fighters. Con una colección indecente de temazos y unos músicos con los huevos más pelados que 100 bandas juntas es muy difícil fallar… Y menos en una noche tan especial como aquella. Grohl y los suyos sabían que diez años de espera son muchos y que había que salir a matar.
“Bridge Burning” y “Rope” fueron las primeras en sonar (Llegamos a pensar que iban a tocar su último disco entero, de principio a fin, como venían haciendo en varias fechas de esta gira) y a partir de ahí, mezcla de clásicos y temas del “Wasting Light”. “The Pretender”, “My Hero” y “Learn to Fly” dieron paso a la locura general con “White Limo”, mientras el video protagonizado por Lemmy aparecía en las pantallas. Un Dave Grohl simpático y espontáneo animó el cotarro y marcó muy bien el ritmo del concierto. Con “Alandria”, Breakout”, “Cold Day In The Sun”, Long Road to Ruin” y una impresionante “Stacked Actors” llegamos al ecuador del concierto, casi una hora y media de show. Después de“Walk” y “Dear Rosemary”, descansamos un poco del último disco y afrontamos la recta final con “Monkey Wrench”, “Let It Die”, “These Days”, con un público entregadísimo, “Generator”, “Best of You” y “Skin and Bones”. “All My Life” puso el punto seguido a un concierto, hasta el momento, perfecto.
Los bises comenzaron con “Wheels”, interpretada en solitario por Grohl, tan sólo acompañado de su guitarra. “Times Like These” fue la siguiente, en un formato un tanto irregular, ya que no la tocaron como en el disco, si no con Grohl de nuevo en solitario, para después ir uniéndose el resto de la banda. La versión del “Young Man Blues” de Mose Allison, dio paso a la única concesión a su primer disco, “This Is a Call”, que sonó tan fresca como en el 95. Otra versión, esta vez “Tie Your Mother Down” de Queen y llegó el apoteósico final que todos esperábamos, con “Everlong” de banda sonora. ¡Momentazo!
Concierto a la altura de lo esperado, que tardaremos mucho tiempo en olvidar. Prometieron volver pronto… ¡Que no haya que esperar otros diez años, por favor!
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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Reportajes).
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