Reencuentros y diversidad entorno a la música pop y rock. Participaron los grupos Amphetamine Discharge, Sr Nadie, The Loud Residents, Abxenta y Necrorofilia. También hubo mercadillo discográfico y la actuaciones circenses.
La Fiesta Al Ándalus, este año tenía el atractivo añadido y una de las principales bazas, como reclamo, en unos históricos del indie y viejos conocidos de la zona, en sus primeros pasos, como banda, AMPHETAMINE DISCHARGE. Curiosamente, sus miembros fueron entrevistados por esta casa en los años 90 por Florián M. Pérez y Félix Vera, en su paso por Asturias. Además, de este reencuentro tan especial y ligado precisamente, al bar histórico de los 80 y 90, bar Al Ándalus, motivo principal que el evento conmemora todos los años. Para esta nueva cita se contó con la participación de las siguientes bandas: SR NADIE, THE LOUD RESIDENTS, ABXENTA y NECROROFILA.
Los primeros en aparecer sobre el escenario fueron NECROROFILA, una banda de la comarca, con muchísimas reminiscencias y aires ochenteros. En cuyo line-up pudimos ver al incansable e inagotable Paco Casaño al bajo, por sus participaciones en grupos como Enterradores o Chicas Cocodrilo y decenas de eventos que programa como gestor actual de Artestación de la vecina Álora, cada mes. También a la batería, estaba la artista multidisciplinar, Delia García, batería en Enterradores y actriz de la compañía teatral Trenéticos, junto a la vocalista Lluvia Montero. La ecléctica formación la completaba, a la guitarra Javier Rosas. Y la verdad, que además de tener un buen repertorio de temas propios, que esperemos pronto puedan presentarnos en forma de disco, hicieron muchos guiños al pop y la new wave de los 80, a base de buenos covers y algún que otro cameo.
El siguiente grupo en saltar al escenario, fue la banda procedente de Marbella ABXENTA, donde predomina el power y el heavy metal, en donde además de temas propios, hubo cabida en su repertorio para un pequeño homenaje a Barón Rojo, con temas imprescindibles del género como “Concierto para ellos”, “Hijos de Caín” o “Los rockeros van al infierno”. Además, de tocar temas como “Inmortal” y presentar temas de su más reciente trabajo “La Fuerza”, su frontman dedicó algunas palabras contra los fanáticos religiosos y políticos corruptos, muy recurrente por cierto en los tiempos que corren.
THE LOUD RESIDENTS, es una joven banda de garage rock, formada en Málaga, que no me equivocaría al afirmar, que sorprendió a propios y extraños. Sobre todo, por las buenas maneras y el sonido tan exquisito, entendiendo los parámetros más crudos del rock y algunos recursos muy típicos de los 60, como efectos de overdrives y loops típicos, quizás más de la psicodelia. Pero que combinaron tan bien, que quizás hicieron despertar a cierto sector del público, al que supo captar la atención. Sin duda, la primera banda en animar el evento, para lo que se nos venía encima.
SR NADIE, desde Mallorca, ponían el punto más indie pop, pero también demostraron unas tablas y formas, que por derecho, se metieron al público en el bolsillo. Que cada vez más numeroso, iba coloreando el ambiente festivalero y con muchos tintes alternativos, que se respiraba en la plaza de la cultura de Pizarra. Tampoco faltaron los juegos malabares de Rolabola, graffitis, rastrillos solidarios, y como no, la barra que se montó un año más para recaudar fondo para la asociación AEFAS, que ayuda a enfermos de alzheimer. Y otro año más, el sello y distribuidora alternativo Collector’s Series, no quiso perderse el evento, llevando las últimas novedades del sello, como el flamante disco producido por Max Capote de garage y rock alternativo, de los laureados uruguayos The Blueberries, que por cierto tanto le pegaba al evento de este año. Y que ojalá podamos disfrutar en tierras andaluzas próximamente, en su andadura y tour europeo de finales de año. Al menos, ya se están moviendo hilos para que así sea.
AMPHETAMINE DISCHARGE, se hicieron esperar, pero mereció bastante la espera, después de tantos años, de incluso; los propios miembros de la banda, haber limado asperezas para volver con más fuerza que nunca. Una banda, la sevillana, que en sus comienzos, no pararon de hacer conciertos entre Granada y Málaga. Al menos, ese era el recuerdo general, de todos los privilegiados que los recordamos de bolos y ferias pasadas, en tiempos pasados; que sin duda, fueron mejores, que el asolador panorama cultural que nos dejan los políticos actuales. Pero estábamos en la plaza de la cultura y uno de esos lugares catárticos, donde todo es posible, hasta viajar en el tiempo. Y con AMPHETAMINE DISCHARGE, sin duda lo logramos, y menudo viaje, qué nadie vaya a pensar mal, fue un viaje energético, nada lisérgico, a base de mucho baile regado por alcohol, pero en un marco y ambiente muy sano, donde la peña se desvive por la CULTURA con mayúsculas. Un marco inmejorable, para cualquier retorno y más si el retorno, estaba tan ligado al propio bar Al Ándalus y la ciudad de Pizarra. Canciones como las que abrieron el show “Brain to brain” o “Ego” del primer bloque, rubricaron lo que sería una actuación inolvidable. Otros temas que irían cayendo a lo largo de la noche serían “Hypocondria”, “My house” o “Woman”. También hubo momentos entrañables y emotivos como en el tema “Alice”, donde la protagonista de la canción cuando era niña, pero ya adulta, se subió con ellos al escenario para ayudarles a despachar el tema, en el singular cameo. Además, ella es hija de Andrés, uno de los principales impulsores de la historia que estaba teniendo lugar esa jornada en Pizarra. AMPHETAMINE DISCHARGE, un grupo muy bueno y diferente al resto, en todo su eclecticismo. Donde de repente, pasan a un giro totalmente opuesto al pop rock más alternativo, hacia extremos más garage, psicodélicos o incluso algo noise y punk. Pako Nicho también fue invitado a subirse con Aurora, la cantante del grupo a hacer uno de los duos más explosivos, mezclando la nitroglicerina, con la dinamita punk y electricidad del carismático vocalista de Enterradores. Y menudos dos elementos carismáticos, que no aparecen en la tabla periódica, se juntaron sobre las tablas del escenario. Conforme, avanzó la actuación, el repertorio estaba cargado de clásicos de la banda y pesos pesados en el set list de la banda, como “Fuzzy”, “I wanna kiss”, “Gonna be all right”. Para despedirse ante de los bises, con la “miniversión” de Ramones “Rock and roll radio”. Para el bis, regresaron con el cover de la banda The Dave Clark Five, popularizado por Kiss, Ramones o Tom Petty & The Heartbreakers entre mil bandas más, de “Anyway you want it” y el tema “El sapo”. Una gran actuación, de una gran banda, muy querida por diversos colectivos y muy distintos públicos, que nos remitió a otras épocas; que esperemos, que con iniciativas como las que tienen lugar en Pizarra o Álora, no acaben nunca los espectáculos y la cultura siga más viva que nunca.
Como siempre, pasamos una gratísima jornada cultural, no sólo de música, sino de más eventos, algunos de los cuales, estaba dirigidos a los más pequeños e incluso otros con fines sociales y solidarios
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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Reportajes).
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