El Festival Internacional de Benicàssim, en su novena edición, ha reunido un año más a los artistas independientes más destacados del panorama musical internacional, consolidándose ya dentro del panorama de festivales veraniegos europeos.
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INTRODUCCIÓN
En esta edición, la organización ha introducido importantes mejoras en cuanto a infraestructura se refiere ampliando tanto el recinto de conciertos como la zona de acampada. Gracias a ello, hemos podido disfrutar aún más del espectáculo.
El Festival oficialmente comenzó el jueves con la Fiesta de Bienvenida, un entrante que nos dejó abierto el apetito, tocaron nada más y nada menos que diez grupos: Aldo Linares, La Costa Brava, El Columpio Asesino (ganadores del Proyecto Demo 2001), The Sunday Drivers, Calc, Deluxe, Budapest, Pernice Brothers, Michael Mayer y el chileno Christian Vogel (por orden de aparición). La guinda, el lunes con la fiesta de despedida en la playa donde como viene siendo habitual bailamos al ritmo marcado por varios Djs, este año: Jorge Albi, Cocó Ciëlo, Superpitcher y Pantytec.
Por medio, tres grandes y exquisitos platos, cada uno con música ininterrumpidamente desde las 4.30 de la tarde hasta las 8 de la mañana. ¡Para pillarse un atracón!
La programación se reparte en seis escenarios. El Escenario Verde es el principal, el único al aire libre y que cuenta con los grupos más reconocidos. El Escenario Fiberfib.com alberga a grupos de marcado carácter pop; a partir de las 9 de la noche sus ingredientes cambian, obtenemos entonces el Escenario Motorola, en él actúan grupos pop con un fuerte caracter electrónico. El Escenario Fib Club es la carpa de menor tamaño, cuenta con grupos de menor repercusión internacional aunque la gran mayoría potentes a nivel nacional. Es el caso de Ellos, Sr. Chinarro, Nacho Vegas, Love of lesbian o Cecilia Ann.
De madrugada, al igual que el Escenario Motorola, alberga sesiones de Djs. A partir de la 1.30 la Pista Mond abre sus puertas, aquí podemos bailar sin parar hasta el final de la jornada con las sesiones de Djs cuyo repertorio está basado principalmente en el pop y el rock. Por último, el FIB nos ofrece el Chill Out, el lugar para relajarse: música electrónica tranquilita, sofás, y una extensa moqueta para tirarnos a nuestras anchas.
El abono incluye la entrada al recinto de conciertos para el viernes, sábado y domingo, la Fiesta de la Playa del lunes y derecho de acampada en una de las tres zonas indicadas por la organización desde el martes anterior al festival hasta las dos del mediodía del martes siguiente. El menú completo a falta de la Fiesta de Presentación.
Para la acampada, la organización habilita tres zonas. Una a la salida de Benicàssim en dirección a Barcelona (Bonet), otra en el centro del pueblo (Mercat) y otra junto a la zona de conciertos (Recinto). Cuentan con cabinas de baños y duchas al aire libre en Mercat y Recinto y de obra en Bonet. Las tres zonas tienen servicio de hostelería donde puedes comer y beber pero a precio de oro: bocatas 450, pizzas 20, agua, cervezas y refrescos 2. Para que no nos quedemos incomunicados, hay instaladas cabinas telefónicas y enchufes para recargar los móviles.
En Benicàssim existen numerosas tiendas de alimentación entre ellas tres supermercados donde puedes encontrar todo lo que necesites al precio habitual. Por ser una población turística hay numerosos restaurantes y bares donde también puedes comer.
La organización ha dispuesto autobuses gratuitos cada 15 minutos durante todo el día entre las diferentes zonas de acampada y el recinto de conciertos lo cual es muy de agradecer cuando uno va cargado con la compra y muerto de calor o extenuado por la actividad nocturna y con infinitas ganas de caer rendido.
VIERNES 8: El plato fuerte
El viernes, según mi punto de vista, fue el día que más grupos importantes reunió. Mi maratón de conciertos comenzó en el Escenario Fiberfib.com. Con la espontaneidad y la apariencia de una niña de nueve años que se encontraba de vacaciones por estos lugares, Beth Orton salió al escenario en pantalón corto, con un sombrero de paja y su guitarra acústica. La voz angelical y aterciopelada de esta cantante inglesa, junto con la calidad de la formación que la acompañaba (guitarra, contrabajo, violín, chelo y batería) cautivó las miradas y la atención de los que allí nos congregamos dibujando una gran sonrisa en todas nuestras caras.
Nada más acabar el concierto me dirigí a la carpa del Escenario Fib Club para ver al sevillano Antonio Luque bajo el seudónimo de Sr. Chinarro. Look playero, gafas de sol y sobriedad absoluta para un concierto de escasa duración que él mismo concluyó mucho antes de lo previsto, supuestamente por problemas con el sonido en general y con el bajo en concreto.
Después de esto, vuelta al Fiberfib.com para ver a un cantautor que yo personalmente desconocía (perdonad mi ignorancia). Su nombre es Daniel Johnston. Nada más entrar a la carpa me encontré en el escenario con un señor cano y rollizo, en un pantalón de chándal y camiseta de algodón, sin más acompañamiento que su guitarra acústica y su voz desafinada. Allí pregunté a un compañero de la prensa que me dijo que era un “cantautor maldito”. Más tarde mi amiga Lucía me arrojó un poco más de luz sobre este hombre. Daniel Johnston empezó a ser conocido porque Kurt Cobain llevaba camisetas suyas. Tanto David Bowie como Lou Reed le admiran y grupos de la talla de Yo la Tengo y Jad Fair han colaborado con él. Ahí es nada. Todo un personaje que merece mi respeto, pero que, personalmente, no me gustó.
Otro carrerita y llego a la segunda canción del concierto de Nacho Vegas que nos deleitó con los temas de su último disco “Cajas de música difíciles de parar”. Sus letras profundas y su música amarga consiguieron transmitirnos toda la intensidad de sus composiciones. “La Sed Mortal” fue la canción más coreada de todo el FIB 2003.
De salto en salto vuelvo de nuevo al Escenario Fiberfib.com (vaya mareo) para poder escuchar a los escoceses The Delgados (compañeros de sello discográfico y nacionalidad de Mogwai y Arab Strap), que consiguieron combinar a la perfección la voz de Alun Woodward y Emma Pollock, con guitarras distorsionadas, una pequeña sección de cuerda (violín y chelo) y una flauta travesera.
Tras ellos, me dirigí a la puesta en marcha del Escenario Verde para escuchar a los también escoceses The Zephyrs presentar su segundo largo “Thirteen Months and a Day” que me sorprendieron muy agradablemente con sus cuidadas canciones llenas de romanticismo.
Después de este concierto y por primera vez en toda la tarde podía ir a ver un grupo desde el principio y sin prisas. Este honor fue para The Postal Service. Tenía cierta impaciencia por ver al dúo formado por Ben Gibbard (voz y melodías) y Jimmy Tamborello (bases rítmicas). Hubo especial interés, por parte del público (que abarrotaba la carpa) y de la formación, por que fuera un concierto divertido a pesar de los continuos fallos técnicos que pasaron a ser simples anécdotas gracias a las dos partes implicadas: Ben, se encargó de hacer olvidar los percances con su estresante actuación alternando la guitarra, con un sintetizador y la batería. Todo esto sin dejar de cantar. Dejó bien claro que los arreglos de batería que hay en varias de las canciones de su último disco (“Give Up”, Huston Party) no son obra de la informática, sino de sus manos y una batería de verdad. El público derrochó alegría coreando sus canciones.
Nada más acabar, eran los veteranos Echo & The Bunnymen los que recorrían en su repertorio sus más de veinte años de andadura musical en el Escenario Verde. Desde “Lips like sugar” hasta “Ocean rain”, llegando a su punto cumbre con “The Killing Moon”, en donde, mientras Ian McCulloch y sus chicos tocaban, sobre nuestras cabezas vigilaba la luna llena.
Adentrándose la noche, llegaba el mayor dilema del día: ¿Moloko o Placebo? Una solución salomónica permitió ver el comienzo del concierto de Moloko y llegar a la mitad del de Placebo.
Moloko, con su cantante, la deslumbrante Roisin Murphy, al frente desbordaron elegancia y abarrotaron la carpa del Fiberfib.com. En los primeros minutos de su actuación consiguieron reunir una versión del “Fun for Me” (su primer gran éxito), “Time is Now” y el último single extraído de su flamante disco “Statues”. Todo un repaso a su discografía. El comienzo encubierto de “Fun for Me” fue acompañado por una espléndida Roisin bailando enérgicamente a un lado del escenario.
Atravesando la zona de concierto de una punta a otra conseguimos llegar al escenario Verde y ver a unos Placebo pletóricos. Brian Molko lucía un look más recatado de lo que nos tiene acostumbrados. Su repertorio fue una regresión en el tiempo comenzando con canciones de su última publicación, para al final de su actuación rescatar “Black-eyed” o “Special K” y terminar con “Pure Morning”. Nos perdimos “Every you and every me”!, que cantaron al principio de su actuación.
Sin movernos de este escenario, Blur tomaron el relevo. Damon Albam dejó claro que su viaje por África antes de la grabación de su último disco (“Think Tank”) no ha sido en vano. La puesta en escena en Benicàssim incluía coro y percursionista como refuerzo a la formación habitual. Dejaron atrás el estereotipo de grupo encasillado en el “brit-pop”. Supieron sacarle todo el jugo a estos músicos y presentar la mezcla de estilos que es su último disco. Aun así, no se olvidaron de que estaban en un festival y alternaron sus canciones nuevas con éxitos indiscutibles de la banda como “Girls & Boys”, “Tender”, “Bettlembum” o el ampliamente coreado y bailado “Song II”.
Tras los devaneos estilísticos de Blur, llegaba la delicadeza y la pasión ebria de Beth Gibbons y Rustin Man. A su paso por España, en la mini gira de presentación de “Out of Season”, no dejaron buen sabor de boca. Esta vez, aprovecharon la ocasión de reconciliarse con sus fieles. Beth, aferrada al pie del micro, dejaba estupefactos a los que allí estábamos con sus gestos, su sentimentalismo, su dolor, su intensidad. Dejó claro que su música no le es indiferente, que se identifica con ella y que la transmite. Por momentos pensé que estaba asistiendo a un concierto de Portishead, si no fuera por la claridad de las melodías y la ausencia de los scratches habituales de la formación paralela de Gibbons. Entre canción y canción, Beth se deshacía agradeciendo su calor al público, llegando a bajar al foso en un par de ocasiones. Al final del concierto sin reparar en ningún tipo de perjuicio, no dudo en bajar al foso y saludar a todas las personas que estaban allí uno a uno, dando besos, abrazos, firmando autógrafos.
SÁBADO 9: El segundo Plato
Mi tarde no comenzó como esperaba. Primero Jet Lag derrocharon mucha energía pero no demostraron tener una identidad clara, después los esperados The Thrills se cayeron del cartel dejándonos un poquito desubicados. Más vale que, tras el parón, el escenario Fiberfib.com reanudó su marcha quince minutos antes de lo previsto con un grupo por el que tengo especial predilección: Camera Obscura y que no me decepcionó en absoluto. El sexteto de Glasgow presentaron en concierto su segundo y flamante larga duración “Underarchievers Please Try Harder” con canciones que son indiscutibles singles como “Teenager” o “Let Me Go Home”, pero fueron las canciones de su primer álbum (“Biggest Bluest Hi-Fi”) “Anti-Western” y “The Sun on this Back” las que más entusiasmo arrancaron en la gente. Aún caminando bajo la sombra de sus paisanos Belle & Sebastian y practicando un pop similar, consiguen darle su toque personal a cada una de sus canciones.
La siguiente cita musical fue con Laika, ya en el Escenario Motorola. Este dúo formado por Margaret Fiedler y Guy Fixen nos regalaron un concierto sosegado y dulce pero, al mismo tiempo, lleno de fuerza, con claros aires al trip-hop de Bristol.
Cierta espectación despertaron en el Escenario Verde The Jeevas, formación liderada por Chrispian Mills (ex-Kula Shaker, guitarra), que se ha rodeado de Dan McKinna (ex-Straw, bajo) y Andy Dixon (batería) para publicar un LP llamado “1, 2, 3, 4!”. Su música es un rock & roll que va en la línea de The Who o The Kinks con guitarras (o mejor dicho guitarra) a válvulas, canciones con punteos, coros, etc. En su repertorio incluyeron éxitos de Kula Shaker como “Hey Dude”.
Lo siguiente fue The Coral. El joven sexteto británico, se desmarcó de cualquier etiqueta musical y practicó el eclecticismo en diversos estilos: ska, country, rock… todo ello con un toque de simpatía y desenfado.
Antes de que finalizara el concierto de The Coral, teníamos que cruzar de nuevo la zona de conciertos para coger un buen sitio en el Escenario Motorola y poder ver a uno de los platos fuertes de la noche: Death In Vegas. La expectación que suscitó fue proporcional a la intensidad de la descarga musical de esta formación, que sabe combinar a la perfección el lenguaje analógico de sus guitarras, batería y bajo con el electrónico de las bases rítmicas y los scratches. Comenzaron como lo hace su última publicación (“Scorpio Rising”) con “Eláter Girls” y concluyeron con la única canción cantada (en directo) de toda la actuación (“Hands Around My Throat”, también de su último disco), en la que una Nicola Kuperus de Adult, salió inesperadamente del backstage para, con su voz, poner un colofón más que bueno al concierto.
De vuelta en el escenario principal (y con tiempo para coger un buen sitio) era el turno de Beck. Con disco nuevo debajo del brazo (“Sea Change”), en el que vuelve a los sonidos countries de sus comienzos, dejó caer algunas de sus canciones, pero también se remontó al “Loser” o al “Devils Haircut” de sus dos primeros discos con versiones un poco descafeinadas. Como siempre, Beck, desbordó elegancia en sus movimientos, en los bailes, en su vestuario y en sus comentarios entre canción y canción. De la primera tanda de canciones, se fueron sin despedirse, pero volvieron toda formación vestidos con trajes luminosos y realizar el bis. Realmente asombroso y bonito.
Cerrando el Escenario Verde, actuaron JJ72, banda con nombre de misteriosa procedencia, que camina bajo la sombra de Placebo por su similitud musical y que cuenta sólo con cuatro años y dos LPs a sus espaldas. En un repertorio que recorría su corta vida musical, incluyeron una versión de “Weaked Game” de Chris Isaac.
DOMINGO 10: Un postre que deja buen sabor de boca
La andadura musical de este día comenzaba en el Escenario Fib Club con los donostiarras Ama y su pop dulzón, que es el resultado de la mezcla de procedencias de sus componentes, miembros también de Le Mans o La Buena Vida entre otros grupos. Les tocó mala hora (6 de la tarde) y mal día (domingo resacoso) para presentar este proyecto a la multitud.
Paralelamente en el Escenario Fiberfib.com, era el cantautor francés Philippe Katerine, conocido como Katerine, quien mostraba por primera vez en España su directo.
Sin abandonar el mismo escenario, eran los ingleses Black Box Recorder los que empezaban a despertar el ánimo y el interés en el público. Con la encantadora y deslumbrante Sarah Nixey en medio (voz) y John Moore y Luke Haines (guitarra y bajo) a los lados, vestidos con sendos trajes y sombreros blancos, ponían el toque de distinción en el escenario.
Con Caléxico, teníamos ante nosotros un grupo de una calidad extraordinaria capitaneados por Joey Burns y John Convertino. Con una sección de viento y contrabajo, además de los instrumentos habituales de cualquier grupo de pop, manejan una diversidad de estilos y todos ellos fusionados en uno solo. Desde los fraseos mariachis de la sección de viento, hasta el más puro pop-rock, incluso algún toque de jazz o rock sureño, todo esto define a Calexico. No pasó desapercibida la expléndida versión del “Along Again Or” de Love, que por su toque latino, encaja muy bien en su repertorio y con su línea musical.
Después, era el polifacético Rubén “Watch TV” García (productor, dj y músico) quien daba vida a Chop Suey. A pesar de la ausencia del batería y bajista habituales de la formación, según la explicación, porque se habían casado y estaban de viaje de novios, suplieron a estos músicos con un PC y pudieron desenvolverse ante el público con cierta soltura. No pude ver muchas canciones porque en el Escenario Fib Club ya había comenzado el concierto de Ms. John Soda, que no quería perderme. Este cuarteto, tiene una distribución nada convencional, la bajista es la que canta y el bajo lo toca prácticamente como una guitarra siendo, casi, la base de su música, oscura, melancólica y reflexiva.
El Escenario Fibclub, alcanzaba el lleno absoluto con los nórdicos Mùm. Con solo dos larga duración publicados hasta la fecha (“Yesterday Was Dramatic-Today Is Ok” y “Finally We Are No One”), su experimentación en la búsqueda de nuevos sonidos y atmósferas enigmáticas ya ha reclutado un gran número de fieles. Su concierto en Benicàssim fue sutil y sencillo, sin muchos esfuerzos, simplemente con su música, consiguieron cautivar a los allí presentes e introducirles en los ambientes musicales que consiguen crear.
Al finalizar este concierto, tuvimos tiempo de llegar al final de la actuación de Super Furry Animals en el Escenario Verde y poder escuchar “Receptacle For Respectable” de su anterior disco “Rings Around The World”. Super Furry: como siempre, rezumando optimismo y buenas vibraciones.
En el mismo escenario era Suede los que tomaban el relevo. Ya se ha convertido, junto a The Chemical Brothers, en uno de los grupos abonados al FIB y que forman parte de su historia. Brett Anderson sabe como nadie mover al público y metérselo en el bolsillo con canciones como “Beautiful Ones”, “Positivity” o “Shes in Fashion” que son éxitos seguros, ampliamente coreados. No para en el escenario y continuamente está subiendo y bajando al foso, animando al público para que coree sus estribillos apuntando con el micro, etc. En esta ocasión, con la próxima publicación de un grandes éxitos, dejaron caer dos de las canciones inéditas que presumiblemente se incluirán en este LP: la guitarrera “Golden Gun” y “Attitude”.
El siguiente peso pesado en este escenario era Moby, pero haciendo gala del espíritu independiente de esta página web, decidimos dejarlo momentáneamente de lado para ver a las Chicks On Speed que actuaban en el Escenario Motorola. Es un trío formado por tres mujeres de diferentes procedencias (EEUU, Alemania y Australia) que fusionan el arte conceptual, las performances, la moda, el diseño gráfico y el punk electrónico en un solo concepto. Un concierto divertido y colorido por sus vestimentas, sus movimientos, etc. Como único acompañamiento llevan un sintetizador y unos platos. Su arma más poderosa: su voz y sus letras.
Después de esto, una breve pasada por el concierto de Moby. Con una puesta en escena sencilla, conseguía presentar en directo sus temas más conocidos del “Play” y “18” (sus LPs más aclamados) como “Porcelain” o “Natural Blues”. La destreza de este músico quedaba de manifiesto con el continuo cambio de instrumentos y su soltura en el escenario: guitarra eléctrica, batería, congas, voz, etc.
Sin acabar el concierto de Moby, vuelta de nuevo al Escenario Motorola para ver a 2 Many Djs. Tenía cierta curiosidad por asistir a una sesión de esta pareja de DJs. Allí estaban lavándole la cara y dando un toque diferente a temas de Dj Shadow o The Chemical Brothers.
El broche de oro del Escenario Verde lo ponía Goldfrapp. Banda liderada por la guapísima Alison Goldfrapp, vestida con una especie de uniforme militar, con una clase y un estilo que por momentos recuerda a Marlene Dietrich. Su voz ha adornado canciones de Orbital o Triky y ahora con su propio grupo practica una mezcla de electrónica y jazz, realmente sutil, con una puesta en escena deliciosa. Un telón de estrellas adornaba el fondo y esta rubia cantante brillaba en medio del escenario con sus poses, su delicadeza, etc.
Nada más acabar Goldfrapp, ya estaba pinchando en el Escenario Motorola el productor y dj Todd Terry, mezclando house con ritmos latinos, jazz y funky. Una lección maestra con la delicadeza de un artista que ha remezclado a The Rolling Stones o Everything But The Girl y ha formado parte de grupos tan trascendentes como Masters At Work.
La últimas fuerzas de este reportero, se gastaron en la sesión de Miss Kittin que pidiendo más volumen a los técnicos de la mesa de mezclas, nos arrancaba a todos los que estábamos allí los últimos bailes en esta edición del Festival Internacional de Benicássim.
El año que viene, este festival cumple su décimo aniversario y ya son muchos los rumores que se escuchan por Radio Macuto. Uno de los más importantes es la promesa de Morrisey de hacer lo posible para estar el año que viene tocando. Los organizadores del festival también aseguran que habrá sorpresas como formaciones musicales hechas para la ocasión y versiones de temas clásicos del pop. Los británicos Suede, por su parte, con un grandes éxitos a la vista, ya han echado la solicitud para unirse a tal evento (tampoco es muy sorprendente).
Galería “FIB 2003: Se consolida como uno de los grandes festivales europeos.”, con fotos de Mario Díaz, Lucía Martínez. Publicada el: 25/09/2003.
Texto: Mario Díaz y Lucía Martínez
Fotos: Mario Díaz
(Fecha de publicación: 25/09/2003)
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 16 (sección: Reportajes).
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