Un nueva edición de uno de los encuentros musicales más recomendables de la península ibérica, en la que la programación se volvió a orientar hacia el rock alternativo, en detrimento del metal de sus inicios.
Un año más, visitamos la pequeña pero acogedora localidad portuguesa de Paredes De Coura donde año tras año se viene celebrando uno de los festivales más señalados y más prestigiosos del país luso.
Como viene siendo habitual, el cartel de esta nueva edición ha sido orientado hacia los terrenos del Rock Alternativo, si, si, ese Rock & Roll de chapas y gafitas de pasta tan de moda. Poco queda ya de aquellos años en los que por el escenario de Paredes hacían de las suyas los Korn y demás grupos de Metal contemporáneo.
Lo que es loable, es que este festival siga celebrándose en un emplazamiento de lujo, a orillas del río Tabuao, con su playa fluvial y todos los servicios de acampada que uno pueda exigir, donde podemos incluir servicios más que dignos e higiénicos.
En el apartado de servicios tenemos “virguerías” como contar con fregaderos para lavar los cacharros, higienizarse la boca, además de contar con puestos donde hay agua caliente. No voy a ser yo el que diga quien tiene que aprender de esto, ni cómo, ni porqué, solo diré que Portugal tiene fama de ser un país más “atrasado” que España. Permítanme que lo dude caballeros.
Una excelente organización que consigue un año más el sobresaliente. Nada de atascos de coches innecesarios debido a las parcelas adecuadas para aparcar, sitio más que de sobra para acampar aunque caigan en el festival 20.000 personas por día, puestos de relax a lo largo de todo el recinto y lo más extraordinario, siempre mejorando infraestructuras: que si hacer un foso para meter las mesas de sonido para que no molesten a los espectadores que deciden ver los conciertos desde la parte más elevada de la colina, que si forrar con piedra este foso para amortiguar el sonido o colocar una alfombra gigante de césped artificial, intuyendo, la organización, que la lluvias podrían ocasionar los desagradables lodazales. Como veis, gente más que preparada y cuya intención no es vender cervezas y bocadillos, que todo hay que decirlo, rozan los precios populares y la única intención de esta gente es velar por la seguridad y comodidad de los que pagan 70 euros (esta es otra) por cuatro días de festival. A todo esto hay que sumar el excelente sonido que siempre se consigue en el escenario Heineken. No recuerdo nunca haber escuchado a una banda, por pírrica que sea, sonar mal en este palco.
Día 31 (Jueves)
Para muchos el mejor día del festi, en lo que a estrictamente musical se refiere y con el cartel más “rockero” si se puede decir de esta forma.
En el planning teníamos a los portugueses Bunnyranch, llamados a ser la mejor banda de Rock&Roll portuguesa que fueron los encargados de abrir el festival ante la parroquia lusa ofreciéndoles todo el cariño. No estuvieron mal, pero tampoco destacaron sobremanera con su Rock&Roll 0,0, con pocos momentos para la locura y sí bastantes para las melodías de moda. Curioso que el vocalista además de cantar, toque la batería (bombo, caja y platillo), que total para dar un toque “movidillo” va más que sobrado.
Seguidamente, el turno era para el Arcade-Rock de X-Wife, una banda que me sorprendió gratamente con ese Rock de bases potentes y adornado con las estridencias del teclista que parecía comandar una nave espacial y que logra dar al asunto un toque entre psicotrópico y bailable más que curioso.
La primera banda de renombre en subir al escenario de Paredes fueron The Bellrays y la opinión generalizada de los medios de prensa es que fueron los triunfadores de la noche. Subieron, machacaron y mataron. Comandados por la vocalista de color Lisa Kekaula a la cual ya comparan con la Tina Turner del nuevo milenio, The Bellrays dieron un show realmente enérgico de Rock&Roll sin paliativos ni adornos de ningún tipo. Pudimos disfrutar también en esta actuación del guitarrista Bob Venumm que nos dio un show realmente bueno tanto en lo musical como en la energía que trasmitía. Buenas canciones, donde el soul se da de la mano con el rock y que, con un sonido primitivo pero devastador se metieron al personal en el bolsillo.
Los suecos Mando Diao, que este año tocaron en Rock In Rio Madrid, venían con las expectativas muy altas. Habían cancelado su actuación del año pasado en este mismo festival y la parroquia portuguesa los esperaba con ansiedad ya que aquí se les quiere “demasiado”. La impresión que me dejaron fue de indiferencia. Lo que más me gustó sin duda fueron los temas donde incluyen saxofonista y trompetista, este segundo le dio a algunos temas un aire muy latino y fiestero. Salvando tres/cuatro temas el resto me pareció rock pastichero sin gracia alguna.
Tras varias horas de expectación, muchos verían colmados sus deseos de ver a los Sex Pistols antes de que estiren la pata (musicalmente hablando). Alguno lloraba de emoción, en cuanto el telón amarillo con las características letras de la banda se colgó en el fondo de escenario. Mientras, sonaba por los altavoces, un tema a modo de introducción de clara reminiscencia a los años 40 de cuando los ingleses se pegaron a tortas con los alemanes en la II Guerra Mundial y que sonó a himno patriótico de guerra. Muchos tenían los pelos de punta (no me refiero a crestas), aún antes de que Matlock, Lydon, Rotten y Jones saltaran al escenario a golpe de “Pretty Vacant”.
Yo no presumo de yogurín, pero me sorprendió ver que los Sex Pistols son mucho más veteranos de lo que me imaginaba y me impresionó por ejemplo la facha del bajista Glenn Matlock (camisa negra, pantalón blanco y botas de “chúpamela”), vamos, un Miami Men de la vida, que no pegaba nada con el estilismo que se le supone a una banda punk, aunque si pegaba con sus compañeros que vestían de parecida guisa. Por supuesto, no soy de los que opinan que tienen que salir con crestas y modelitos circenses propios de Doomsday Day, pero me los imaginaba en otra tesitura.
Sex Pistols no consiguieron patear demasiados culos a una concurrencia absorta con tenerlos delante y fueron pocos los momentos en los que se montó algún barullo destacable. Dos horas de punk/rock tan potente a la par que sencillo, comandados por el siempre inquieto John Lydon, que parece ser el que rebosa más vida de los cuatro. El fuertote guitarrista Steve Jones apenas nos dio momentos de espectáculo junto a un bajista muy a su aire y como si la cosa no fuera con él. Después de escuchar clásicos como, “ Silver Machine”, “No Fun”, “God Save The Queen”, o la imperecedera “Anarchy In The U.K.”, entre otras muchas, la sensación tras el concierto fue un poco de vacío y la reafirmación de que Sex Pistols nunca ocuparán un lugar en mi corazón, aunque si en el de miles de personas que disfrutaron de lo lindo de dos horas de autentico revival británico, sin escupitajos, sin muñequeras de pinchos y cadenas de perro, sin pelos engominados desafiando al cielo y sin grandes visitas al servicio médico del festival.
Día 1 (Viernes)
Tras el intenso aunque poco pasional concierto de los Sex Pistols del día anterior, el segundo día no inspiraba en mi, demasiadas esperanzas ya que, si descontamos que Primal Scream tocaban de cabezas de cartel, el resto eran bandas por descubrir, solamente conocidas en sus respectivas escenas alternativas.
Ante esta perspectiva algo deprimente, me llevé la primera sorpresa del día nada más empezar. El dueto Two Gallants, formado por el guitarra Adam Stephens y el batería Tyson Vogel nos ofrecieron un show intenso y cargado de guiños “tarantinescos” en unas canciones que recuperan el mejor espíritu del delta- blues y el folk de raíces .
Nos presentaron temas de su corta pero intensa discografía haciendo hincapié en su último lanzamiento, “Two Gallants”. La actuación tras los parches de Vogel, simplemente espectacular.
Comenzaba esta segunda jornada de la mejor de las maneras, pero nada más salir al escenario The Rakes la cosa se enfrió bastante. Banda de marcado Indie-Pop afeminado, apenas consiguieron levantar una picha. Actuación, a mi modo de ver, bastante patética del vocalista de la banda el cual parecía mi sobrina de cuatro años bailando con el cd de la batuká. Show para adolescentes con las hormonas confundidas que le encontraron gracia al asunto.
Tras The Rakes y como no se puede hacer peor, la banda The Sound logró satisfacerme algo más y eso que la propuesta musical también se las traía de cojones. Imaginaros a Samantha Fox vestida con minifalda y chupa de cuero negro cantando bajo una espesa nube de rock mezclado con música dance de los 80 y ya tenemos una definición del sonido de esta banda. No fue el concierto de la jornada, pero al menos supieron hacernos cosquillas con su enérgico directo y una muy trabajada puesta en escena.
Editors tocaron ante una multitud que se agolpaba en este bello paraje natural esperando la actuación de Primal Scream y como suele pasar cuando uno se ve rodeado de tanta gente (y tantas chicas), no te queda más remedio que mover el culito aunque lo que te esté entrando por los oídos sea un batiburrillo de pop ecléctico y pocas reminiscencias rockeras o del postpunk del que dicen tener influencias.
Ante tal dosis de cal y arena, la actuación de Primal Scream fue cogida con cariño por mi parte. El excelente sonido con el que sonaron todas las bandas, mejoró todavía más para ver a los de Glasgow y su garage rock psicodélico que nos rememora a los viejos MC5, Iggy Pop And The Stooges o en menor medida a los Stones. Venían presentando su último compacto “Beatiful Future” cargado de ácida ironía. Aunque no dejaron de lado algún tema conocido de su problemático disco del 89, “Primal Scream” cuando en cierta manera oscurecieron su sonido. No fue un mal show, de hecho sonó realmente nítido y potente y mejoró en cierta medida un día algo caótico en lo musical.
Día 2 (Sábado)
Tras un día de ”transición”, afrontamos el tercer día del festival con las pilas cargadas y la emoción de ver a los “locos” The Mars Volta por lo que merecía la pena empaquetarse otra sesión de Indie del duro.
Hay que decir que The Mars Volta nos lo pusieron fácil ya que, aunque su actuación estaba programada para la 1:20 de la madrugada como cabezas de cartel, por problemas logísticos tuvieron que adelantarla a las 21:30 para alegría de quien escribe, ya que no me hacía a la idea de empaquetarme tanta patraña musical hasta la una de la mañana.
Las actuaciones iniciales de Spiritual Front y The Teenagers las observé absorto con cara impávida, sosteniendo una cerveza en la mano. Tan absorto me encontraba que tenían que recordarme que me pidiera otra cerveza, que la que tenía en la mano ya estaba caliente. Creo que esto resume lo interesante de ambas actuaciones… y es que cuando uno está más atento a las chicas que pasean luciendo palmito veraniego que al concierto en sí, malo, malo…
Lo dicho, The Mars Volta saltaron al escenario a las 21:30 y posiblemente dieron el mejor show del festival. No era difícil, ya que ninguna de las bandas que tocaron les hizo sombra en lo que a virtuosismo musical se refiere. Solamente los Sex Pistols podrían, por espectáculo y gente que se aprisionaba en las primeras filas, equipararse al concierto de los americanos, aunque quedó demostrado que la juventud de The Mars Volta jugaba en su favor en esta ocasión. El que haya visto a estos ocho “fantásticos”, sabrá que se enfrenta a un show de puro ácido rockero y éxtasis psicodélico. En dos horas de concierto, pusieron patas arriba Paredes De Coura y descubrí que no era el único “bicho raro” que estaba esperando algo de contundencia musical. Pudimos disfrutar de temas de su último disco “The Bedlam In Goliath” como el inicial “Aberinkula”, “Cabalettas” o “Goliath”, junto algunos de sus más sonados éxitos pertenecientes a “Frances The Mute”. Tampoco tocaron más allá de doce temas ya que muchos eran alargados hasta los ocho o nueve minutos en explayadas epopéyicas bien conocidas por todos.
Disfruté de lo lindo con un Thomas Pridgen que detrás de los parches nos dio una clase de matemáticas avanzadas unido a una pegada realmente poderosa, aunque como es lógico, el protagonismo de esta banda lo llevan los ex-At The Drive In, el guitarra Omar Rodríguez y el voceras Bixler-Zavala, el primero con su desgarradora manera de concatenar un solo tras otro hasta dejarte extasiado y el segundo dando ese toque genuinamente setentero además de animar al personal con su hiperactividad escénica.
Los teclados y sintetizadores de Isaiah Owen envuelven el caótico sonido de la banda cual burbuja de cristal con pasajes y estridencias varias y el compañero Adrian Terrazas pone el punto exótico sorprendiéndonos ahora con un saxo, ahora con una flauta o demás instrumentos de su colección, dando el toque latino en muchas de las canciones. Borrachera de rock, psicodelia, blues, latin-jazz y fandango…¿se me queda algo atrás?
Cansados tras el enérgico show de The Mars Volta nos tomamos con más tranquilidad el resto de la noche disfrutando de los conciertos en las pantallas que instalaron en la zona de prensa. Los belgas dEUS decían antes del concierto que estaban deseosos de actuar ante uno de sus públicos favoritos en Europa (por cierto no nombraron a España) y que era la séptima vez que venían por estos lares. La verdad es que los portugueses son realmente fanáticos eligiendo a ciertas bandas como sus preferidas. Tanto dEUS como Mando Diao son dos bandas que tocaron en este certamen debido justamente a lo populares que son en Portugal. Yo me tomé unas cuantas cervezas sentado cómodamente, escuchando el concierto de fondo y viendo por pantalla un espectáculo más soso que una ensalada de lechuga con tomate.
Debido a las circunstancias antes comentadas, Wraygunn fueron los encargados de cerrar la noche y lo hicieron a base de Rock And Roll del bueno y potente. Lograron montar el petate, debido a unas horas en las que la gente está “encendida” y sin duda no esperaba llevar tal sorpresa con ellos. La modorra en la que me había instalado con dEUS hizo que siguiera viendo el concierto por pantalla y no me animé a meterme en las trifurcas de las primeras filas.
Día 3 (Domingo)
Llegamos al último día de festival no sin un síntoma de alegría, para que vamos a negarlo. Lo mejor ya había pasado y era poco lo que nos podría sorprender.
Así y a todo, lejos de embadurnarme en un innecesario negativismo, hice gala de mis mejores aptitudes y la verdad es que eso me ayudó a pasar mejor el día.
Ra Ra Riot dieron el pistoletazo de salida con su electro-folk que resultó más que interesante y no solo por el vestido floreado de la violinista o la guapa veinteañera encargada del contrabajo eléctrico con la que babeé durante todo el concierto. Por supuesto cuando después las localicé mezcladas entre el público disfrutando de otras actuaciones no tuve los santos cojones de decirles un mísero “hola”…en fin…reporteros tímidos que se dice…
Andaba yo aun pensando en la guapa morena de Ra Ra Riot cuando delante de mi aparecen tres chicas realmente sensuales que se hacían llamar Au Revoir Simone o si lo preferís, la rubia, la pelirroja y la morena. Sin duda lo más pop de toda la noche pero del ñoño, ñoño y tocado solamente con dos teclados Roland y una caja de ritmos. Ante tal perspectiva hice de heavy y me fui hacia las primeras filas para emborracharme de electro-pop melancólico hasta que se me pusiera tan dura como la punta de un velero. Mi compañero me daba palmadas en la espalda y me decía que necesitaba urgentemente el concierto de Gamma Ray, Exodus, Overkill y demás cartel del Alternavigo que nos esperaba la semana siguiente.
La debacle del día 3 continuó con una banda Tributo A Joey Division. Yo no conocía demasiado esta banda pero entendidos que me encontré por allí me dijeron literalmente que: “para tributar a Joey Division hay que saber tocar, y estos no saben”. Tras esto le di las gracias y le dije que me había facilitado el trabajo con esta contundente descripción.
Los que si estuvieron bien pero que bien fueron los escoceses Biffy Clyro. Claro que ya me habían advertido que iban a ser de lo mejor del festival. No se si para tanto, pero su potente rock-grunge fue de lo más heavy que pudimos escuchar en todo el certamen. Tampoco fue como para hacer mosh pero inculcaron adrenalina a unos espectadores algo cansados de cuatro días de acampada y conciertos.
Los cabezas de cartel de esta noche eran los míticos The Lemonheads que sonaron muy bajos de sonido y tampoco es que ofrecieran un show demasiado movido. Eso si, encantaron a un público que lo dio todo siendo la penúltima actuación del festival y el ambiente de fiesta era total. A mi no me gustaron.
El fin de fiesta lo pusieron los Dj´s Thievery Corporation, los Ministry del pop. Duré dos canciones y me fui corriendo para casa esperando que Paredes De Coura intente volver algún día por los fueros metaleros.
Si en 2007 el éxito se quedó en Europa con las actuaciones de los ucranianos Gogol Bordello y los portugueses Blasted Mechanism, este año la victoria fue claramente americana. Os dejamos el podium del 2008 según la opinión generalizada de los (muchos) medios de prensa que nos dimos cita en este evento.
PODIUM PAREDES DE COURA 2008
ORO: THE BELLRAYS (EEUU)
PLATA: THE MARS VOLTA (EEUU)
BRONCE: SEX PISTOLS (INGLATERRA)
GRUPO REVELACIÓN: TWO GALLANTS (EEUU)
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Reportajes).
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