A los fanáticos del Metal todavía nos quedaba una gran cita a la que asistir este verano y esa no era otra que el mítico festival portugués de Ilha do Ermal, conocido por la calidad de las bandas que siempre participan. Tres días de Metal, sol y fiesta.
Con Agosto ya agonizante, a los fanáticos del Metal todavía nos quedaba una gran cita a la que asistir este verano y esa no era otra que el mítico festival portugués de Ilha do Ermal, sobradamente conocido en este país por la calidad de las bandas que siempre participan en el mismo, así como por el enclave de tintes paradisíacos en que se ubica el recinto de acampada y festival. Este año, la localidad de Vieira do Minho volvió a acoger, cuatro años después, a miles de metaleros llegados de todas las partes de la península Ibérica dispuestos a disfrutar de tres días de Metal, sol y fiesta.
VIERNES 28 DE AGOSTO
Nuestro viaje a Vieira de Minho desde Galicia no duró demasiado, pero debido a nuestros compromisos laborales, tuvimos que “despegar” hacia tierras portuguesas después de comer. Entre el viaje, algunos problemas para localizar el aparcamiento reservado para los medios de prensa y la siempre laboriosa tarea de instalar nuestro campamento, ya habían concluido todas las actuaciones en el escenario pequeño (Seduction Stage).
Cabe destacar que en este escenario actuaron a una hora muy temprana los españoles Killem, con los cuales no puede coincidir en ningún momento de la noche, aunque tan solo fuera para saludarlos, algo que sí ocurrió con uno de los componentes de los portugueses Decrepitance que se unió a nuestro equipo de prensa a lo largo de los tres días que duró el evento. Según me comentaron posteriormente, las actuaciones de los suecos One Man Army And The Dead Quartet y Thanatoschizo fueron de las que levantaron más pasiones en el Seduction Stage.
Nos encontrábamos en plena tarea de asentamiento, cuando saltaban al escenario grande (Dream Stage), los españoles Dark Moor y tuvimos que resignarnos a perdérnoslos y escucharlos desde la lejanía. Sin más tardanzas, nos colgamos nuestros útiles de trabajo y bajamos hacia la zona de conciertos para llegar al Dream Stage en el momento justo en que los alemanes Disbelief salían a escena. Tenía muy buenas referencias de esta banda, un tanto infravalorada, y la verdad es que no decepcionaron en ningún momento de su actuación.
Bajo un sonido impecable (nota predominante durante todas las actuaciones durante los tres días, chapó!!), Disbelief nos ofrecieron una buena ración de temas de su último disco “Protected Hell”, publicado el pasado abril, así como alguno de vieja cosecha. Me gustó mucho el trabajo de guitarras a cargo de Witali Weger, verdadera alma de la formación y que dota al Death Metal melódico de estos alemanes de una “elegancia” única. La cazarrosa voz de Karsten Jäger contentó a los numerosos seguidores de Amon Amarth que se agolpaban en las primeras filas y que parecían disfrutar de lo lindo. Brutalidad y buen gusto musical fue lo que nos ofreció una banda a la que hay que prestar mucha más atención.
Aún saboreando la buena actuación de Disbelief, saltaban a escena los chicos de Textures y baaam!!!, primera en la frente. Los holandeses hicieron lo que quisieron con la concurrencia que vio su actuación y se convirtieron desde el primer momento en uno de los triunfadores del festival. La banda mezcla en sus composiciones Thrash Metal descarnado, Death de última hornada y el toque más técnico de la música progresiva con una facilidad pasmosa y con una energía más propia del Metalcore. Sin duda podríamos hablar de una banda que se acerca al Math Metal debido a los numerosos cambios de ritmos y los breaks casi infrahumanos que se gastan.
Grandes músicos todos ellos, pero realmente espectacular el rubio batería Stef Broks que nos dejó con la boca abierta con su dominio de bombo, timbales y sobre todo, platillos. ¿Cómo pueden sonar tantas cosas a la vez teniendo tan solo dos piernas y dos manos?. Por momentos teníamos ante nosotros la versión metalera de una banda de Jazz. Os recomiendo la escucha de su último disco “Silhouettes”, porque agradará a un amplio abanico del sector metalero. El sonido del concierto, simplemente espectacular. Tras el derroche de energía de Textures, costaba hacerse a la idea de que tocaba el turno a toda una leyenda del Death Metal como son Obituary.
Con la luna de Ermal gobernado soberanamente el firmamento, los hermanos Tardy salían a escena flaqueados por el guitarra Trevor Peres y el bajista Frank Watkins, dispuestos a darnos un buena ración de Death Metal chatarrero que hizo las delicias de los que gustamos de sonoridades old school. Desde que en 2005 la banda regresara a la palestra con el fantástico “Frozen In Time”, y la continuación de este, dos años después, con “Xecutioner´s Return”, la banda no ha parado un solo instante, ofreciendo casi más lanzamientos en estos cuatro años que en los diez anteriores de su carrera, incluido el trabajo de los Tardy Brothers “Bloodline”.
Eso sí, aunque la excusa de esta gira es su último retoño “Darkest Day”, Obituary es de esas bandas que en directo están obligadas a ofrecer clásicos, algunos de ellos verdaderas joyas del Death Metal de todos los tiempos como “Slowly We Rot”, “Cause Of Death” o “I´am In Pain”. La banda empezó con un John Tardy un tanto dubitativo encarando cortes cortos pero realmente adictivos, alguno de ellos de última cosecha y que no levantaron demasiadas pasiones. Fue mediado el show, cuando la banda empezó a descargar toda su furia y como no, se montó el gran petate, en parte gracias a temas como “Solid State” y sobre todo, “Final Thoughts”, de un disco tan atemporal como es “World Demise”. Apisonadora de Death Metal bajo una actitud Rock & Roll.
La amalgama de estilos con la que contaba este año el cartel de Ilha do Ermal, propició que este primer día cerrasen el carrusel de conciertos los griegos Firewind, que provocaron una gran expectación visto el gran ambiente que se vivía antes y durante la actuación de estos nuevos ídolos de la masa heavymetalera. Con la duda en el cuerpo de si la banda contaría con Gus G tras su reciente fichaje por la banda de Ozzy, me ubiqué en las primeras filas mientras nuestro fotógrafo libraba su propia batalla en el foso para sacar las mejores instantáneas al guitar hero de moda. Por supuesto que sería poco menos que tontería que Gus G no estuviese en este show y puede que viésemos una de las últimas actuaciones del músico que allá por 1998 fundara la banda. Quizás motivado por las circunstancias, el show de Gus G fue simplemente genial, se paseó a sus anchas por el grande escenario mostrándonos todo el virtuosismo que emana de sus dedos y nos mostró, además, un gran catálogo de poses de cara a la galería, algo en lo que tuvo la complicidad del vocalista Apolo Papathanassio, que lidera magistralmente a los nuevos Firewind con su facilidad de palabra, su dinamismo en escena y, por supuesto, su gran calidad como cantante.
El show rozó lo perfecto en lo musical, con unas guitarras atronadoras y perfectamente ecualizadas, un Mark Cross que tras los parches nos bombardeó a su antojo y una colección de temas que sin demasiadas variantes en los últimos tiempos está perfectamente compensado entre temas más heavymetaleros y otros más “modernos” y melódicos como son los de su último trabajo “The Premonition”, entre los que destacaron las interpretaciones de “My Lonlyness”, “Angels For Give Me” y, sobre todo “Maniac”, la versión de Michael Sembello que han hecho suya. Realmente espectacular fue el momento vivido con “Falling To Pieces” de su aclamado álbum “Allegiance” y también destacable fueron los más clásicos, “Kill To Live” o la instrumental “Feast Of The Savage/The Fire And The Fury”. La banda se despidió acompañada de una más que merecida ovación; no obstante esta noche Firewind pusieron toca la carne en el asador.
SÁBADO 29 DE AGOSTO
La fiesta de la noche anterior, amenizada por DJ Freitas se alargó hasta las seis de la mañana, noche en la que nuestras conversaciones giraron en torno a Textures. La juerga hizo más mella en unos que en otros, y no se puede negar que cuando me desperté en mi tienda, bastante temprano, el malestar era bastante apreciable. Decidí aprovechar el excelente día que se nos presentaba fuera, con un sol brillando en todo su esplendor y muchos campistas combinando aseo y desayuno, preparándose para otra larga jornada de duro Metal. Opté por dejar a nuestro fotógrafo descansando y que así estuviese en plenas condiciones para cuando llegaran las actuaciones fuertes del día. Bajé a la zona de conciertos con la pequeña cámara digital, así como con el bañador y la toalla para combinar conciertos con baños gratificantes en el “Lago” de Ermal.
Nada más llegar al Seduction Stage, el panorama no era demasiado alentador; no obstante era la una menos cuarto del mediodía y el Sr. Lorenzo nos abrasaba desde un despejado cielo. La mayoría de los madrugadores se decidieron por los baños en el lago, aunque siempre hay incondicionales que no se pierden una. Me acerqué al escenario donde estaban actuando Artworx para sacarles unas instantáneas y la verdad es que no sonaban nada mal. La apenas docena de personas que nos encontrábamos a esas horas delante del escenario disfrutamos de lo lindo con una propuesta basada en los míticos Death, muy técnicos y con un sonido muy bueno que siguió la pauta marcada en el escenario grande. Tras ellos, sí que me decidí por despejarme con un largo baño en el lago, y una vez restablecido y más fresco, decidí empaquetarme “del tirón” los conciertos de Assassiner, My Enchantment y De Profundis, todas ellas bandas portuguesas y entre las que destacaría las actuaciones de los thrashers de onda germana de los primeros y el Metal más oscuro de los últimos que hicieron que se acercaran un mayor número de metalheads a pie de escenario para empezar a calentar vértebras.
Tocaba descansar y comer. Subí hacia la zona de acampada donde mis compañeros seguían profundamente dormidos. Un par de horas después, nuestro compañero Suso me daba el relevo y bajaba a ver la actuación de los freaks americanos Wykked Wytch de los cuales me contó que la “montaron” gorda y que se gastaban unas “pintas” dignas de reseñar. Ya juntos, asistimos a la actuación más esperada por la parroquia lusa, la de sus compatriotas W.A.K.O, con ya un numeroso público haciendo headbangging y sonando realmente bien y muy fuertes amparados en un poderoso Metal de tintes core.
Tocaba prepararse para los conciertos del Dream Stage y entre unas cosas y otras el tiempo se nos echaba encima hasta el punto de perdernos la actuación de Nightrage a los que escuchamos como música de fondo y de los cuales opinamos que no nos estábamos perdiendo nada importante. Con todo el equipo a punto, bajamos para ver la primera actuación potente del día, la de los daneses Hatesphere. Tras el arrollador inicio de concierto de estos chicos, dilucidamos que se nos avecinaba otra gran sorpresa como había ocurrido la tarde anterior con Textures. Contundencia, gancho y melodía es la mejor manera de definir la música de Hatesphere, una contundencia que viene dada por las influencias del Thrash más potente de Slayer combinada con el estilo de la New Metal European School, un gancho propiciado por la enérgica interpretación escénica de sus músicos, destacando la del vocalista Jonathan Albrechtsen que no para un solo instante de “brincar” por el escenario. La parte musical nos es menos importante y meritoria, con las excelentes guitarras de Peter Lyse Hansen y Jakob Nyholm, perfecta combinación de fuerza y melodía, sincronizadas con la tralla percusiva a cargo de Dennis Buhl. Si ya con “Serpents Smile And Killer Eyes” habían destacado en la escena europea, las canciones que nos presentaron de su nuevo disco “To The Nines” y su potente directo ayudará a que no te olvides de este nombre tan fácilmente.
Siempre quise ver a Pestilence… Desde que era muy joven he sentido una auténtica devoción por una banda de la cual por aquel entonces, no era capaz de conseguir sus discos tan fácilmente como ahora, hasta llegar a convertirse en poco menos que una banda de culto para mi, siendo el testimonio musical que poseía hasta hace muy poco de estos holandeses, una vieja cassete que contenía una cinta magnética con una defectuosa grabación del “Testimony Of The Ancients”. Como muchos, me siento afortunado de ser testigo del revival de Thrash y Death Metal clásico que estamos viviendo, y aunque muchas de estas bandas carecen del espíritu extremo de antaño, es una delicia disfrutar de clases tan magistrales de agresiva técnica como la que esta noche nos brindaron Pestilence.
Con una puesta en escena muy minimalista, con telón de fondo negro y con los músicos ataviados en camisetas con el logo de Pestilence en color plata (a excepción del bajista Tony Choy con camiseta de Portugal), y parapetados tras sus micrófonos, la banda salió a dar una clase de Death técnico a la vieja usanza. El disco “Ressurrection Macabre”, fue el claro dominador de la velada, del cual descargaron bombas de ácido y odio como “Devouring Frenzy”, “Hate Suicide” o la excelente “Horror Detox”. Sonido acojonante (en doble sentido), con un Patrick Mameli clavando unas voces guturales y ofreciéndonos depurados solos old school que hicieron las delicias de los muchos metalheads que no pararon un solo instante de montar el cirio, y de levantar polvo, mucho polvo. Desde ya, el bajista Tony Choy es uno de mis nuevos ídolos y me recordó a un John Myung del Death Metal. Sin duda el ex Cynic, es uno de los pilares para levantar ese muro de sonido totalmente engrasado y orgánico del que hacen gala Pestilence. Por supuesto, la banda nos ofreció algunos clásicos como la tremebunda “Consuming Impulse” y “Bacterial Surgery”. Un auténtico conciertazo al que solo le faltó una puesta en escena más llamativa.
Los portugueses son gente especial. A la hora de enjuiciar a Sepultura no se andan por la ramas. No echan demasiado de menos a los hermanos Cavalera y su única filosofía es que son Sepultura y, además, brasileños, así, sin más. La expectación creada en torno al concierto de Sepultura fue la mayor de los tres días, siendo el público asistente muy variopinto aunque dominado por las hordas extremas. La banda pareció sentirse a gusto, como en su propia casa, aclamados por los fervientes gritos de la patria Lusitania. Aunque en un principio se decidieron por algún tema de su nuevo disco “A-Lex”, no tardamos en tragar kilos de tierra cuando la banda encaró el show hacia terrenos más que clásicos.
Cierto es que Sepultura ya no recrean ese sonido de antaño, amparado en dos guitarras, y la interpretación de una temprana “Refuse-Resist” me hizo fruncir el entrecejo. Poco duró mi escepticismo, debido en parte a la grandes dosis de motivación que se gestaba a 360º alrededor de mi persona y como suele ocurrir en estos casos, y siendo testigos de un más que duro y fantástico sonido, decidí cavar mi propia fosa brasileña y tragar polvo a destajo mientras sonaba “Death Embryonic Cells”. La esquizofrenia empezaba a apoderarse del personal con los primeros toques de “Troops Of Doom” con la que la banda empezó a exprimirse en serio, sobre todo un hiper motivado Andreas Kisser (este sí que es un auténtico metalhead) y un sobrado Derrick Green que en cierta manera ya ha relegado a Max Cavalera al olvido eterno. En plena vorágine clásica, la banda se arranca con “Escape To The Voice” que enlazan con “Mass Hypnossis”; ya no hay vuelta atrás, el embarre es total y absoluto, lo mejor era cerrar los ojos y tener cuidado con las vértebras que en ese momento eran puestas al límite de su rendimiento. ¿Cuándo acabará esta locura?…no lo se…, mientras, la banda nos aniquila con “Inner Self”… habíamos llegado a un punto de no retorno… al Chaos A.D. Tras el orgasmo de más de media hora, parecía que Sepultura nos iba a dar un merecido descanso, pero tal era el embrutecimiento del personal que ni tan siquiera un tema más desconocido logró calmar la sed de sangre y violencia. No me pidáis que me acuerde, en parte por que desconozco gran parte del trabajo de los nuevos Sepultura, pero el estribillo decía algo como War!!!…Suffocation!!. Me vi gritando al cielo estas palabras como un auténtico poseso en una estampa que no agradaría nada a mi madre.
Un incendio, por grande que sea, siempre se puede avivar más. Eso hicieron Sepultura, aprovechándose del alto grado de patriotismo del que hacen gala los portugueses, y si se les alienta con frases como “Este es nuestro territorio!!!…nuestro fucking territorio!!”, lo más probable es que te veas rodeado de una estampida de caballos salvajes apunto de ser marcados a fuego. Ya os podéis imaginar por mis palabras que con “Territory” se montó el pifostio padre. De las primeras filas eran evacuados heridos de guerra que mostraban gestos de dolor pero manteniendo una eterna sonrisa que demostraba que el sufrimiento no está reñido con la felicidad. Dispuestos a arrasar Ermal y de que el próximo año no se celebre festival, Sepultura bombardearon el territorio con “Arise”; llegado este momento lo mejor fue escapar hacia una zona más tranquila, “todavía queda mucho festival” (pensaba yo hacia mis adentros). Mamá!!, polvo, polvo, mucho polvo, cuesta distinguir a los músicos en el escenario ante tanta humareda y todavía quedaba “Roots Bloody Roots”, todo el mundo lo sabe y es cómplice de ello, muchos tuvieron que recoger sus propias cabezas del suelo y cosérselas al cuello durante toda la noche.
Tal era la dinámica en que nos habían puesto Sepultura, que no importó que los folk metaleros Korpiklaani no pegaran un “pijo” en un cartel de estas características. A golpe de “Vodka” de su último trabajo “Karkelo” y ataviados con sus mejores galas, la banda ofreció un show divertido, intenso, aunque algo monótono hacia el final del mismo. No obstante y aunque personalmente no me gusta demasiado el estilo de los de Lahtí, muchos se atrevieron a asegurar que habían asistido al mejor concierto de los dos días… quizás el embarre mental que propició la actuación de los brasileños todavía hacia bailar las neuronas de muchos al son de flautas y acordeones. Sin exagerar un extremo y otro, lo cierto es que Korpiklaani agradaron y demostraron no ser una banda más de viking metal… o folk metal, que es una etiqueta que se les asemeja más. Curiosos y buenos músicos a partes iguales fueron ideales para cerrar una auténtica jornada de fiesta.
DOMINGO 30 DE AGOSTO
A diferencia de la primera noche, tras la actuación de Korpiklaani no hubo juerga por mi parte. Me había gustado lo de madrugar y disfrutar del entorno, e incluso visité el pueblo de Vieira de Minho, entre otras cosas para repostar gasolina, ya que el regreso por mi parte estaba programado para esa misma noche de domingo; el lunes tocaba volver a la realidad laboral.
Llegué del pueblo y rápidamente me encaminé al Seduction Stage con la intención de ver a nuestros compatriotas Duelo Eterno, pero como me temía, acababan de finalizar su actuación. A los que sí pude ver fue a los gallegos Minim. Los pobres tuvieron que lidiar con cuatro personas mal contadas y yo decidí tomármelo con tranquilidad y sentarme a comer. Hoy tocaba “carne o espeto”, deliciosa y barata, como todo lo que se vende en los festivales portugueses. Calidad y economía parece ser su lema. Entre bocado y bocado, Minim daban cuenta de su Metal vanguardista y la verdad es que a plena luz del día y sin toda la parafernalia que rodea sus conciertos, no lucieron demasiado pero hicieron buen jaleo. Aunque para jaleo del bueno los thrashers portugueses Angriff que como tantas otras bandas del escenario pequeño me sorprendieron gratamente. Era ya la enésima banda de connotaciones Thrash que veía en el festival, pero para nada se hicieron aburridos. Atrajeron a unas veinte personas.
Tras estos, quizá la mejor banda que actuó en el Seduction Stage fueron los italianos Sound Storm. Brillante puesta en escena y un estilo que se echó bastante de menos en el festi como es el Power Metal sinfónico con female voice incluida. Muy buena actuación del voceras Filippo Arancio que posee un chorro de voz realmente fantástico y unos músicos que se lo tomaron como si estuviesen tocando para cientos de personas, aunque en realidad no llegarán al medio centenar los que por allí andábamos aguantando un sol de justicia. Nos presentaron su único trabajo discográfico, “Twilight Opera” y se les pudo ver posteriormente haciendo promoción del mismo entre los asistentes al evento.
Tocaba cambiar de tercio y nos pasamos al Thrash/Death/Crush de Crushing Sun que metieron una buena candela aún sin tener trabajo discográfico editado y consiguieron acercar a un buen número de incondicionales del Metal portugués. Me salté a Switchtense para poder relajarme un poco y disfrutar plenamente de la actuación de los madrileños Gauntlet que vinieron dispuestos a no arrugarse ni un pelo. “What Dosen´t Kill Us”, es un disco que se presta al directo y la banda desgranó unos cuantos temas de una forma metódica y con una buena puesta en escena, sobre todo por parte del guitarra/voces Miguel Rocha al que noté muy motivado en toda la actuación. También me sorprendió la gran calidad que posee Daniel Millán en las seis cuerdas. Potente Heavy Metal aderezado con toques Thrash el de una banda que muchos no dudaron en apuntar en sus agendas.
Dispuestos a emborracharnos de conciertos y tras la buena impresión causada por Gauntlet, tocaba extremizarse un poco con el Thrash Metal de temática destructiva de Pitch Black, una de las bandas más queridas de la escena extrema portuguesa. Como viene siendo habitual estuvieron arropados por un buen número de bravíos “soldados” mientras la banda nos presentó algunos temas de su nuevo disco “Hate Division”. Muy apropiados ahora que está de actualidad todo el tema de la II Guerra Mundial. Le tocaba el turno a los suecos Deville y su Stoner rock metalizado onda Mastodon; muy apropiados para escuchar mientras nos dábamos otro beatificante baño. La banda cuenta con un nuevo disco, publicado hace muy pocos meses y titulado “Hail The Black Style”.
La última banda en subir al Seduction Stage serían los portugueses
Men Eater, muy conocidos por estas tierras y que fueron de lo más ecléctico del festival. Una propuesta musical donde mezclan Stoner Rock, Sludge y algún deje Doom. Realmente nos recordaron a unos Hellacopters más metalizados y fueron ideales para escuchar en plan hippies sentados en la hierba. Cabe señalar, que al igual que la mayoría de bandas que actuaron durante los tres días en el Seduction Stage, Men Eater también venían presentando nuevo disco, editado en Mayo de este mismo año y titulado “Vendaval”.
Para mantener la tradición de los tres días, nos perdimos el primer concierto del Dream Stage, por lo que poco puedo decir sobre la actuación de los heavymetaleros noruegos Thunderbolt. Sinceramente, consideramos más importante comer algo tras una larga tirada de conciertos, así como pegarnos una ducha en condiciones. Los siguentes en subir a escena, Nightmare son toda una banda clásica del género powermetalero y una de las iniciadoras del estilo en Europa. “Waiting For The Twilight”, primer trabajo de la banda, data de 1984 y son ya siete discos de estudio los que llevan facturados, si contamos el recién estrenado “Insurrection” del cual nos presentaron algún tema. Quizás demasiado power para un público más metalero, la actuación de Nightmare, sin ser mala, pasó algo desapercibida, un poco en sintonía con la propia trayectoria de la banda.
Hablar de RAMP, es hacerlo de la segunda banda más grande que haya dado el metal portugués después de Moonspell y por ello estaba justificada una posición tan alta en el cartel. Los de Seixal dieron comienzo a su carrera en plena vorágine del Nu Metal allá por 1995, y en muy poco tiempo han logrado un estatus privilegiado en la escena. Algunos de los componentes de la banda actuaron como técnicos de sonido en el propio festival, realizando un sobresaliente trabajo, y como el que parte, reparte y se lleva la mejor parte, RAMP barrieron para casa y gozaron de un sonido tremendamente nítido a la par que potente, ideal para acompañar ese Heavy/Thrash de tintes oscuros y por momentos casi industrial que facturan. A punto de editar el nuevo disco “Visions”, RAMP contentaron a una parroquia que se lo pasó de vicio; no obstante parecía que la mayor parte de la gente conocía de memoria muchos de sus temas, a diferencia de servidor que tendrá que indagar más sobre la historia discográfica de esta banda que por lo visto en directo poco o nada tienen que envidiar a las bandas más grandes de la escena europea. Al igual que pasa en España, en Portugal muchas bandas son relegadas a ser protagonistas en su tierra, por mucha calidad que atesoren, y de ahí que no sean demasiado mediáticos.
Llegábamos a la parte fuerte del día. Blind Guardian se hicieron de rogar más que nadie, acaso porque era su la primera vez que la actuaban en Portugal, y provocaron algunos momentos de nerviosismo ante la tensa espera, amenizada por las gracias de uno de los técnicos de escenario que resultó ser un auténtico showman. Una vez todo a punto suena la intro “War Of Path” y la banda sale a escena a golpe de “Into The Storm”. Al igual que ocurriera el día anterior con Sepultura, los alemanes nos ofrecieron un show netamente clásico y se olvidaron bastante de sus últimos discos. Tras el primer corte comenzó el revival del guardián ciego con algunos de los mejores y más épicos temas de su carrera caso de la cañera “Another Holy Wars”, la coreadísima y aplaudida “Nightfall” y la siempre esperada “Traveler In Time”.
Tengo que reconocer que aunque instrumentalmente el show de Blind Guardian brilló en lo técnico y musical, la banda peca de bastante austeridad en el escenario, vayan por delante algunos ejemplos: una banda de Heavy Metal no fue concebida para que su bajista, por muy mercenario que este sea, esté parapetado en el fondo del escenario, esto simplemente se explica en términos de egolatría en una actitud que mina el espectáculo. Siguiendo con el bajo, tampoco entiendo porqué Hansi Kürsch dejó de tocar este instrumento si después se dedica a hacer air bass y con el añadido de que como showman necesita unas buenas clases de arte dramático, porque la verdad menudo pufo de movimientos teatrales que se gasta. Eso sí, vocalmente lo bordó y se encuentra en fenomenal forma. En definitiva, se puede adivinar por mis palabras que no me gusta demasiado la puesta en escena de Blind Guardian, tal comos se le presumiría a una banda de su trayectoria, calibre…y temática.. Se puede hablar de buena actuación musical pero en ningún caso de “buen espectáculo”.
De esta guisa, grandilocuentes temas como “The Script For My Requiem”, el himno “Valhalla”, “Bright Eyes” (sorpresa del personal) o la propia “Imaginations From the Other Side”, son tocados pero no representados. Un 10 para André Olbrich, menudo crack a las seis cuerdas y meritoria actuación del batería Frederik Ehmke en todos estos temas. Aunque “Welcome To Dying” y “Journey Through The Dark” son temas fijos en cualquier set de Blind Guardian, fue sorpresiva la inclusión de “The Quest Of Talenorn”, lo que indica la clara orientación clásica del show de esta noche. Dos de los temas más coreados siempre son “Lord Of The Rings” y “Bard Song-In The Forest”, especialmente brillante esta última. Cerraron con el ya clásico “Mirror, Mirror”. El resultado del partido “Interpretación 10 – Espectáculo 0”.
Fue una pena que tras la actuación de Blind Guardian, servidor estuviese pensando en el viaje de vuelta. Tocaba trabajar al día siguiente y era necesario descansar en condiciones. Esa hora menos de Portugal respecto al horario español no juega a nuestro favor en estos casos. Así y a todo no pude resistirme a presenciar la primera parte del show de Angra. Por suerte, la banda salió sin demasiadas tardanzas y tras una intro orquestal, los brasileños salieron a todo galope con “Carry On”, la cual puso a la parroquia portuguesa más caliente que en todo el show de Blind Guardian. Impresionante sonido el de esta banda que suena como si tuviese una orquesta completa tocando detrás de ellos e impresionante ver a dos palmos de mi cara el virtuosismo de un guitarrista como Kilo Loureiro. “The Course Of Nature” fue el segundo tema en caer, donde vimos a los Angra más progresivos y un trabajo genial del bajista Felipe Andreoli. Miraba a mi reloj desesperadamente, pero como me estaba encantando el show me quedé un poco más para ver y disfrutar de “Silence And Distance”, recibida entre vítores. Uno de los mejores temas de “Holy Land”, muy difícil de cantar y que Edu Falashi bordó, dándole un toque personal. Definitivamente, ahora sí que tenía que dejarlo y aunque con pena, porque intuía que estábamos ante una de las mejores actuaciones de los tres días, tuve que poner pies en polvorosa (nunca mejor dicho). Al día siguiente algunas fuentes me informaron que Angra estuvieron enormes y que dieron un show muy clásico, con varios acercamientos a “Holy Land” y “Angels Cry”, así como algunos de los mejores temas de “Nova Era”.
Y así finalizó un gran fin de semana de Metal con mayúsculas. Un festival de obligada visita para todo aquel que guste de buenos conciertos y zonas de acampada ejemplares, y por supuesto, para los que amen estar rodeados de salvaje Naturaleza. Espero que para el año (como se rumorea) se celebre nuevamente este festival. Un sobresaliente para la gente de DreamSeduction que organizaron el festival sin apenas fallos, tanto en el apartado técnico como en el logístico.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Reportajes).
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