Un clásico de las citas veraniegas europeas para los aficionados al jazz. El festival se celebró entre los días 13 a 19 de julio. Dos enviadas de La Factoría del Ritmo cubrieron actuaciones de los días 17 y 18.
Fundado en el año 1977, el Festival de Jazz de Vitoria se ha ganado un merecido lugar en la primera línea del circuito europeo de encuentros de jazzisticos.
En la edición del año 2008 participaron entre otros Wayne Shorter Quartet, Herbie Hancock, Chucho Valdés Quintet & Bebo Valdés, Milton Nascimento & Trio Jobim, Jef Neve Trio, José James o Charles Lloyd New Quartet. Además de los tres artistas que tuvimos el placer de disfrutar en primera persona: Maria Schneider Big Band, Cassandra Wilson y Sonny Rollins.
MARIA SCHENIDER BIG BAND
Los aficionados al jazz esperábamos con interés y paciencia el día que M. Scheneider, arreglista, directora y compositora estadounidense volviese a nuestro pais. Ya había estado anteriormente en diversas ocasiones. Actualmente cada vez somos más los que disfrutamos con su música, así pues el pasado jueves 17 de Julio, con el estadio Mendizorrotza lleno a rebosar, escuchamos su gran orquesta compuesta por veinte músicos de primera línea. Hace ahora veintitrés años, era una arreglista sofisticada e inteligente que comenzaba su carrera con buen pie al lado de Bob Brookneyer y Gil Evans. No tardó en formar su propia orquesta a imagen y semejanza de aquellos cantautores que en los años 60 revolucionaban el mundo en los bulliciosos cafés del Greenwich Village, logró la atención de los productores alemanes de la fonográfica Enja. Tiene muchos trabajos discográficos “Evanescesce”, “Coming out” “Allegresse” y su hermosísimo “Concert in the garden” .
El jueves rememoró temas de sus discos inspirados en su infancia, juventud y pueblo natal, altamente elaborados siempre al gusto de los paladares modernos. Es una mezcla entre jazz y blues. “Sky Blue”, “Sailing” y “El viento” (inspirado en España) fueron temas muy hermosos aunque que requerían una gran concentración en el público y en ocasiones resultaban difíciles. En conjunto, me deleité con ese aire hispano-brasileño de gran formato que últimamente se está poniendo de moda y esa capacidad suya de composición original, viva y libre.
CASSANDRA WILSON
La emoción por volver a escuchar a Cassandra Wilson después de ese impresionante concierto hace dos años en San Sebastián no tenía límites. La voz más grave e imponente del jazz actual, voz de contralto, tiene la fuerza de las cantantes del Mississipi (Jackson) de donde procede. El jueves 17 de julio, junto con Maria Scheneider, tuve la oportunidad de escucharla en vivo.
Como es habitual en su discografía últimamente, versiona temas del pop con un gusto y sentimiento inigualable (Sting, Bob Dylan, Willie Nelson, Muddy Waters, Abbey Lincoln). La mejor, como anunció el presentador del concierto, domina todos los estilos desde el free-funk hasta el neo-clasicismo de Betty Carter.
En esta ocasión y con nueva banda tendió más a buscar sus raices étnicas. Marvin Sewell, guitarra; Jonathan Baptiste, teclados y piano; Reginald Veal, contrabajo; Herlin Riley, bateria; Lekan Babalola, percusión. Impresionante su versión de “Sweet Lorraine”. Personalmente creo que su repertorio esta vez no fue tan exquisito como en su anterior concierto en España, esperaba algunas de sus maravillosas canciones de “Travelling Miles”, “Belly of the Sun” o “Glamoured”. En conjunto el concierto estuvo bien. Quizá el final, con el bis de despedida, me decepcionó un poco por excesivamente comercial y verbenero.
SONNY ROLLING
El viernes 18 fue el concierto histórico de Sonny Rollings. Lo más impresionante, lo más espectacular fue la actuación de este gran maestro del jazz, saxo tenor de raíces clásicas en el hard bop. Alucinante la sonoridad de este improvisador del jazz moderno. ¡Que vitalidad a sus 78 años!.
Autor de una docena de obras maestras, Rollins- un improvisador exuberante donde los haya- ha escrito su propia historia del jazz, en torno a la duda metódica a menudo atormentada. No le teme a nada, con una vida intensa tras de sí, su trayectoria artística es una constante huida de sí mismo o un “proceso de liberación” que le ha llevado a despojarse de lo accesorio y centrarse en lo primordial. Cada disco suyo es una sorpresa, cada movimiento una inspiración Se permite un trato generosamente despreocupado de las estructuras armónicas, marcando apenas las líneas melódicas con notas muy separadas que a veces ridiculiza e ironiza.
Sus solos dejaron al público sin aliento. “In a sentimental mood” o “Polka dots and moon beans” fueron impresionantes muestras de su dominio.¿Se notan mis preferencias por el jazz clásico en la línea de Miles Davis?.
Al final, mezclando temas, nos dijo por equivocación, o por ser propio de su humor un poco sarcástico característico, hizo reír a los músicos y a los espectadores. Sin duda la mejor actuación en muchos años que ha pasado por este festival. No pudo hacer ningún bis, porque lo dio todo absolutamente en su último tema.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Reportajes).
Be the first to comment