Fernando Llorente: En los aforismos hay un algo de poesía

Fernando Llorente es un escritor cántabro, que lleva publicando libros desde mediados de los 90, combinando obras de poesía, de aforismos y sobre la historia del pueblo saharaui, temática por la que tiene un especial interés.

Su primer libro de aforismos lo publicó en el año 2012, con la editorial La Grúa de Piedra, y se llamó “Disparos al aire”.

Recientemente ha publicado “Estimulantes”, obra que lleva como subtítulo “Contra la flacidez de espíritu”, una nueva entrega que recopila reflexiones punzantes, abiertas a la interpretación del lector y marcadas por un radical inconformismo.

En este libro ha contado con la colaboración de la ilustradora Almudena da Costa, quien se ha estrenado profesionalmente en esta ocasión y cuyas aportaciones gráficas engrandecen la edición realizada por Alas Ediciones.

Para conocer esta obra y su gestación, hemos entrevistado tanto al autor como a la ilustradora:

** Preguntas a Fernando Llorente:

Leer este libro invita a pensar, con calma y atención. Una invitación que va contra la inercia del mundo actual, sumido en las prisas y la superficialidad. ¿Es este libro un acto de rebeldía o al menos de inconformismo?

Cada aforismo es el resultado de un pensar y un sentir, de un pensar sintiendo o de un sentir pensando (Unamuno) a partir de estímulos que asaltan desde distintos flancos, exteriores e interiores, incluso íntimos, a lo que sigue una elaboración formal, con vocación de estilo. Creo que ese es el proceder de quien escribe. Esa búsqueda ya es un acto de inconformismo frente a lo que dice la pregunta. Por otro lado, es un no conformarse con lo que se da por bueno, pues todo tiene la interpretación al uso, pero también tiene otra u otras, no menos pertinentes. Un aforismo debe alejarse de los lugares comunes, de los tópicos, es decir un aforismo es una invitación a pensar…de otra manera. Los de “Estimulantes” aderezan la crítica y el inconformismo con dosis de ironía y cinismo, esa ironía socrática y ese cinismo, no del Diógenes que buscaba “un hombre” con un candil, sino del Diógenes que estaba tumbado al sol, y que, cuando Alejandro Magno le ofreció lo que quisiera, para neutralizar sus escándalos ante los ojos de los ojos de los bien pensantes, le respondió: “quiero que te apartes, que me estás tapando el sol”. Dicho con un aforismo propio: la ironía es la gracia de la inteligencia, pero sin unas gotas de cinismo no tiene chiste. Reflexión, emoción, crítica, ironía, cinismo creo que son los componentes de todo aforismo que se precie.

¿Estos textos han nacido de momentos espontáneos de inspiración que luego se han ido recopilando, o ha habido un esfuerzo intencionado para escribir un libro de aforismos?

Más bien, la primera de las opciones que planteas.

En 2012 publicaste un primer libro de aforismos, “Disparos al aire”. ¿Se pueden considerar continuación uno del otro o son reflejo de dos momentos marcadamente diferentes en tu vida?

Las dos cosas. Los temas son los mismos, existenciales. En este sentido, es continuidad. Pero los mismos temas son vistos con otra mirada, pues todo lo que se vive se puede vivir de infinitas maneras. En ese sentido, responden a otro momento. Pero no tan marcadamente, pues uno es otro, según el momento, pero sin dejar de ser el mismo.

Sabemos de tu preocupación por el buen uso de la lengua. ¿Crees que es posible explicarles a las nuevas generaciones que merece la pena cuidar la lengua y que maltratarla es renunciar a una gran fortuna?

Supongo que es difícil, pues los nuevos instrumentos de escritura están íntimamente ligados a las prisas, de las que hablas en la primera pregunta. No recuerdo quién dijo que, incluso una carta familiar debería contener alguna intención literaria. No voy a pedir que un mensaje de texto a través del móvil sea literario, pero sí me gustaría leerlos en una escritura correcta. Me chirrían los k, los xk… Ya, se me dirá que se puede escribir k en un mensaje de texto, siempre que, cuando sea necesario se escriba que. Vale, pero mantengo que que es siempre que. O debería serlo.

Este libro ha inspirado a una ilustradora y a un músico. Pensado en este último, me he llegado a plantear una diferencia sustancial entre el acto de creación de un escritor, que termina su obra y se queda totalmente en manos de los lectores, frente a un músico, que crea su obra, pero luego la puede revivir cada vez que la interpreta en vivo. ¿Cuándo terminas un libro te distancias de él? ¿Te gustaría tener la posibilidad de “recrearlo” como pueden hacer los músicos

Si ha inspirado a un realizador de vídeos, a un músico y a una ilustradora, debe de ser porque en los aforismos hay un algo de poesía, como no podría ser de otra manera. Si recrearlo es volver a leerlo, puedo hacerlo tantas veces como quiera. Pero no tiene mucho interés, pues he sido su primer lector, tantas veces como lo haya corregido, sin dejar de ser, por ello, su primer lector. No sé si el músico, cuando revive su obra, cambia algunos nota o tono. Lo tiene fácil, pero al escritor, por más que lo relea ya no puede cambiar ni las erratas. Así, que mejor dejarlo como quede.

Fuiste profesor de filosofía. Una materia que se ha ido arrinconando en los planes de estudio. ¿Crees que esta situación afectará gravemente a la formación de las futuras generaciones? ¿O que el mismo tipo de personas que desarrollaron un sentido crítico, recibiendo filosofía entre otras muchas asignaturas, encontrarán otras bases para desarrollar ese sentido crítico?

Es gratificante encontrarse con quienes fueron mis alumnos, y me digan que les enseñé a pensar. Pero ocurre que nadie piensa por otro, como a nadie le duele la muela de otro. El método socrático, la mayéutica, es instrumento eficaz para pensar por uno mismo. Consiste en ir orientando ese pensamiento con preguntas, lo que facilita, no solo el pensar del aprendiz, sino el diálogo con el profesor. La filosofía apuntó un sentido crítico en quien la estudió.

Su desaparición de las aulas ha sido paralela a la minimización de las humanidades, en general, empezando por el latín y el griego, sin los que se pierde mucho del sentido de lo que decimos, y, por tanto, mucho del entendimiento de lo que oímos o leemos. Pero, yo, que no tiendo al optimismo, creo que nunca faltarán quienes siempre ejercerán ese sentido crítico, aunque no sé hasta dónde alcanzará su radio de influencia. Es verdad que las circunstancias, que diría Ortega, no dan para mucho optimismo.

Este libro lo has publicado con un joven proyecto editorial. ¿Qué consejo le darías a los entusiastas que se han embarcado en algo tan loco, y a contracorriente, como publicar videos en tiempo de mensajes cortos y sobredosis visual?

Un vídeo es un mensaje visual. Creo que nunca he dado consejos, y menos a quienes tienen las ideas claras, respecto a lo que quieren, en el caso de esta editorial, Alas Ediciones, publicar libros sin subvenciones, sin micromecenazgos, sin ánimo de lucro, pero sí con respeto absoluto a la libertad de los autores y con un criterio selectivo, no solo en cuanto a la calidad de los textos, como es obvio, sino también en cuanto a la capacidad de estos para ser interpretados por otras formas de expresión artística, de modo que puedan dejar distintas marcas en sus destinatarios. Consejos, no, mis mejores deseos, sí.

¿Tienes algún nuevo libro en marcha o al menos en mente?

No suelo tener un libro en mente, excepto los cuatro que he dedicado a la historia, vida y cultura del pueblo saharaui. El resto son poemas, recogidos en cinco poemarios, y aforismos, en dos libros. En marcha están siempre. Y sí, tengo un libro terminado, que es verdad que durante su tiempo estuvo en mente, un poemario, “Anotaciones en la”, que es una colección de acrósticos con nombre de mujer y versos endecasílabos.

** Preguntas a Almudena da Costa:

¿Cómo surgió tu colaboración en “Estimulantes”?

La colaboración surgió a través de Alas Ediciones. Fue la editorial la que me propuso la idea de colaborar. Se lo agradezco enormemente, por todo lo que ha supuesto para mí

¿Qué impresión te causó leer el texto de “Estimulantes” por primera vez?

Es realmente difícil tratar de transmitir todo lo que en mí se revolvió al leer “Estimulantes”. Fue emocionante. No puedo describirlo. Me cautivó cómo el autor es capaz de decir tanto a veces con tan pocas palabras. Vi belleza, escuché silencio, descubrí a Cioran, sentí calor.

¿Cómo fue tu relación con el escritor? ¿Recibiste el relevo y creaste tu parte autónomamente, o hubo un intercambio de ideas?

Alas me envió los aforismos, los leí con todo lo que ello supuso para mí, y comenzó el proceso de ilustración. Durante este proceso no hubo relación con el escritor. Después de varios meses a partir de los primeros bocetos, se perfilaban ya las ilustraciones de una forma casi definitiva, y aunque yo manifestaba a la editorial mi inquietud sobre la falta de relación con el escritor, de alguna forma me intranquilizaba que él no hubiese visto aún ni un solo boceto de lo que ya iba tomando forma definitiva, la respuesta siempre era la misma: será lo que tú presentes. Cuando ya todas las ilustraciones estuvieron prácticamente terminadas la editorial envió al autor la ilustración que ahora es portada del libro. Fue la única ilustración que Fernando Llorente vio antes de la edición. El resto las conoció ya formando parte de lo que ahora es el libro.

Es tu primera acción artística con una importante difusión pública. ¿Te ha animado a seguir realizando ilustraciones con tanta proyección pública?

Efectivamente es la primera vez. Cuando leí los aforismos tuve claro que quería ilustrarlos. Lo quería por todos los vínculos que encontré entre ellos y aspectos que ahora, y también en algún momento pasado de mi vida, han sido de gran relevancia para mí. Varios de ellos de forma individual, y otros en el conjunto de ideas generales que se hilan a través de ellos. En esos momentos iniciales solo la idea de poder expresarlo en forma de ilustraciones era algo que sencillamente no me podía creer. Ni en esa fase inicial, ni luego durante todo el período de trabajo íntimo con los aforismos, fui consciente de que el fin último era que formasen parte del libro, de que se publicasen. Todo lo que me estaba aportando el tiempo en intimidad con los aforismos junto con el proceso de ilustración ya era mío, formaba parte de mis vivencias y desde luego me había dado algo que nunca había imaginado. Sinceramente no me importaba que, a la hora de presentar el trabajo al autor, bien él o bien la editorial, decidiesen que no iban en el libro. En definitiva, la proyección pública no formaba parte de la motivación. Ahora ya con el libro editado y las ilustraciones formando parte de él, tengo que reconocer que me hace mucha ilusión que el libro se haya publicado tal y como lo conocemos ahora, y desde luego que deseo que la difusión sea del mayor alcance posible. Cara a ilustraciones futuras, para mí la raíces o cimientos son lo que el texto me pueda transmitir, y si hay complicidad con él. En caso de ser así no dudaría en sumergirme de nuevo en el proceso de ilustración. Me ha dado tanto en esta primera experiencia…

Profesionalmente te dedicas a la ingeniería. ¿Crees que el arte y la ciencia son disciplinas muy diferentes o mucho más relacionadas de lo que mucha gente cree?

Yo sí les encuentro relación. Si uno se detiene, lo analiza, y lo piensa, la respuesta es que existe una relación mucho más profunda de lo que de forma inmediata uno pueda intuir. Pero para mí, tan importante o incluso más allá de la reflexión sobre la relación que pueden tener, está la idea de la complementariedad. No debemos separarlas.

¿Tienes artistas que para ti signifiquen algo especial, de alguna manera hayan influido en tu obra y que nos puedas recomendar descubrir?

Muchas gracias por esta pregunta. Desde luego que sí. Quizá se podría diferenciar entre artistas que conozco a través de sus obras, de otros a los que tengo el enorme placer de conocer de forma personal. Sinceramente me resulta muy difícil pensar en cómo han podido influir en la forma en que tengo de plasmar mis ideas y sentimientos a través de la pintura. Pero desde luego que todo conocimiento que uno va adquiriendo influye en el resultado de lo que va creando. En cualquier caso, para mí lo más importante son los artistas que han hecho despertar en mí el amor por el arte. Según palabras de Ortega y Gasset, “… podemos reducir los componentes de toda vida humana a tres grandes factores: vocación, circunstancia y azar. …” . Diría que fue el azar el que hizo que en los momentos en que más me interesé por el arte conociese a la persona que desde el primer momento me cautivó en su forma de vivir y transmitir el arte. Sin duda eso marcó un antes y un después en mi relación con el arte. Pude comprobar de nuevo en mi vida lo lejos que uno puede llegar a ver cuándo tiene la suerte de ir a hombros de un gigante. Mi más profundo agradecimiento a este artista y Maestro.

¿Qué está siendo para ti lo mejor tanto de colaborar en el libro, como de participar en las presentaciones y acciones de difusión de Alas Ediciones?

Lo mejor han sido las horas de intimidad con los aforismos durante el proceso de ilustración. Todo el desarrollo de las ilustraciones mezclado con la lectura de los aforismos que lo acompañaba. En definitiva, la íntima relación con los aforismos en la doble vertiente de su lectura y su ilustración. A partir de ahí, también destacar otros aspectos que han significado mucho como la relación con el escritor, Fernando LLorente. No sólo he tenido el placer de conocer más profundamente a Fernando como escritor, sino que he disfrutado de todo lo que me han aportado las conversaciones que hemos y seguimos teniendo (descubrir a Cioran ha sido también un placer). También la relación con los editores. Colaborar con Alas Ediciones, teniendo en cuenta su filosofía como editorial, está siendo un placer, y espero de todo corazón que nuestra relación se mantenga en el futuro. Y por supuesto, el calor de todas las personas a las que estoy teniendo el placer de conocer durante el período de presentación y de difusión del libro.

Video presentación de “Estimulantes”:

Enlaces de interés:

“Estimulantes” en Alas Ediciones
Alas Ediciones