Una colección de piezas instrumentales compuestas para un documental sobre los bombardeos sufridos por la población de Barcelona entre los días 16 a 18 de Marzo del año 1938.
El ya conocido ánimo artístico explorador de Fermin Muguruza le lleva en esta ocasión a un territorio inédito en su carrera hasta este momento, el de las bandas sonoras. Su nuevo disco recoge las piezas musicales que el músico vasco ha compuesto para el documental "Mirant al Cel", del directo Jesús Garay, dedicado a los terribles días que se vivieron en Barcelona, entre los días 16 y 18 de marzo del año 1938, cuando el bando nacional bombardeó sistemáticamente la ciudad condal, experimentando las tácticas prácticamente inéditas hasta aquel momento (con el único precedente en fechas previas del bombardeo a Gernica) de ataque indiscriminado a población civil, que luego fueron utilizadas en abundancia durante la Segunda Guerra Mundial en los ataques a diversas ciudades.
El disco recoge veinticuatro cortes, de unas duraciones por lo general bastante breves, en los que se tienen orientaciones musicales diversas. Algunos cortes son próximos a la mezcla de géneros que ya se conocían de los discos de Fermín Muguruza, con elementos dub, drum n bass y dubstep (un género de origen inglés, con muchos ingredientes de los dos anteriores), pero hay otros donde se utilizan instrumentaciones clásicas, con chelos, violines y pianos, algo que nunca antes había publicado Fermín Muguruza.
Aunque el sentido de las bandas sonoras siempre se percibe en su totalidad escuchadas en el entorno de la película en las que se utilizan, este disco admite con soltura una escucha independiente, transmitiendo unos sentimientos de amargura, desazón y miedo… que son los que predominan en el documental, reflejando lo vivido por los habitantes de Barcelona en aquellos fatídicos días. En este aspecto hay que destacar lo útil que resulta el dub, con sus ecos que se desdibujan en el infinito, para inundar al oyente con una sensación de dolor en vacío muy inquietante.
El álbum se ha grabado en estudios de Nueva York, Bristol, Adoain e Irún, con la colaboración de diversos técnicos de sonido y de varios músicos que se han encargado de tocar los instrumentos "reales", que son mayoría frente a las programaciones, utilizadas solo en los cortes rítmicos, que a su vez son minoría.
Un disco triste, amargo, que nos presenta a Fermin Muguruza en una nueva tesitura musical, en la que se ha desenvuelto con acierto.
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