Que algo raro pasaba por Carabanchel se notaba nada más salir del Metro de Vista Alegre.
Unos cuantos jembés anunciaban que esta noche el Palacio de Vista Alegre no acogía a rockeritos venidos a baladistas ni a reinas del maquillaje pop.
El ambiente que se respiraba era, nunca mejor dicho, global, pues muchos y muy variopintos son los seguidores de este cantante universal al que los medios le catalogan de cabecilla del movimiento anti-globalización (cuando él mismo afirma que le viene grande tamaña etiqueta).
Entre los más de 10.000 asistentes (prácticamente lleno absoluto) se encontraban desde estudiantes de sociología a informáticos con carrera. Desde niñas bien, pero alternativas, a punkis abiertos de miras. Si esto es el futuro de la antiglobalización, aquí hay caña para rato.
Pero centrémonos en lo que dio de sí la noche, que fue bastante. Por lo pronto, decir que Manu y su internacional banda comenzaron con una puntualidad más propia de por encima de los Pirineos que de estas latitudes. A las diez en punto se apagaron las luces de un escenario decorado al estilo naif (sencillo pero colorido) marca de la casa. Entonces saltaron los músicos a oscuras para dar paso a un exultante Manu Chao.
Y es que se le notaba con ganas, tanto a él como a la banda, y eso siempre hace que la química comience a funcionar. Si a eso le unimos lo rápido que comenzaron con su particular pachanga, hicieron que a la segunda canción el público estuviera a sus pies.
Pero los minutos pasaban y faltaba por salir Fermín Muguruza. Los impacientes se preguntaban incluso si se habría caído del cartel. Pues no, a los 40 minutos de haber comenzado el concierto saltó con muchas ganas el veterano cantante vasco. Se notaba que allí de lo que se trataba era de pasarlo bien, que la cosa no consistía en ver quien da la nota más alta. Allí había muchas ganitas de fiesta y de bailar (¡¡dios mío, qué elegante es este hombre cuando baila ska!!), y para compartir estas sensaciones tocaron temas del repertorio histórico de ambos cantantes, de Mano Negra a Negu Gorriak. Con Fermín se tocó la parte más política del repertorio, una faceta que sinceramente me preocupaba que Manu hubiera olvidado, a tenor de su “abandono de las armas” de “Próxima Estación… Esperanza”. No fue así, y las consignas entre canciones nos recordaron que el mundo sigue en lucha: Prestige, represión y gente como Bush o Berlusconi, al que definió como el ciudadano más impresentable de Europa. Además, una pancarta con el lema “Estrecho de Gibraltar, fosa común” presidía uno de los laterales del escenario.
Tras una pausa desapareció Muguruza y Manu Chao se aposentó en el centro del escenario donde armado con una guitarra y acompañado mínimamente por la banda y “máximamente” por el público desnudó varios de sus temas más conocidos de su carrera en solitario, como “Clandestino”.
Tras ello, vuelta a la pachanga y a poner el personal a cien y para no perder su costumbre, despedirse muy pronto, a la hora y tres cuartos para, ante el estruendo del público, aparecer de nuevo y hacerse una tanda (con y sin Fermín) de bises que llegó hasta la media hora y que bien podría haber culminado con el mítico “Sarri Sarri” de Kortatu, pero que prefirió ahogar con dos versiones que reflejan su etapa más reciente. El trovador está enamorado y le gusta cantar viejos temas de amor: “Volver, volver”, cañera eso sí, y la muy sentida “Me quedo contigo”, la cual, sinceramente me dejo un sabor de boca final un tanto agridulce. Mal postre para tan buenos platos.
Finalmente, no me queda más remedio que hacer referencia a la polémica suspensión de dos conciertos de su gira debido a presiones de la Asociación de Víctimas del Terrorismo por el hecho de cantar junto a Fermín Muguruza. En esta revista ya dimos nuestra opinión con los ataques a Su Ta Gar y principalmente a Soziedad Alkoholika. Si ellos se erigen en vigilantes de lo que se puede o no escuchar… ¿quién vigila a los vigilantes?
Comentario: Félix Vera
Fotografías: Xurxo Lago
Nota: El comentario corresponde al concierto de Madrid, las fotos son de la actuación de Vigo en el mismo mes.
(Fecha de publicación: 11/09/2003)
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