Lo primero que cabría decir respecto de este disco es que, tal y como aclara el mismo Roberto Iniesta, en el interior, este no es el último disco de Extremoduro sino, el primero de lo que se ha dado en llamar Proyecto Pedrá.
Este disco lo grabaron Gary (de Quattro Clavos) a la batería, Selu al saxo, Iñaki “Uoho” Antón (de Platero y Tú) tocando la guitarra, teclados, percusiones y hasta el trombón de baras, D. al bajo y el inefable Roberto Iniesta poniendo su inconfundible voz así como tocando la guitarra y haciendo coros.
La grabación es de agosto del 93, es decir hace ya dos años. El problema fue encontrar una discográfica que quisiera saar algo tan novedoso al mercado (!Que sorpresa! ?Verdad?). Finalmente tuvo que lanzarse como un disco más de Extremoduro.
Pero dejemos aparte estos avatares y pasemos a analizar la “galleta” en cuestión. lo primero que te sorprenderá es que sólo contiene una canción de 28 minutos. !Vaya, vaya!. Por tu mente empezarán a pasar negro pensamientos. ! A ver quién aguanta 28 minutos de una troba sobre cualquier tema épico, al estilo de MANOWAR en último disco!. El que haya pensado esto es que no conoce a Robe. Este disco es una unión, o mas bien, una conjunción de ritmos, tan distintos entre sí y tan bien acoplados que podría durar el doble sin perder un ápice.
Durante la casi media hora se suceden ritmos cálidos, con el saxo de Selu dominando de sobre manera, solos de piano, guitarra flamenca, como partes realmente cañeras donde Iñaki nos vuelve a demostrar (a los que le hemos en Platero y Tú) que es un gran dominador de las 6 cuerdas; y no solo por su habilidad recorriendo los trastes sino por su dominio para sacar los sonidos más peculiares, aunque le supongo ayudado por los técnicos de grabación en este apartado. Pero… ¨no se me olvidaba alguien?. Claro, Robe.
Robe es el alma del disco. La verdad es que ha conseguido sacar provecho a su (para que nos vamos a engañar) limitada voz. Haciendo un ejercicio de modulación bastante impresionante. Desde los inicios susurrantes a los momentos en los que, acompañado apenas por un piano nos cuenta sus penas mañaneras, va adaptándose al ritmo y a la fuerza de las distintas etapas por las que pasa esta “suite”… ! y son bastantes!.
El problema que yo encuentro a Pedrá son las letras. No es que sean malas, !para nada!, es otra cosa. El asunto radica en que si por lo general, la poesía de Robe es muy libre (tanto como su mente) en esta ocasión creo que son demasiado anárquicas, y lo que otras veces es una cualidad, creo que aquí lastra el resultado. Por lo general las estrofas se suceden sin nada que las una. Y esto al final puede ser un tanto extraño cuando no chocante para la mayoría. De todas formas sería injusto que no dijera que para cualquiera que haya oido las letras de Iniesta en los anteriores LP’s de Extremoduro tampoco son algo que llame excesivamente la atención. Aún así, !tranquilos! no tienen nada que ver con las de Heroes del Silencio (afortunadamente).
Por cierto, y para terminar con el asunto de las letras, creo que, sin caer en mojigaterías, hay una parte en la que el señor Iniesta se desfasa un poco y se vuelve bastante vulgar y en esto no debiera caer el poeta. !No dejemos que el “amor” a los “maderos” convierta una poesía en una lista de insultos!. ?O.K.?.
Resumiendo: Iniesta sigue sorprendiéndonos y el resultado final es un disco que hará las delicias de los seguidores de Extremoduro. Si te gustó “¨Dónde están mis amigos?”, este no te defraudará. Si no estás familiarizado con el grupo, abre tu mente (!pero ábrela mucho!), porque es muy diferente a lo que edita normalmente.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 2 (sección: Comentarios de discos).
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