La banda aragonesa presenta su cuarto trabajo titulado “Los días de palabras muertas”.
Teruel es una de esas zonas de la vasta Iberia paradigma de la España vaciada. Sin embargo, eso no es óbice para que entre sus cosas interesantes uno no pueda encontrar el jamón, los melocotones de Calanda o visitar pintorescas poblaciones con Albarracín o Calaceite. A todos estos atractivos de la citada provincia aragonesa hemos de añadir el rock que hace una banda capitalina que ya cumple los diez años sobre los escenarios. Con motivo de la presentación en Madrid de su cuarto disco de estudio, estuvimos hablando con Fabian, cantante y frontman de la formación turolense.
¿Cómo está EFFE? ¿Tenemos EFFE para rato?
Lo primero es agradeceros que nos hayáis hecho un hueco en vuestro espacio. Y respecto a lo que me preguntas pues la banda está en un momento bastante bueno y super motivados con el lanzamiento de este último trabajo.
Yo os conozco poco. ¿Podrías describirnos brevemente como comienza esta historia?
Llevamos diez años en la carretera y este es el cuarto disco de la banda. Llegamos desde Teruel, que es un sitio pequeñito. Todo empieza con una inquietud personal, ya que todos veníamos de otros proyectos previos. Yo como letrista tenía la inquietud de grabar un disco, con unas letras que tenía. Nos encerramos tres amigos en un estudio y como resultado salió el primer disco de EFFE. Cogimos unos músicos y lo defendimos haciendo casi entre sesenta o setenta bolos en los dos años posteriores. Tras ese primer disco nos dimos cuenta de que la banda empacaba guay, que estábamos contentos, que había feeling, que nos entendíamos. Es entonces cuando EFFE pasa de ser un proyecto personal a una banda, que es como queda conformada hasta hoy.
¿Y lo del nombre? ¿No os confunden con la cadena de noticias? Bien es cierto que seguro que muchas de vuestras letras se inspiran o podríamos asemejarlas a los contenidos de cualquier telediario en el que solo se ven penas, injusticias, …
La verdad es que se nos está quedando un mundo guapísimo, no? Para enmarcarlo…junto al cubo de la basura. Pero bueno, ya sabemos cómo es el ser humano, es así de despreciable. El nombre viene de que EFFE es un palíndromo, que se lee igual hacia adelante que hacia detrás. EFFE se escribe siempre con dos F, que es lo que nos diferencia de la agencia de noticias.
EFFE no habría existido si no hubiese existido ¿qué grupo? ¿Por ejemplo Extremoduro? Ya que en vuestras letras habláis de “Sol de Invierno”, “A deshoras”, …
Pues no te sabría decir. Es cierto que dentro del rock urbano los grandes referentes están claros. Pero por la edad que tenemos podríamos decir que hemos mamado de las mismas fuentes que de las que han mamado los grandes que están funcionando ahora. Nos encanta todo el rock urbano, desde Extremoduro, pasando por Marea, Barricada, Los Suaves, El Drogas y mucho más. Y encima tenemos la suerte de que mantenemos una estrecha relación con algunas de estas bandas.
Estáis presentando vuestro cuarto trabajo “Los días de palabras muertas”. ¿Qué evolución encontramos en el disco respecto a los “Cuentos de Invierno” de hace una década?
Pues una evolución completa. El primer disco quizás sea más pausado, concebido por personas, en un estudio con un productor distinto y demás. Sin embargo, en estos tres últimos discos ya mantenemos al mismo productor, a Kolibri Díaz de Marea. Y se tienen que notar las pinceladas que va dando. Este cuarto disco es mucho más maduro, es un disco mucho más tranquilo a la hora de componerlo, a la hora de darle esos arreglos que le queríamos dar, de darle esa forma que queríamos dar.
El título del disco también es curioso “Los días de palabras muertas” ¿Qué quiere decir, vosotros que precisamente incorporáis mensaje en vuestras canciones?
Pues es un pequeño homenaje a toda esta peli de miedo que hemos vivido con la pandemia, donde muchos de los pensamientos, de los recuerdos, de las ideas se quedaban detrás de las mascarillas. Todas las conversaciones eran a través de una pantalla o una mascarilla y no cara a cara, como a nosotros nos gusta. Como yo siempre digo, hay que apuñalar mirando a los ojos. Es ese pequeño homenaje a todo lo que se quedó por decir y por hacer y que se quedó detrás de las mascarillas, que no nos dejaban ver la expresión facial.
La portada también a priori es una paleta de colores mezclados como humos…
Quiere representar ese mundo onírico donde se quedaron todas esas cosas que no nos pudimos decir en la pandemia. Nosotros le hemos querido dar ese enfoque, como de los tres colores primarios. Representa como un espacio a lo lejos.
El disco, que rezuma punk-rock a tope, tiene mensajes en sus letras de lo más reivindicativo, pero, desgraciadamente, más común y realista de lo que realmente deseásemos. Empezáis con “Sin nada”, un retrato de un sintecho que representa poco menos que un cero a la izquierda en esta sociedad…
Son realidades que están ahí en la calle, que los vemos día a día, y que pasan totalmente desapercibidos para una sociedad que los ignora. Yo creo que el rock también es un poco ponerles cara a esas cosas, dar visibilidad a las cosas que no se ven. Este tema surgió paseando por una ciudad, cuando te das cuenta de que hay gente que está viviendo así, que probablemente tengan problemas asociados y que nadie los ve. Una pena.
En un tema como “Me he pasado la vida” describís la vida de unos currantes de la música como sois vosotros. ¿Merece ese esfuerzo la música? ¿Cuántas veces os ha partido la música la vida, la salud, la sonrisa? ¿La propia música os ha suturado lo que ella misma os partió?
La música siempre es curativa. La música es como una droga. Cuando te metes en este mundo, hasta que no llevas muchos años o no te das cuenta, pues creo que no la aceptas. Pero llega un momento, con unas edades como las nuestras, que aceptas la música tal y como es. A nosotros la música nos ha roto el corazón muchas veces, pero también nos lo ha cosido otras tantas. Y creo que siempre merece la pena seguir intentándolo y seguir haciendo lo que más amas.
Este es el tercer trabajo en el que colaboráis con Kolibrí, al que ya supongo que casi mimetizáis como un miembro más del grupo. ¿Qué os aporta el bueno de David?
Lo primero es que David que es un gran músico. Pero si grande es como músico, mucho mayor es como persona. ¿Y que nos ha aportado? Pues todo el conocimiento y la sabiduría que él tiene sobre el rock, que también es mucho. Así que estamos tremendamente agradecidos a todo lo que siempre nos ha enseñado y (por qué no) todas las puertas que también nos ha abierto.
Os gusta (y mucho) el tema de las colaboraciones en vuestros discos. En esta ocasión habéis tirado de Kutxi, que supongo ha sido fácil, pues el tío es el perejil de todas las salsas, no falta en ninguno… De hecho, el tema le viene como anillo al dedo…Eso sí, el video es poco rockero…
En esta primera avanzadilla del disco hemos intentado que estos singles que han salido con sus vídeos sean de otra manera, que no tengan mucho que ver con lo que viene diciendo cada canción. Nos apetecía hacer algo distinto y contar con Kutxi es siempre un lujo. Es la persona más desprendida del mundo, siempre está dispuesto a colaborar siempre. De hecho, ya había colaborado con nosotros en el segundo disco. Yo pensé que era un tema que le iba como anillo al dedo, a él, al gran patriarca del rock and roll español actual. Y vino un día al estudio mientras estábamos grabando y le dije que si le apetecía. Al principio se hizo algo el remolón, pero en cuanto la escuchó dijo que la grababa. Y es que le tenemos un cariño inmenso.
Sigo con las colaboraciones. También están la de Jerry de Cuatro Madres y la de Ramoncín. ¿Cómo ha sido colaborar con José Ramón, un polifacético personaje, que en tiempos pasados se vio envuelto en alguna polémica pero que siempre ha sido un gran músico?
Pues colaborar con Ramón ha sido una pasada porque nos lo ha puesto todo muy fácil y sencillo. Siempre ha estado dispuesto a todo, no ha puesto ningún problema, siempre ha estado súper colaborativo. Desde un primer momento era un tema que a mí me parecía que también le podía venir muy bien, desde que lo escuché. Tenemos un amigo en común, le escribí y se lo propuse. Él estuvo dispuesto y encantado de hacerlo. Y coincido contigo en que Ramón también ha sido, en ocasiones, maltratado. Pero hay que reconocer que es historia viva del rock and roll de este país. Creo que habría que estudiarlo. Si no es en primero, en segundo de rock and roll habría que tener una asignatura que se llamara Ramoncín.
Venís de Teruel. ¿difícil hacer rock por allí, no? ¿o por lo menos hacerse oír?
Cada vez es menos difícil hacerse oír por el tema de las redes, por el tema de los grandes medios de comunicación. Pero sí que es cierto que te tienes que tomar tu tiempo para venirte a Madrid a presentar tu disco y tu trabajo. Nosotros la suerte que tenemos es que además estamos girando y tenemos un montón de fechas también y ahí vamos a ir enseñando este último disco.
Lleváis cuatro discos y diez años en este lío. Este debería de ser el puñetazo definitivo de la banda encima de la mesa, ¿no? Esto ya no es flor de un día…
Como se dice: “llevamos los huevos pelados”. Nos encantaría que este fuera el disco definitivo, que la gente ya dijera “ostia, en Teruel hay una banda que se llama EFFE, que hacen un rock que es capaz de mover a todo el mundo”. La verdad es que creo que estamos en el camino, estamos orgullosos del trabajo que hemos hecho y la acogida está siendo muy buena.
¿Qué techo os marcas en esto de la música? O sois como el Cholo: disco a disco y concierto a concierto…
La historia es seguir trabajando, es seguir creando. Techo ninguno, ¿porque te vas a poner un techo? Hasta donde llegues, esto funciona así. Hasta que ya no me quede más, como antes te decía haciendo referencia a Robe.
La Factoría del Ritmo da las gracias al grupo y a Ana Laballo por las facilidades dadas para poder realizar esta entrevista.
Videoclips de las canciones: “La compla del rock and roll” (con Kutxi Romero) y “Curso rondando” (con Poncho K).
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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 26 (sección: ).
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