El afamado grupo madrileño acaba de lanzar “Complications”, su nuevo disco, con el que vuelven a situarse dentro del espectro del rock alternativo.
Corría el año 1993 cuando Michael Jordan, el considerado como mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, abandonaba sorpresivamente el mundo de la canasta para enrolarse en un club semiprofesional de beisbol. Dos años más tardes, Mike volvía a las canchas de baloncesto para agrandar su leyenda. Trasladando esta historia al mundo de las siete notas, nos encontramos con un caso similar, el del grupo que abrió el melón del rock alternativo en España (que inició a nivel mundial Nirvana unos años antes). Dover comenzó de manera arrasadora su devenir musical. “Devil came to me” vendió hasta 800.000 copias y los elevó al Olimpo del rock español, abriéndoles fronteras más allá de los Pirineos, en parte debido al uso del inglés en sus canciones. Tres discos posteriores confirmaron estas expectativas. Sin embargo, mediada la década pasada, sorprendían a propios y extraños con la edición de un disco de música electrónica que hizo renegar a muchos de sus fans y dar por perdido a este grupo para el que había sido siempre su estilo. “I ka kene”, un disco con raíces étnicas, fue su siguiente cosecha y confirmaba que Dover no tenía pensado a volver a lo que habían sido sus orígenes. Sin embargo, y tras una re-edición de la gira de ese segundo disco, retornaron a ese sonido que les encumbró y que, esperemos, les devuelva a la senda que les llevaba al top del rock musical europeo. Hemos tenido la suerte de poder hablar con ellos (Cristina, Amparo, Jesús y Samuel), tras la edición de “Complications”.
¿Cómo está Dover? ¿Tenemos Dover para rato?
En realidad no lo sabemos. A estas alturas de la vida del grupo es difícil saber si habrá algo más después este disco o no. Es algo que no podemos aventurar.
Habéis vuelto a casa (la del Rock) por Navidad, aunque os habéis hecho esperar. Hay gente que puede compararos con el hijo pródigo que retorna al calor del hogar cuando no puede vivir fuera de su seno natural. ¿Os sentís como hijos pródigos o exploradores de culo inquieto?
Pues pensamos más que somos gente inquieta, ya con una carrera musical dilatada que te permite creativamente poder explorar otras vías alejadas de lo que has hecho hasta entonces. Somos lo suficientemente mayorcitos como para poder decidir qué camino tomar, ya que no tenemos padre que nos esté esperando a la vuelta.
¿Qué valoración hacéis de vuestros dos discos anteriores?
Son dos discos que los sentimos parte de nuestro ser Dover, tanto como los anteriores a ellos. Nosotros no los consideramos una aventura, sinceramente. Cuando echamos la vista atrás pensamos que todos, sin ninguna excepción, son discos muy buenos.
Si en “2” popeábais las canciones rockeras de los discos anteriores, ¿es posible una redición de “Follow the city lights” en versión distorsionada?
No lo vemos muy probable. En su momento lo hicimos porque nos apetecía pero realmente fue un trabajo de chinos. Adaptar las canciones de rock a una versión más popera fue una ardua labor. Quizá hacerlo al revés sea más sencillo, pero en el estado en el que nos encontramos a día de hoy, tocamos las cosas como son, sin ningún complejo.
Yo soy de los que me alegro de que volváis a hacer este tipo de música pero seguro que hay opiniones radicalmente contrarias, que os tacharán de vendidos y oportunistas. ¿Cuál está siendo la respuesta de los fans?¿Habéis ganado o perdido seguidores en las cuentas de las redes sociales?
No tenemos ni remota idea. A día de hoy, consideramos que es un error consultar constantemente las redes sociales para ver que se dice, que se opina sobre nuestro trabajo. No nos interesa ese modo de interacción. El termómetro válido será el público que acuda a nuestros conciertos, donde nosotros podamos conocer, de primera mano, que canción gusta más y cual menos. Tenemos cuentas en las diferentes redes sociales pero son un invento moderno. Anteriormente a ellas tu también percibías lo que le gustaba al público y lo que no. Realmente no sabemos ni poner un tweet.
¿Qué porcentaje de culpa en vuestro regreso tienen la gira de “Devil came to me”, la crisis de la escena musical y vuestro ADN rockero?
Nuestro ADN rockero influyó, por que no. La gira también tuvo su parte de culpa pero realmente fue que, llegado el momento, volvimos a sentir y disfrutar activando la distorsión. Había pasado mucho tiempo y nos apeteció. Creemos que hay que innovar e igual que ahora hemos vuelto al rock quien sabe si en un futuro no hacemos otro disco de un estilo diferente.
¿Qué nos podemos encontrar en este nuevo disco respecto a The Flame, el último disco rockero?
Son discos completamente diferentes, separados por la friolera de trece años. Es un sonido diferente, más actual, con otra cadencia, etc. El disco The Flame, aunque es un disco muy bueno, refleja un cierto cansancio creativo. Mientras que este último es justo todo lo contrario, desborda ganas de hacer rock, era como partir de la casilla cero. En The Flame ya se percibe unas ciertas ganas de cambio.
La portada del disco está compuesta por cuatro fotos y, es parecida en ese sentido, a la de “The Flame”. ¿Qué habéis querido plasmar en ella?
Realmente no hemos querido plasmar nada en la portada. Casi ni nos acordamos de la portada de ese disco (risas).
Habéis grabado este disco en vuestro propio estudio ¿Por qué? ¿Qué se gana respecto a un estudio?
Se gana tranquilidad, intimidad, tiempo y se ahorra dinero. Sin menospreciar a los estudios (los hay y muy buenos en Madrid), el ambiente es más creativo en tu local. Realmente es ahí donde han nacido las canciones y el disco, mezclado por el propio Jesús, suena muy bien.
El disco vuelve a tener aroma Dover, donde destacan las melodías contundentes apoyadas en la característica voz de Cristina (quizá con menos rabia que en anteriores discos), con elementos que os han caracterizado como el uso del palm mute en vuestras canciones, los arpegios e incluso los grititos de Cristina pero los más heavys seguimos echamos de menos solos de guitarras contundentes ¿No os han gustado nunca?
Curiosamente es el disco con más solos de guitarra, aunque no son discos con solos al estilo heavy. Es algo que nunca nos ha llamado la atención.
No obstante, vuestro disco tiene trazas todavía algo poperas ¿Son secuelas temporales o permanentes? De hecho tenéis fecha para tocar en el Contempopranea en Badajoz o el Bbk Live en Bilbao, festivales más de estilo indie-pop…
Siempre hemos tenido esa traza de ese estilo de música en nuestras canciones. Temas del segundo disco como “Winter Song” o “Spectrum” o del “Late at night” como “The Hitter”. En general, nuestras melodías siempre han sido muy pops, aunque luego el aderezo ha sido más heavy.
Echando un vistazo a vuestras letras, nunca os habéis caracterizado por hacer una crítica social en vuestras canciones ¿Es algo debido a que cantáis en ingles y es más difícil que llegue vuestro mensaje o es algo que nunca os ha llamado la atención?
Una letra, en el fondo, es un poema. En ningún lado dice que una canción (pop o rock) tenga que llevar implícita o explícitamente una crítica social. El simple hecho de hacer música ya puede ser una pedorreta a la sociedad.
Está de modo ahora grabar discos de versiones o covers donde los grupos homenajean a las que han sido sus influencias musicales. Dover también ha tenido fuentes de las que ha bebido ¿Nunca se os ha pasado esta idea por la cabeza?
No, pero es una cosa que podría ser algo divertido para el futuro. No obstante, por ejemplo, Cristina uno de los momentos que más detestaba en un concierto era cuando había que tocar la versión de turno. Siempre prefería tocar las canciones propias a las versiones de otros grupos, aunque fuesen canciones que adorara en voz del autor.
Vosotros abristeis la línea del rock alternativo en castellano, de un tipo de grunge seattlero alejado de lo que se practicaba aquí en España. Sin embargo esa línea parece haber tenido poquísima continuidad dentro de la escena musical española (y no será porque no haya seguidores…) ¿Por qué puede haber sido? ¿Quizá es un tipo de música que no se adapta bien al castellano?
En España gusta mucho el pop español. El indie que se hace actualmente es el pop español.
Centrándonos ya en los 20 años que lleváis al pie del cañón y echando la vista atrás, ¿Qué os queda por hacer que no hayáis hecho?
Nos quedan muchas cosas por hacer. Por ejemplo, nos gustaría tocar en Japón, que allí no lo hemos hecho. O bien, formar parte de una banda sonora de una película bonita y nunca nos lo han ofrecido. Y ya, puestos a pedir, una colaboración con Paul McCartney o bien una gira con Foo Fighters.
¿Con quién os hubiera gustado compartir escenario y no lo habéis hecho?
Por ejemplo, con The Strokers. Sería interesante a la vez que emocionante.
¿Qué lecciones tenéis aprendidas en todos estos años?
Lo primordial es que no te aburras nunca. Y, sobre todo, que lo importante es lo que sale al principio, previo a cualquier elaboración o manipulación.
Si tuvierais la oportunidad de empezar de nuevo, ¿qué cambiaríais y en que os reafirmaríais?
No borraríamos nada. Si volviéramos a empezar seguro que no seríamos Dover.
Tras todo este tiempo tocando juntos las hermanas seguís compartiendo grupo. Tenemos afamados casos donde los hermanos han tenido sus más y sus menos y se han tirado los trastos. ¿En qué se basa que la unión fraternal esté a la par con la unión rockera?
Hemos tenido suerte hasta ahora, aunque pudiéramos tirarnos los trastos en cualquier momento (risas). Pero dejarnos de hablar, ni de coña. No obstante, se suele a resaltar las malas relaciones entre los hermanos que comparten grupo, cuando ha habido (y hay) peores relaciones entre miembros de un grupo, pero que no destacan tanto por no ser hermanos.
Seguís cantando en inglés, ¿en algún momento se os ha pasado por la cabeza cantar en la lengua de Cervantes o bien vuestras canciones no sonarían igual en castellano? ¿Lo habéis intentado aunque sea en vuestro local?
En el disco anterior cantamos en francés y en bámbara. Era parte del experimento y ello te llevaba a otro sitio. A lo mejor nos apetecerá en algún momento cambiar el idioma porque nos traslade a lugares diferentes. No lo sabemos, a ciencia cierta.
Hemos vuelto a los principios, con el auge de los conciertos en salas pequeñas. ¿Se acabó el boom de los festivales, del cual vosotros habéis sido asiduos actores?
Bueno, sigue habiendo mogollón de festivales. Quizá no sean tantos como hace unos años pero sí que hay. No obstante, a Amparo le gustan más las salas pequeñas y dejamos los festivales para el buen tiempo.
Para acabar, ¿han creado escuela Dover en el rock nacional?
Pues no lo sabemos. Habremos influenciado a grupos pero, para hacer escuela en España, tienes que hacer pop-rock en español.
La Factoría del Ritmo quiere dar las gracias al grupo y a Gema Molero por las facilidades dadas para poder llevar a cabo esta entrevista.
Videoclip del tema “Too late”:
Enlaces de interés:
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Entrevistas).
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