¿Quieres un compañero musical que te acompañe durante mucho tiempo? Invita a tu vida a un disco de esta banda valenciana.
Doctor Divago es un grupo especial. Tan especial como cualquier otro grupo que pone su alma en sus canciones.
Pero también es especial porque esa semilla que incrustan en sus letras y sonidos seduce al oyente con suavidad, lo agita con elegancia y le invita a fijarse en cada uno de los detalles de sus letras, apuntalados por un prudente ropaje musical y subrayados por una emocionante interpretación vocal. Y lo hacen de una manera única y personal.
Disfrutar de esas canciones, que surgen del talento creativo de Manolo Beltrán, que también es el cantante del grupo, es tan nutritivo como hacerlo de las composiciones de Jose Ignacio Lapido, de los temas de Hendrik Röver al frente de Los Deltonos, Antonio Arias con Lagartija Nick e incluso Jorge Martínez con Los Ilegales; si bien en el sonido de Doctor Divago la vertiente pop prevalece sobre el rock.
Llevan en activo desde finales desde los 80 y desde entonces han publicado 12 álbumes, un recopilatorio, varios EPs y singles.
Esos plásticos contienen decenas y decenas de canciones, que están afectadas por un hecho singular: las antiguas no pierden un ápice de actualidad y las nuevas ya resultan atemporales.
Su más reciente trabajo, lanzado el pasado 2023, fue “La tierra prometida”, otro brillante trabajo sobre el que hace unas pocas semanas, ya en 2024, lanzamos una lluvia de preguntas a Manolo Beltrán.
Tras más de tres décadas de trayectoria, es admirable que grupos como el vuestro siga con la capacidad creativa de componer nuevas canciones. ¿Dónde encontró vuestro compositor, Manolo Bertrán, las musas para crear las canciones de “La Tierra Prometida”?
Hola, al habla Manolo Bertrán. ¿Cómo estáis? Pues voy pillando de aquí y de allá: lecturas, noticias, algo que me cuentan, gente de mi entorno, películas, algo que llevo dentro y no había salido… La vida, en definitiva. Con el tiempo, cada vez soy menos prolífico, precisamente la vida me deja pocos huecos y tengo que hacer un esfuerzo para ponerme manos a la obra. Cuando era más joven componía todo el tiempo; ahora tengo que administrarme. Además, que uno ya ha dicho muchas cosas y, seguramente, tiene su propio límite. Lo mejor, cuando vas por ahí y te asalta una melodía o una letra de canción y lo grabas o apuntas, o te escribes a ti mismo, en medio de un viaje en metro, por ejemplo.
Este disco lo lanzasteis a finales de 2023, cinco años después de “Complejo Alquería Frailes 13”, periodo en que aconteció una pandemia a escala mundial. ¿Cómo influyó ese acontecimiento en que ese periodo entre los dos discos fuera tan extenso? ¿Para vosotros el encierro y las restricciones fueron una rémora o una oportunidad?
Sí, empezamos a preparar canciones hacia verano de 2019. La primera tanda de grabaciones es de otoño de 2020; la segunda de la primavera de 2021. Luego hubo que acabar las mezclas y pasar a fase de masterización. En todo este tiempo pandémico solo paramos de ensayar cuando nos confinaron y alguna vez que alguno estaba más a tope de virus que de costumbre. Y poco a poco fuimos completando los arreglos de todas las canciones. Afectó a nivel anímico, sin duda. El panorama de restricciones de aforo, distancias de separación, mascarillas… no invitaba mucho a presentar el disco en directo. Así que tampoco teníamos prisa. Luego, también influyeron los plazos de producción, de 5 meses para el vinilo. Hacia otoño de 2022 estaba todo listo y empezamos a sacar adelantos, pero decidimos posponer la salida del disco a enero de 2023.
Vuestras canciones están llenas de personajes que transitan por ellas. Algunos reales, otros ficticios, incluso algunos que regresan de canciones de álbumes anteriores. ¿Son para Manolo esos personajes, y las vidas de los otros que observa a su alrededor, un asidero imprescindible para encontrar las ideas que se transforman en canciones?
Sin duda. Trabajo a golpe mundo interior, pero también con influencias externas, hasta el punto de que a veces se confunden unas y otras.
Con la perspectiva de haber publicado el disco hace ya un año… ¿Cómo lo veis dentro de la evolución musical del grupo?
Pues, hombre, uno siempre piensa que el último es el mejor, o de los mejores. Desde luego, es un paso más dentro de nuestra propia forma de hacer, que siempre ha sido muy personal. Y nuestro trabajo lo centramos en pulirla y disfrutarla. Intentamos hacer un disco que no tuviera altibajos en la medida de lo posible. Ha pasado un año y para nosotros no ha perdido vigencia, seguimos contentos con las canciones y el sonido.
En este disco cambiasteis de técnico y productor, contando con David Garzinsky. ¿Qué tal fue trabajar con él? ¿Qué impronta dejó en el disco?
Yo diría que ha aportado una luminosidad especial a estas alturas. Aunque llegamos al estudio con todo bastante claro y bien ensayados, a nivel de sugerencias, arreglos, pulir armonías, etc. su contribución fue muy positiva para el acabado final del disco. Es un musicazo y un técnico magnífico. Y otra cosa es que fue muy fácil trabajar con él, con muy buen ambiente, con paciencia, y eso es un factor importante también.
Hicisteis tres videoclips de canciones de este disco: “Ojos de serrín”, “De puntillas (mejor dicho, levitando)” y “El día después”. ¿Elegisteis hacer videos de esas canciones porque era las más especiales para vosotros o porque os parecían las que más podrían gustar al público?
Eran las que más nos seducían para ese fin. Pero son especiales para nosotros y pensamos que también lo pueden ser para el oyente. Aunque tiene su importancia, no nos vuelve locos tampoco eso de acertar con el single. Nuestro público suele ser fiel y apuesta por el disco entero. Si no te gustan esas canciones no te va a gustar el resto. No te gusta Doctor Divago, vamos.
No se trata de vídeos al uso, con los miembros grupos tocando o siendo los protagonistas. Sino de piezas muy artísticas y cercana a la pintura o la fotografías. ¿Qué nos podéis contar sobre la grabación de esos vídeos y los artistas que participaron en ellos?
Estamos un poco cansados de salir en los clips, no somos actores, aunque hemos hecho algunos en ese plan y nos hemos divertido. Preferimos contar con gente que haga animación y acercar un poco los dos mundos, nuestra música con el trabajo de vídeo de otro artista. A lo largo de nuestra historia hemos hecho unos cuantos así. Para este disco contacté con Laura PB, que es una artista que conozco a través de Ángela, mi pareja, que ya había hecho vídeos para Lanuca (el proyecto de mi pareja, en el que he colaborado a la guitarra muchos años). Quedaron unos vídeos chulos. Para el último, Laura trabajó con las ilustraciones que Chumi había hecho para el arte gráfico del disco.
¿Cómo ha sido la recepción de este disco entre el público?
Pues para nuestro público ha sido muy bienvenido y celebrado. Algunos han dicho —siempre pasa— que es el mejor de nuestra carrera. Somos conscientes también de que no llega a todos los sitios donde podría o debería llegar, por limitaciones promocionales y, quizá de estilo. Pero a estas alturas ya nos conocemos el cuento.
En esta ocasión habéis lanzado el álbum en digital, CD y vinilo. En este último formato se llegó a publicar vuestro debut en 1992. ¿Por qué optasteis por rescatar este viejo formato que últimamente se ha puesto tan de moda? ¿Compensa hace esa tirada?
En vinilo se publicó nuestro debut “Regalos vivos”, el disco “Las canciones del año que viene”, de 2008 y el anterior, “Complejo alquería frailes 13”, de 2018. Nosotros, sin entrar en qué suena mejor o peor que lo dejamos para otros con ganas de discutir, venimos de esa cultura del disco de vinilo, de levantarte a darle la vuelta y todas esas chorradas. Y nos mola especialmente también por el tema de las portadas, mucho más lucidoras. En cualquier caso, nosotros escuchamos CD, discos de vinilo, streaming, no le hacemos ascos a nada. Y por eso lo sacamos en todos en esos formatos. Nos ha faltado el casete…, que también lo sigo escuchando a veces.
¿En qué lugares lo habéis presentado en directo? ¿Nuevas fechas a la vista?
Lo hemos presentado en Valencia. Hicimos varios conciertos en la ciudad, con diferentes formatos y repertorios, y también fuimos al festival Felicia Pop de A Coruña el verano pasado. No hemos hecho más que 6 conciertos desde que salió el disco, pero todos buenos, que es lo que queremos. A estas alturas viajar no nos suele compensar. A lo largo de nuestra carrera hemos girado cada vez que salía un disco, a veces en condiciones demasiado precarias. Hace unos años, sobre todo a partir del 25 aniversario, decidimos cuidarnos y hacer solo conciertos mínimamente rentables o que valgan la pena, en buenas condiciones. Es justo lo que hemos hecho con este disco. En mayo, tenemos otra cita en el 16 Toneladas de Valencia.
La opinión de la prensa sobre vosotros, en la que se interesa en el rock y el pop, es magnífica. Algo que también compartimos en La Factoría del Ritmo. En un universo justo, seríais un grupo que vive íntegramente de vuestra música. Pero en declaraciones de Manolo a la revista Exiles H Magazine en 2023, reconocía que el grupo sigue adelante sobre todo por satisfacción personal. ¿Ha habido momentos en que tenías el firme propósito de que el grupo fuera vuestro único trabajo? ¿Esa idea llegó a poner en alguna ocasión su continuidad al borde del precipicio?
No, en realidad nunca se dio esa oportunidad de forma clara. En las épocas en las que el grupo generó más ingresos, se emplearon para reinvertir en el siguiente trabajo. Y hoy en día los ingresos en derechos de autor y conciertos son muy escasos. Hubiera estado bien vivir de esto, o quizás se hubiera ido todo al traste, no se sabe. Nuestra relación con la industria, cuando la hubo, siempre fue tangencial. Pero es que nunca fue un objetivo, realmente. Nosotros siempre vivimos para esto, aunque no viviéramos de esto. Nuestro objetivo era hacer canciones dignas, grabarlas y presentarlas en directo, centrados siempre en la música. Ni más ni menos. Y hace muchos años que nos sentimos profesionales.
La formación que ha grabado “La tierra prometida” ha estado unida 20 años, algo sorprendente, porque previamente había habido muchos cambios en el grupo. ¿Cuál ha sido la clave para esta continuidad?
A nivel musical y personal hemos funcionado muy bien en estos 20 años. A mí me gusta decir que es para desestabilizar la lógica, ya que se supone que un grupo como el nuestro ya debería estar disuelto, ¿no? No hay muchos casos similares. Después de 35 años sobre los escenarios y 20 con esta última formación, trabajando poco menos que desde la invisibilidad, de forma absolutamente independiente, ¿qué sentido tiene? Ninguno. También suelo decir que el secreto está en que nunca hemos hecho grandes planes, más allá de los más inmediatos, ensayo a ensayo. Así que sigue resultando grato vernos las caras todas las semanas, seguimos disfrutando. En Doctor Divago hay muchas cosas sorprendentes o que no suelen ser frecuentes. Esta es una de ellas.
¿Tenéis ya nuevas canciones compuestas? ¿Algún nuevo proyecto de Doctor Divago a la vista?
“Bendita dispersión” se llama la última que he hecho, no se lo había dicho a nadie. Todavía no la he llevado al ensayo. No tengo más, pero digo yo que irán llegando y las iremos arreglando y preparando para grabar. Ahora mismo estamos centrados en el repertorio para el concierto de mayo. Después, ya se verá. Vivimos al día.
¿Hay algo en especial que os gustaría decir a vuestros seguidores y a las personas que hayan descubierto esta música por esta entrevista?
Pues que sigan disfrutando nuestra música en nuestro Bandcamp o donde sea y que quedan discos a la venta que se pueden comprar en https://www.bonavenamusica.com/shop/
Será una alegría. ¡Gracias por la atención y un abrazo! Y a la Factoría del Ritmo, gracias por vuestra labor independiente desde 1995, sois un espejo donde mirarse.
Videoclips de las canciones “El día después” y “Ojos de serrín”:
Más información:
Web oficial: https://www.doctordivago.com/
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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 26 (sección: ).