Actuación en la sala Eventual Music, presentando el repertorio del proyecto Dos Tenores, con una revisión de la vertiente más Hip Hop del grupo, con canciones clásicas de sus primeros discos y algunos nuevos temas de su más reciente álbum.
Def Con Dos, con su propuesta “Dos Tenores” aterrizaron en la capital de la Costa del Sol. Una plaza muy favorable, siempre a las giras y descargas de los vigueses. Memorables fueron sus actuaciones hace años en la feria de agosto e incluso alguna sala desaparecida, tipo Vivero y hoy día, remodelada y renovada, como sala Trinchera. Donde por cierto, no hace mucho pudimos disfrutar en marzo, también de una espectacular gira 35º Aniversario de Barón Rojo; en el caso de DCD, quizás no lleven tantos años desde su ópera prima “Primer asalto”, pero 25 años la verdad en los tiempos que corren, son para celebrarlo y más con el público fiel de Málaga, que no quiso perderse por nada del mundo este bolo tan especial.
A pesar de la “amenaza” de suspensión que invadía el enrarecido ambiente, la final de copa de fútbol y la cada vez más asfixiante política de control total sobre la población, por qué no expresarlo así. Al menos, mientras se pueda… Porque dentro de poco, todos seremos sospechosos. No habrá presunción de inocencia, gracias a la “ley Mordaza”, que también azotará con su vil látigo a las lenguas mordaces y críticas que levanten la voz en contra de su sistema caduco y en decadencia, que quizás nunca nos procuró el manido y supuesto bienestar, que cacarean y repiten como loros los políticos bipartidistas al dictado de los lobbies de poder, que realmente conforman el estado. Y esto viene a colación, por el ensañamiento sufrido a nivel de la coartación de libertades sufrido por uno de los protagonistas de la noche que nos ocupa en esta crónica, César Strawberry.
El grupo en la propuesta Dos Tenores, tiene en su line up a Peón Kurtz, César Strawberry a las voces y J. Al Ándalus a los instrumentos y programación en directo. En principio, J. Al Ándalus saldría con un bajo tuneado que le impostó al sonido ese toque “old school” del que está impregnado el disco conmemorativo de la gira del 25º Aniversario, también reseñado en esta casa. Mientras, César Strawberry y Peón Kurtz, no pararon de rimar, saltar, bailar y disfrutar con el personal. Que a su vez, no paró de hacer lo mismo, incluso hubo momentos que alguien se atrevió con el break dance y tras algunos pases emulando al “robot”, terminó por hacer el “helicóptero” en el resbaladizo suelo.
Este feed back, no dejó indiferentes a DCD, como reconocería el propio César Strawberry, tras finalizar el concierto, en la zona de prensa y cuando salió a saludar a los fans más acérrimos, agradeciéndoles su respuesta. Y más, en momentos tan delicados y cercanos aún en el tiempo, con la desagradable detención por parte de los llamados cuerpos de seguridad del estado. Pues tan sólo hacía unos 11 días de tales hechos. Precisamente, César se mostraría muy sensible a la hora incluso de bromear un poco del tema, cada vez que lo requerían sus letras y mensajes de canciones, ya de por sí mordaces y suponemos que también es una forma de exorcizar la mala sangre e impotencia que deben generar unos hechos así; tan sólo, por tener un punto de vista diferente y encima con un cariz artístico y no exento de humor irónico.
Pero bueno, que se puede decir de un país, que a modo de cortijo, unos poderes fácticos, se han adueñado del mismo y están en permanente estado de acoso y derribo, a las nuevas fuerzas emergentes políticas de izquierda, movimientos civiles y todo lo que implique según ellos lo contrario al pensamiento único. Quizás temerosos de perder esa parte del pastel y supremacía sobre el resto de los mortales.
Volviendo al concierto en sí, el público malagueño, aunque no tan numeroso como en otras ocasiones, sí quiso estar al lado de un grupo, que por desgracia, a uno de sus líderes vocales, como ya hemos anticipado, le había tocado el “premio” de cabeza de turco. Ya que es “ejemplarizante” según esos neoliberales de carnet, como en los 80 hicieran PSOE con Eskorbuto, Barón Rojo o Barricada a distintos niveles y ya a partir de los 90, con la otra cara del bipartidismo, quizás la más agria y rancia de todas, PP, su entorno y a veces al “juego” se apuntó la corona, esa misma a la cual le han sacado los colores en los juzgados, curiosamente por haber incurrido en su caso, en verdaderos, probados y reprobables delitos; persiguieron a conciencia a la banda vasca Soziedad Alkohólica, la revista el Jueves y ahora Def Con Dos.
DCD comenzó con una intro a modo del comienzo del discazo “DCD Dos Tenores” para abrir boca con “Sobreviviendo”. Haciendo gala de un sonido muy limpio y cuidado, tan sólo perturbado en el buen sentido, por los efectos y oleadas guitarreras de J. Al Ándalus. Quizás para recordar, que aunque en un formato más reducido, no dejaban de ser DCD los que estaban sobre el escenario.
Esa noche himnos generacionales como la revisión de “Agrupación de mujeres violentas” o “Pégale al ruido” cobrarían más sentido que nunca. Y hablando de vueltas de tuercas, temas como “El coche no”, en esta versión más de la vieja escuela, también sonaría en directo estupendamente. J. Al Ándalus al igual que sus compañeros se le vio motivadísimo toda la noche y estuvo magnífico con las guitarras, ya fuera soltando riffs cañeros a través del mástil de las seis o cuatro cuerdas y cuando templaba “armas” en la programación. Temas como “Edipo rey”, “Basta de nacimientos” o “Quemé el Liceo”, enardecieron aún más al público que se dio cita en el evento. Y es que era una noche no sólo de celebración, sino de reivindicarse y plantar cara a las situaciones rocambolescas, pero a la vez de una maldad implícita e inusitada contra figuras públicas y afines al libre pensamiento.
De las nuevas píldoras musicales de nuevo cuño, que esperaba y disfruté de lo lindo en directo, sin duda, el single que se presentó con videoclip incluido “Habrá que morirse más”, aunque la crítica contra el mal uso de la tecnología “Cuelga y espabila” sin duda es otra de mis favoritas. Y es cierto, es hora de colgar y de espabilar, porque como no hagamos piña entre la gente que cree en la libertad, al final volverán tiempos grises. Se acercaba el final del concierto y para este tramo y los bises, reservarían algunos pesos pesados. Antes, tocarían viejos temas como “Coprofagia” o la revisión de “Los discursos de Lenin están mal traducidos”.
Para el final del evento reservaron el gran tema “Que no te cojan” con una apreciación irónica de César, que vino a decir algo así como: “tendré que aprenderme mejor esta letra”. Con el tema “Miedo a un planeta DEF”, prácticamente dijeron adiós a una extensa actuación, con interminables bises, que agradecimos en sobremanera todos los asistentes. Esperemos verlos de nuevo y que su punto de vista distópico, transgresor; pero, sobre todo crítico, esté siempre presente. Será, síntoma sine qua non, de que la democracia por fin, goza de buena salud en este “imperio” de paletos retrógrado.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Reportajes).
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