No hay vértigo. Una artista en directo, un sorteo, la sonrisa de la suerte y las emociones del disco girando en el reproductor.
1.- Preliminares
Escucho por 1º vez a Dàhlia Durán en el microabierto No Es Moco de Pavo, en el local Alfa en Vivo, del barcelonés barrio de Gràcia (mi barrio, que no es mío, pero se entiende la expresión, ¿no?).
Una propuesta con un cartel de mujeres en esta ocasión, artistas, mezcla de humanismo, diversión, sonido, mixtura, fusión y cultura.
La escucho a ella y a unas cuantas artistas más. Creo que son tres temas en directo y después nos toca a quienes nos hemos apuntado al micro con poesía dos amigos, Teresa e Ignasi, y presentando mi versión reducida de un espectáculo de microrrelatos de terror en lo que se refiere a este cervecero escritor y crítico musical con barba.
Al final hay una rifa y me toca Miedo a las Alturas el disco de 11 cortes, las letras la mayoría son de la cantante, salvo la última, que es una versión de un tema de un tal Joaquin Sabina, grabado en 2017, en el verano, en Carancho Home Estudio.
2.- El cd y unos cuantos nombres
De la producción musical, mezclas, sonido en directo y grabado a base de cuerdas, percusiones, mezclas y programaciones, se encarga con maestría Diego Gayol. Ambos hacen sus dedicatorias, como es natural, y hay una colaboración en el 11º tema, el del tal Sabina, de Cèlia Conejo. Un tema en el que se consigue una exquisita dualidad de voz acompasada, una armonía que es puro ritmo.
La carátula en blanco y negro envuelve el paisaje a través de un perfil de Dhàlia y por detrás, junto al listado de temas, va a una foto de los dos artistas.
3.-No hay vértigo.
¿Miedo a las alturas? Yo diría que no, más bien lo contrario, firmeza y carácter se imprimen en todos los sentidos en este primer disco. Se inicia el disco con el corte “d de despistar”, un primer impulso tras una intro en la que se mezclan sonidos urbanos, la voz de la cantante y la música como recurso con una programación, las cuerdas de alguna guitarra como una extensión y ligeros punteos de percusión.
La felicidad, en la letra, se da cita con un trance de espacios y reflexiones. La canción hacia el 1m06s presenta un giro con más ritmo, una declaración de principios y tonos de ansiedad en un reto de vida, abandonos y la circunstancia de la soledad. Las cuerdas son rasgos sonoros y se suman a una voz que añade en su mensaje la firmeza y la introspección.
Es este un corte en equilibrios instrumentales pendulares, con las percusiones bien metidas hasta los 2m22s y un riff melancólico a los 3m08s con acompañamientos sonoros de fondo.
Le sigue “Bailemos”, más efusivo, cálido, guitarra clásica, lenta, en un juego de corazones y movimientos. Una invitación agradecible para, ¡tenía yo razón!, olvidar miedos. Es un desafío. El timbre de voz es enérgico, más extendido con esa vitalidad a partir del 1m23s y más modulada en ese cauce. El teclado que aparece es melódico y se esparce la alegría durante todo el tema.
4.-Principalmente y más.
Pues sí, así es. Ese, “principalmente” es el título de un tema más, con un ritmo y sonido cabaretero y principios existencialistas en la letra, con las cuerdas siendo compás, típico del bajo, y coro de voces sobre el 1m53s. ¿Hay que tener cuidado con los desconocidos?
Y ese más de este apartado es ya el 4º corte, titulado “miedo a las alturas”, comenzado con una carga sonora, fusión de percusiones y guitarra. Tal vez es más introspectivo que los anteriores, con la voz en un sutil tono nostálgico más acelerado con la expiación de algunas dudas.
Tonos más modulados al 1m11s, en un lapsus agradable la guitarra es más suave al 1m30s destacando sobre los 3m crujiente de unos 23s y un cierre templado en todos los sentidos en una armonía que rima.
El 5º tema es un intermedio, una ruptura con todo lo anterior. Se titula “Arte”, pasea sus inicios con un teclado y un barullo instrumental suave, paradisiaco, muy bailable y romántico, diría que es mi tema favorito del disco, al que le veo unas raíces muy funky´s. Plantea una pequeña variación al 1m43s, con una letra de sensaciones eróticas, descriptiva, es un viaje de cuerpos sensual, con un compás dulce a los 2m08a.
5.- Ecuador
Ya sin vértigo, sin miedo, se llega en este buen trabajo, primer disco, a su Ecuador, a la mitad. Una 6ª pieza titulada “Vivo en mi canción” que ya es toda una declaración de principios, un alegato de la artista, de ella misma, de sus letras y canciones, con una buena percusión en el sonido y agradables rasgos de guitarra. ¿Todo tiene su tiempo?
La voz es cálida, todo este álbum se expresa así. Creo que es el tema en el que las mezclas y la producción demuestran mejor que ninguno el buen hacer.
Más intimista, en otras vertientes, es el que le sigue. “Ya nunca podré verte”. Una lírica expresión de tristeza en la que la guitarra amamanta el recuerdo, una perdida, un fin, un traspiés que aporta la memoria. Tema en sonido más pausado, sentimientos a flor de voz, mucho más cauteloso a lo 2m24s.
En “Madre”, 8º corte, Dhália se toma un pulso así misma en la tena familiar. Monólogo y diálogo se citan entre encuentros y desencuentros con fuerza y la demostración de que la palabra tampoco tiene vértigos. Hay incisiones de sonidos y la guitarra es más bien punteo. Yo diría que es un desquite necesario para ella.
6.-El azar nos lleva a “azar”.
Escucho este disco ya por tercera vez. El ritmo me parece en este tema muy pop con percusiones de fondo, mucho más protagonismo instrumental. Suerte, destino, contemplación, tema en sí muy melódico con textura más ¿indie? Será la vida ¿un complot tahúr?
Se incorporan muchos más arreglos sobre los 2m35s y ss. Pocas ilusiones aporta el azar, un tema de densa niebla. Al que le sigue “tal vez llorar es de valientes” que planeta un nuevo giro con percusiones y la misma voz de la vocalista. En lo musical nos nutre con otro giro, es más existencial, cantar y ser, ahí está la esencia de la escena de este disco el cual se cierra con doble voz femenina entorno a un tema de un tal Sabina.
Una versión y fin y mucha suerte, sin vértigos ni miedos, tanto a Dàhlia como a Diego.
Saludos, abrazos y cervezas.
Barcelona, 10/02/2018. Julián Sánchez Caramazana.
Vídeo de la canción “Acqustic”:
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