Primer álbum de los granadinos ganadores del Villa de Bilbao del 92.
Los temas son de una velocidad vertiginosa, destacando el último de ellos y el que le da nombre al disco. La parte instrumental se impone a la vocal durante el transcurso de todo el disco, con unas guitarras endemoniadas y a las que C. Richardson a sabido darles ese toque personal suyo, aún así el trabajo de Miguel con la voz también es elogiable, especialmente en el segundo de los cortes…
Queda claro que después de este disco, esta banda que ha tocado con gente como Su Ta Gar, Los Suaves, Toy Dolls o Legion a partir de ahora va a tener que hacerlo con Carcass, Napalm Death o Bold Thrower para estar al mismo nivel…
Comentario: J&C Death.
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