Borja Figuerola, El Toreh: Novela gráfica sobre Iron Maiden

El grupo británico Iron Maiden es uno de los grandes nombres de la historia del heavy metal, lo que supone también que es una referencia fundamental en el la historia del rock.

Nacidos en Londres en 1975, han conseguido a lo largo de su trayectoria vender más de 100.000 millones de discos, han celebrado infinidad de conciertos por todo el mundo y tienen una de las líneas de merchadising más exitosas de todos los tiempos, gracias a la imaginería desarrollada entorno a su terrorífica mascota Eddie.

En esta obra se han unido el ilustrador argentino El Toreh y el guionista y periodista Borja Figuerola.

El Toreh, nombre artístico de Elías Di Stéfano, ha desarrollado una notable carrera profesional en su país, participando en libros cómo “Estados Aterrados”, “Exploración X” o “Sharris y la puerta del infierno”. También ha trabajado para videojuegos y es profesor de dibujo y cómic.

Borja Figuerola vive en Barcelona, su ciudad de origen, dedicándose al periodismo musical y a la realización de guiones de cómic y ficción. Escribe en Ruta 66, ha hecho radio, televisión y es autor de libros o novelas gráficas sobre Red Hot Chillii Peppers, Rolling Stones o Led Zeppelin.

La novela gráfica sobre Iron Maiden que han realizado en equipo, ha sido publicada por Ma Non Troppo y ofrece un emocionante recorrido por los años que convirtieron a esta banda en leyenda y en una de las “empresas” más rentables de la historia de la música.

Preguntas a El Toreh.

¿Cuál es tu relación con el heavy metal y particularmente con Iron Maiden?

No soy un gran conocedor del tema, pero debo decir que desde chico me ha llamado mucho la atención este género musical por lo enérgico y, como dibujante que soy, desde lo estético.

Siempre me ha gustado el terror en la ficción, y hay una conexión innegable con el heavy metal.

De hecho, Iron Maiden me atrapó primero por Eddie, que es un personaje maravilloso con infinidad de estilos.

¿Ha sido complicado coordinarse con Borja Figuerola dado que uno vivís en España y el otro en Argentina? ¿Os conocéis personalmente?

No nos conocimos personalmente, pero hemos podido trabajar muy bien a distancia, porque pude conectarme sin problemas con el guion y los personajes.

¿Cómo fue el proceso para definir y diseñar a los personajes protagonistas? ¿Es un reto saber que son muy famosos y los lectores tenderán a hacer comparaciones con las personas reales?

Es un problema, sí. Intenté lograr un parecido sin alejarme de mi estilo. Cuando uno hace un gran esfuerzo en que queden idénticos a la realidad, esa lucha se nota en el dibujo, y queda algo rígido, carente de vida.

Entonces directamente los convertí en personajes de cómic. Aún así siempre que los dibujé tuve referencias a mano.

Tienes un gran número de obras publicadas. ¿Cuáles recomendarías especialmente a nuestros lectores?

Recomiendo el cómic “Shams y la puerta del infierno”, que también tiene una relación fuerte con la música, en este caso mayormente con el blues.

Y, en relación al terror, el videojuego “Tenebris Somnia”, para el que hice el arte conceptual. Aún no está finalizado, pero hay una demo gratuita en steam que pueden probar.

Además de ilustrador de cómic, has trabajado en la industria del videojuego y también como profesor de dibujo. ¿Qué es lo mejor para ti de cada una de estas vertiente de tu profesión que has desarrollado?

Supongo que en todas las vertientes prevalece el hecho de –contar historias-

Tengo una fascinación por el hecho de crear. Y cómo en esos dibujos, comics, películas o canciones hay contenidos pequeños mundos que salen de la cabeza de uno (o unos). Y lo disfruto también desde la enseñanza, dándoles herramientas a mis alumnos para que puedan llevar al papel eso que tienen en la cabeza.

¿A qué tipo de público recomendarías especialmente esta novela gráfica sobre Iron Maiden?

Considero que es interesante para cualquier público.

Los fanáticos ya sabrán todo lo que se cuenta en el libro, pero pueden disfrutarlo como un artículo y documental más sobre su banda favorita.

Y para quienes no sepan la historia de Iron Maiden, es una manera entretenida de conocer a estos personajes y como llegaron a tener la importancia que tienen para el mundo de la música.

Preguntas a Borja Figuerola.

¿Cuál es tu relación con el heavy metal y particularmente con Iron Maiden?

Mi relación con el heavy-metal se remonta a mi infancia, siendo Metallica uno de los primeros grupos que descubrí por la influencia de familiares mayores que yo. Rápidamente se colocaron en mi TOP personal y lo cierto es que nunca han bajado de allí. Entré en el Black Album y de allí fui para atrás. Alguien debió decirme que aquello era trash-metal y entonces me dediqué a curiosear dentro del género (Testament, Slayer, Kreator, Sepultura…), pero nada me causó la misma impresión (salvo un poco Pantera). Fui probando con otros estilos dentro del género y así llegué a otras bandas contemporáneas… Por mencionarte algunas, Blind Guardian (que me dejaron bastante frío), Rammstein (éstos sí me calaron bastante) o Stratovarius (que me conquistaron por completo, gracias en parte al recopilatorio The Chosen Ones). Sin embargo, con el paso de los años uno va encontrando su sitio (que en mi caso fue el grunge…) y de todo aquello la única banda que me acompaña todavía a día de hoy es Metallica. Para mí, no tienen un disco malo, sino discos brillantes y otros que están simplemente bien. A día de hoy y de un tiempo para atrás, se puede decir que mi relación con el heavy-metal empieza y termina con Metallica.

Iron Maiden llegó a mí en algún momento de esa infancia, aunque mucho antes que su música lo hizo su estética (Eddie, y esas camisetas y portadas de álbumes). Quizá la primera canción de Maiden que escuchara fuera «Can I play with madness» (o «Fear of the dark» o «Number of the beast», ¿qué más da?). Tenían algo diferente que sin duda demostraba su calidad, además de una voz (me refiero a la de Dickinson) que calaba. Sin tener el tipo de guitarras en las que yo me acostumbraba a fijar (la de Timo Tolkki de Stratovarius ya era una rara avis para mí), sus melodías vocales tenían mucha fuerza. A partir de aquí, nunca se convirtieron en un imprescindible personal, pero sí tuvieron todo mi respeto desde un inicio. Y añadiré que escribiendo este libro que nos ocupa, he disfrutado mucho de repasar su discografía.

¿Ha sido complicado coordinarse con El Toreh dado que uno vivís en España y el otro en Argentina? ¿Os conocéis personalmente?

En absoluto ha sido complicado. Pese a no conocernos personalmente (nos puso en común el editor), el entendimiento ha sido total. La distancia no ha sido ningún problema, solo ha afectado en que la comunicación se ha limitado al correo electrónico.

El Toreh ha sabido captar por completo la intención del guión, de hecho, lo ha elevado a un nivel superior. Tiene una forma de ilustrar que personalmente me agrada mucho y sabe plasmar perfectamente la intención de los personajes a través de la expresión de sus rostros. Ha sido un placerazo trabajar con él.

¿Cómo ha sido el trabajo de documentación para preparar el guion? ¿Fue complicado seleccionar las partes de la extensa historia de Iron Maiden que se incluiría en el libro?

Tuve clara la época de la que quería hablar y, sobre todo, en qué momento quería terminar, por mi relación personal con la banda. Básicamente, desde que los descubrí en los 90, fui escuchándolos hasta el Rock in Rio de 2001, cuando dejé de seguirles el rastro más que nada porque ya me había confirmado a mí mismo que me decantaba por otras opciones musicales. De todos modos, ese momento de 2001, me parecía un buen punto de inflexión para la banda, más que adecuado para terminar el guion. En adelante, Maiden funcionan como una empresa cualquiera, dedicada a seguir facturando. No digo que otras bandas, como Metallica, no hagan exactamente lo mismo, ¿eh? Su propuesta musical está más que clara, al igual que la trayectoria de sus miembros está más que asentada. Ya no arriesgan tanto porque tienen mucho que perder, y esto a veces conlleva menos giros atractivos para un posible guion.

Sí tuve claro en todo momento que Eddie debía de ser parte activa de la historia de alguna manera, así que decidí recrearme a través de unos hipotéticos sueños de Steve Harris, aprovechando algunas de sus canciones para crear mini-relatos con Eddie como protagonista. Un recurso como el de este personaje no se podía dejar pasar… También me atraía el vínculo entre Harris y el fútbol, como persona seguidora de este deporte que soy, así que utilizar aquello como punto de partida fue otro aspecto que tuve claro desde un inicio.

En cuanto a la documentación, la editorial siempre me ha facilitado todo recurso que estuviera en su mano. Y, al margen, internet es una fuente inagotable de sabiduría y tonterías por igual. Para mí, la fase de documentación a través de la lectura siempre es un gusto (si hay un mínimo interés por la banda, se entiende). Pero lo mejor siempre es repasar la discografía para meterse “en el papel” (nunca mejor dicho).

Llevas escribiendo guiones de cómic desde niño. ¿Cuáles son las obras de las que te sientes más orgulloso?

¡No sabes hasta qué punto lo que dices es cierto! Siendo niño tenía un personaje inventado que protagonizaba pequeñas historietas de 4 páginas, que yo mismo dibujaba en una libreta DIN A5…

A nivel guion de cómic, te soy sincero si te digo que del que me siento más orgulloso es precisamente de este volumen sobre Iron Maiden. Lejos de ser mi banda favorita (los de RHCP o Led Zeppelin, incluso los Stones, estaban más cerca de mí, en este sentido), es en el que más me he permitido disfrutar del proceso de escritura. Quizá haya sido por los pequeños pasajes de ficción, todo lo que rodea los sueños/pesadillas de Harris que le sirven (en la historia) para marcar la dirección de la banda, o porque es en el que más he logrado salir de la dinámica estudio/gira/estudio/gira… De un modo u otro, es el volumen de esta colección de novelas gráficas del rock del que estoy más satisfecho.

Además de guionista de cómics eres periodista cultural, trabajando en varios medios y formatos diferentes. ¿Cuál de tus facetas profesionales te da más satisfacciones?

Satisfacción personal, ninguna faceta la produce más que escribir un guion. De lo que sea. A partir de aquí, pues está claro que ir de conciertos o escuchar discos para escribir crónicas o reseñas está muy bien. Si te gusta la música, claro. Pero ni en lo uno ni en lo otro siento cátedra de nada. En el terreno del periodismo cultural (o musical, propiamente dicho), tengo claros mis gustos, mi criterio y mis baremos, pero no pretendo convencer a nadie de éstos. Sé lo que me toca o me conmueve, y no necesito que sea lo mismo que conmueva al resto de la gente. Del mismo modo, como decía antes sobre el heavy-metal, hay bandas o estilos que ni me tocan ni me conmueven, pero de entre los que sé reconocer su calidad, creatividad, técnica o cualquiera que sea su virtud. Y algo de esta objetividad ha de haber en el periodismo, si es que no es estrictamente de opinión.

Al final se trata de disfrutar de lo que haces, o hacer aquello que disfrutas. En una ocasión, un músico que admiro mucho me dijo desde mi cabeza que no importa qué hagas mientras lo hagas con pasión. Y en este sentido, vuelvo a decirte que nada se disfruta más que el acto de escribir una historia, para el soporte que sea.

Para quien crees que es más recomendable vuestra novela gráfica sobre Iron Maiden… ¿Para quién estén descubriendo la banda o para quienes son fans de toda la vida?

Quiero creer que esta novela gráfica es apta para ambos. Pienso que puede ser una buena puerta de entrada para el que tiene interés en la banda, pero no es un gran experto sobre ella. Pero también, que aporta la suficiente originalidad como para satisfacer al melómano que ya lo sabe todo sobre los británicos. Si más no, allá donde no llegue el guion para satisfacer o contentar a estos expertos en el grupo, seguro que llegarán las ilustraciones de El Toreh.

Más información:

Redbook Ediciones: https://redbookediciones.com/