Auténtica anomalía dentro del yermo panorama festivo con que los ayuntamientos castellano-leoneses obsequian a sus parroquianos.
El Bierzo Rock de Ponferrada va camino de convertirse en un referente ineludible para la fauna rockera que sufre de festivalitis aguda durante los últimos mese de verano. Dado que la edición del año pasado fue una auténtica golosina (Los Coronas, The Bellrays, Diamond Dogs y Southern Culture On The Skids… ¡por la patilla!), un aguerrido comando de trasnochadores confesos dirigió sus pasos hacia esta localidad leonesa en la que sobran ganas por hacer cosas interesantes y no falta apoyo para llevarlas a cabo. Tras un viaje relámpago conseguimos extraer las siguientes conclusiones de las embotadas cabezas de los Herrero Twins, dos delincuentes juveniles con un brillante porvenir en esto de las rutas eléctricas. Bienvenidos sean.
Ya estaba anocheciendo cuando saltaron a la palestra Bummer. Después de haber rulado por diferentes países europeos el pasado año y haber abierto para gente como Dan Baird (Georgia Satellites) o The Nomads, venían a patearse los principales festirocks de aquí (Bilbao Action Rock, Serie Z, Bierzo Rock…) y hacerse una gira con los Sex Museum. Lo suyo es Rock’n’roll clásico con abundantes referencias a los 70’s y puntuales toques glammys. Al principio estuvo un poco fría la cosa, pero poco a poco aquello se fue animando y todos comenzamos a entrar en calor con temas como ‘Party Lights’, donde enormes melodías y estribillos tienen el protagonismo. Apoyados en unos temas pegadizos en los que la alternancia de Gabi y Astray a las voces daba mayor variedad de registro al micro, demostraron sus virtudes e hicieron olvidar que aún les falta un repertorio de mayor enjundia con el que apuntar a lo más alto. Alguna versión, y como sorpresilla un puñado de temas con su amigo y apoderado Fernando Pardo, lo que hizo que todos nos pusiéramos a tono. En fin, un concierto divertido que sirvió de buen arranque de la noche.
Después de Bummer salió a escena el sexteto belga Fifty Foot Combo. Venían a presentar su último disco, ‘Caffeine’, y la verdad es que el título les va de maravilla porque escuchando su música no puedes parar de sacudir tu cuerpo ni un segundo. ¡Menuda sorpresa! Sólo con verlos sobre el escenario sabes que no va a ser un concierto cualquiera, y ya desde la primera canción dejaron claro que no venían precisamente a aburrir. Su estética, combinación de trajes, corbatas y rollo 50’s, encaja a la perfección con el estilo de su música, una mezcla enérgica de surf, garaje y deliciosas reminiscencias sixties. Se nota la influencia de ilustres personajes del género como Link Wray, Dick Dale y compañía. De hecho, en su última gira compartieron escenarios con bandas del calibre de los Cramps, Zen Guerrilla e incluso con el inigualable Brian Setzer. No obstante, la etiqueta de surf-garaje se queda algo corta para referirse esta banda instrumental, ya que su música abarca más sonidos y estilos. Su mayor virtud se encuentra en la energía que desprenden sus canciones, aunque también hay espacio para pasajes instrumentales algo más relajados (eso sí, cortos) Así, pueden atacar un inicio arrollador parar pasar a continuación a una melodía con toques funky/calypso, tambores con ritmos africanos, y, finalmente, volver a retomar el punto de energía con un estallido de riffs agresivos. Bases rítmicas muy marcadas de la mano de un habilidoso batería y un curioso percusionista, dos extraordinarios guitarristas capaces de sacudir poderosos acordes y adornar los desarrollos instrumentales con brillantes y afilados punteos, un bajista que imprime gran firmeza al pulso de cada canción mientras se mueve sin parar durante todo el concierto y en ocasiones bajaba al foso para animar al público, y un teclista inseparable de su enorme Hammond que impregna de estilo las canciones, trayendo al presente las mejores esencias de los 60’s. Muchos de los que nos encontrábamos allí no los habíamos escuchado anteriormente pero no importó, Fifty Foot Combo supieron ganarse al público, y al final hasta se pidió que saliesen a tocar bises. Para concluir, tocaron con nervio el ya mítico “Rumble” y el público agradeció con abundantes aplausos una hora de auténtica fiesta.
Con la sonrisa de oreja a oreja que nos dejaron los belgas esperábamos ansiosamente en primera fila a los Sex Museum. Y no pudieron empezar mejor, entrando a saco con el ‘Minessota Strip’ de sus queridos Dictators. Desde el principio se entiende por qué después de 14 años son probablemente la mejor banda española sobre el escenario. ¿Que qué puedo decir de su concierto? Pues eso, rock pesado, enérgico, potente y lleno de matices brillantes que en directo suenan a gloria. Si ya en la pasada edición del festival parte de la formación de los Museum nos dejaron boquiabiertos con los Coronas, este año no ha sido menos. Increíble Miguel Pardo a las voces, centrando toda nuestra atención con su enorme carisma en escena. Grandes dosis de guitarras a cargo del siempre genial Fernando Pardo que junto al bajo de Pablo Rodas, la batería de Roberto Lozano y el distorsionado Hammond de Marta Ruiz hacen que la música de los Museum suene atronadora, salvaje y más que contundente. Después de que Fernando alabara el espíritu rockero de Ponferrada y el festival, atacaron ‘Whole Lotta Rosie’ poniendo patas arriba el Auditorio, fulminando con un par de temas más la que para un servidor fue la mejor actuación de la noche.
Después de más de media hora de espera por el plato fuerte del festi aparecieron ‘The Greatest Rock’n’roll Band In The World’. Una verdadera suerte que una banda como los Supersuckers tengan a las tierras hispanas como segundo hogar. Arrancaron con ‘Rock’n’Roll Records’, ‘Rock Your Ass’… y poco a poco fueron cayendo los temas del estupendo ‘Motherfuckers Be Trippin’. Estrenando nuevo batería la banda sonó con la potencia que nos tienen acostumbrados, y el siempre cachondo Eddie Spaghetti no paró de vacilar al público, poniendo la nota de humor con sus comentarios. Los Supersuckers lo tienen todo para triunfar: chulería rocanrolera, un repertorio con el que es imposible fallar y suficiente solvencia instrumental como para sacarlo adelante, ahora bien, para mí faltaron ganas y entrega. Es harto difícil que no funcionen en directo ‘I Want The Drugs’, ‘The Evil Powers Of Rock’n’roll’, ‘Born With A Tail’, ‘Pretty Fucked Up’… pero coño, uno se queda con la sensación de que los Supermamones pueden currárselo un poco más de lo que lo hicieron y reventar al personal (cosa que pensé también cuando los vi el año anterior en el Azkena). A pesar de todo, la gente salió muy contenta y continuó la fiesta por los baretos de la ciudad mientras los mendas, con un sueño del 15 y varias horas de carretera por delante, nos fuimos para casa dejando lo de conocer los garitos de Ponferrada para la próxima edición.
Galería “BIERZO ROCK 2003: Ponferrada Rock City se mueve (y cómo!)”, con fotos de Clemente, Luis. David. Publicada el: 04/12/2003.
Reportaje: Herrero Twins
Introducción y apoyo espiritual: Jorge X
(Fecha de publicación: 04/12/2003)
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 16 (sección: Reportajes).
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