Una banda "all stars" volcada en revitalizar la rumba catalana, con una visión tan ecléctica como excitante.
Un disco para que sea bueno debe transmitir sentimiento. Los hay que dejan un mensaje más o menos profundo, pero lo que marca la diferencia es que hagan palpitar el corazón, provoquen escalofríos de emoción y afecten a la parte irracional del ser humano.
Y esto es algo que logra este álbum… y lo hace por la vertiente de la alegría y el desenfado: ¡rumba mestiza para gozar!
Pero la semilla de este disco empezó a germinar en el año 2007, incluso antes… cuando un conocido diseñador barcelonés, conocido como Txarly Brown, se enamoró de la rumba catalana y se dio cuenta que este estilo no era algo casposo, sin sentido en el siglo XXI. Por el contrario advirtió que era un género tan poderoso y emocionante como la salsa, el funk o el afro-beat.
En un determinado momento pasó de la sorpresa a la investigación del género y de ahí al activismo: dirigiendo el programa radiofónico “Achilifunk Radio Show”, erigiéndose en portavoz de La Plataforma de la Rumba Catalana, organizando las sesiones musicales conocidas como Rumba Club, también conciertos, e involucrándose en la producción de grupos como Los Impagados o Papawa.
En el año 2007 dirigió la realización del recopilatorio “Achilifunk”, publicado por el sello Lovemonk, en el que rescataba temas clásicos de la rumba catalana, en una cuidada edición que logró un gran éxito internacional en el circuito de la denominada “world music”. Incluso la respetada revista The Wire incluyó al álbum entre lo más destacado de aquel año.
Dos años más tarde, en el 2009. impulsó el lanzamiento de una segunda parte, “Más Achilifunk”, aunque con un planteamiento marcadamente distinto. En esta ocasión manipuladores musicales actuales se combinaban con rumberos actuales, en unas canciones y remezclas nada puristas que tendían puentes entre el pasado y la actualidad.
El tercer paso de la aventura “Achilifunk” fue la creación de una nueva banda y el registro de este disco. Para ello, Txarly Brown reclutó a refutados músico de los ambientes rumberos y mestizos: juntos Sam (Papawa), Muchacho (La Troba Kung-Fú), Rambo (Sabr de Gràcia), Jack (Rumbamagazigha), Paco Manzanares (mantecao y su Combo) y Lalo López (Fundación Tony Manero, Chocodelia…). Y a ellos unió el saber musical de la Original Jazz Orquestra Taller de Músics, dirigida por Vicens Martín y que también han trabajado con aristas actuales como Juan Perro o La Mala.
Juntos trabajaron en el repertorio que contiene este plástico, una combinación de temas propios y versiones tanto de clásicos de la rumba como de otros géneros. Por la parte rumbera se atrevieron con canciones como “Cocos” de Los Amaya, o “Gitano Real” de Dolores Vargas “La Terremoto”, por la ajena a ese territorio abordaron “Bad” de Michael Jackson, “The Vulture” de Labi Siffre o “I believe in miracles” de Jackson Sisters, y sus propias creaciones incluyen las hilarantes “La lotería” o “La hija del panadero”, o a un repaso a ritmo de ritmo de rap por la historia de la rumba, “Bombéalo”.
El resultado global es un disco gozoso, alegre, optimista, en el que se funden en un solo sabor el disco, el rap, el funk y el soul con la rumba catalana, interpretado con chispa y verdadero calor. En definitiva… ¡Una gozada!
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