El grupo Babylon Rockets ha publicado su segundo trabajo discográfico.
Con su prometedor álbum de debut, Babylon Rockets saltaron a la arena como una de las bandas más atractivas y dignas de atención del panorama del hard-rock actual. Superar la prueba del segundo larga duración se hacía necesario. Un requisito forzoso para dejar claro que no todo había consistido en una fortuita pero transitoria confluencia de estados de gracia. Tres años después de Conspiracity, la banda ha reafirmado las virtudes de aquel trabajo yendo al mismo tiempo unos pasos más allá. El resultado: Electric Fuel.
El segundo trabajo de Babylon Rockets demuestra que estamos ante una banda en constante maduración. Si bien sigue las mismas directrices de sonido y actitud ya establecidas en Conspiracity, ello no significa que el grupo se haya anquilosado en fórmulas rígidas ni se haya limitado a repetir lo ya conseguido. Antes bien, Electric Fuel añade nuevos matices al estilo apuntado en el disco precedente y dirige de tanto en tanto el punto de mira hacia nuevos caminos e influencias sin que ello le haga desviarse del rumbo. Y es en esa capacidad de aglutinar referencias y de seguir la estela de más de un maestro sin perder la homogeneidad donde radica probablemente el punto fuerte de la banda. Babylon Rockets pueden acercarse del mismo modo a los Faces o los Rolling Stones en temas como Mary Lane, que al hard-rock angelino de los ochenta (Don’t Mess Around), que a bandas del punk rock más reciente como Backyard Babies o Wildhearts (Miss Tragedy o My Only Crime). Pueden encajar un solo de teclado que nos recuerde a Deep Purple y doblar guitarras a lo Thin Lizzy en una misma canción sin por ello sacrificar su coherencia (I Said No!!!). Pueden introducir un tema como Runnin’ Down the Road pensando en AC/DC para insuflarle a continuación un riff más próximo a Casanovas o los últimos Junkyard. Todo ello enriquecido por una concepción melódica en los solos donde prima la elegancia sobre el exhibicionismo inútil. Y sin olvidar unos estribillos que están pidiendo a gritos ser coreados desde debajo del escenario.
Grabado en los estudios RPM de Valencia, Electric Fuel ha sido producido por la propia banda en colaboración con Roger García y masterizado en el Northwest Mastering de A Coruña de la mano de José Triay. Con él, Babylon Rockets se constituyen definitivamente como un nuevo bastión para la supervivencia de una forma de entender el rock que desgraciadamente va contando cada vez con menos representantes. Pero en cualquier caso, lo mejor que se puede hacer con Electric Fuel es ponerlo y disfrutarlo. Un consejo para todos aquellos que, recurriendo a una de sus letras, no necesiten de ninguna otra medicación que no sea una buena dosis de Rock n’ Roll.