Con más de 40 años de carrera a sus espaldas, los Skatalites se subían al escenario de la Sala Q para darnos a los allí presentes dos horas de baile y fiesta al más puro estilo ska-reggae.
Con cierto retraso se abrían las puertas de la conocida sala Sevillana, la cual hoy nos presentaba un autentico espectáculo de la mano de los jamaicanos Skatalites, que venían a nuestra ciudad a celebrar su 45 aniversario como banda. La venta de entradas había sido un rotundo éxito, a pesar de ser entre semana el concierto, sin lugar a dudas la gente que se agolpaba en la puerta sabía que los veteranos jamaicanos no iban a defraudar a nadie.
A poco más de las diez de la noche se subía al escenario Arístides Moreno, un autentico personaje desconocido por la gran mayoría de los que allí nos agolpábamos. Sin lugar a dudas desde aquí quiero dedicarle estas líneas a este hombre que nos demostró a los allí presentes como estando solo sobre el escenario y con una sala que no había venido a verle a el, se es capaz de hacer que toda una sala disfrute con tus canciones y terminen incluso pidiéndote más temas.
Acompañado por su guitarra el cantautor canario nos fue desplegando un autentico show que a nadie dejo indiferente. Así poco a poco nos fue deleitando con temas como “Cangrijeando”, “Horcon Boys” o la muy coreada por el público “Alopecia galopante”. Es de destacar como este gran cantautor consiguió interactuar con la sala de forma que a pesar de no conocer los allí presentes ninguna de sus canciones, todos terminamos coreando sus estribillos y sus ritmos pegadizos.
El final de su concierto se acercaba y Arístides nos tenia reservado el plato fuerte para el final, así el joven cantautor canario se despidió con tres temas que dejaron un sabor de boca increíble, comenzó con “Comerciando con psicotrópicos”, tema dedicado a su barrio en canarias, continuo con la conocida “Felicidad” que hizo popular El Lichis y su cabra mecánica para despedirse con un popurrí de temas entre los que incluía bandas sonoras tan famosas como la del equipo A o el coche fantástico. Despidiéndose por todo lo alto Arístides nos dejo a todos sorprendidos y con muchísimas ganas de continuar la fiesta.
Tras un rato de descanso los Skatalites empezaron a hacer acto de presencia sobre el escenario. Los jamaicanos ofrecieron, un estupendo concierto con un repertorio de clásicos, pasando por versiones y variaciones de estilo, y es que la banda sonó a autentico ska. Tocaron todos los clásicos que los aficionados al ska jamaicano querían escuchar, hicieron versiones, bailaron, se comunicaron perfectamente con el público, y como punto destacable decir que hicieron un pequeño repaso a temas famosos del reggae. A medida que avanzaba el concierto se metían más y más al público en el bolsillo.
Es una pena que el sonido en determinadas fases del concierto no les acompañó y su trompetista tuvo que estar quejándose durante un buen rato para lograr que su sonido fuera perfectamente limpio. Así y tras superar los problemas de sonido la banda fue desplegando todos sus temas más conocidos, algunos de ellos son ya prácticamente himnos. Así nos fueron deleitando con temas como “Guns of Navarone”, “Rivers of Babylón” o la conocidísima “Freedom Sound”.
El concierto no fue nada corto, casi dos horas de ska intenso y buen ritmo en los que el público que se agolpaba en la sala no paro de bailar y disfrutar con estos veteranos del Ska. Como es visible al verlos en el escenario los años pesan a algunos de los componentes, pero sólo físicamente, puesto que espiritualmente siguen frescos como nunca y haciendo un sonido que contra más pasan los años mejor y con más frescura suena. Tanto es así que los Skatalites no dudaron en hacer unos bises para más tarde volver al escenario y dar a los allí presentes una última dosis de fiesta.
Sin lugar a dudas los Skatalites demostraron sobre el escenario que a pesar de los continuos cambios en la formación siguen teniendo la misma frescura y las mismas ganas de comerse el escenario que en sus inicios. Bien es verdad que los años no pasan el balde, pero estos jamaicanos seguro que aún les queda mucha fiesta que regalar y muchas grandes noches como la que ofrecieron en Sevilla. Ojala la banda cumpla otros cuarenta y cinco años más y lo sigan haciendo con esa frescura que les ha caracterizado siempre y que dejaron bien clara en las tablas de la Sala Q.
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