Antequera Blues Festival Cambayá 2006: Edición XVI – Antequera – 13 a 31 de Julio

Antequera Blues Festival Cambayá 2006: Edición XVI – Antequera – 13 a 31 de Julio
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Observaciones: Reportaje: Fdez. De Guevara Ferri y Martín Roca. Apoyo logístico y moral: Desi, Pietro, Nicholas y la "family".

La edición de este año de este festival, ya todo un clásico, nos trajo un cartel de lujo abierto a sonidos jazzísticos y rockeros arábigo-andaluces, con el entronque común del buen blues como telón de fondo.

protagonistasLa edición de este año presentó a unos artistas, que si bien su carrera musical ha recorrido un amplio espectro de posibilidades sonoras, que los han hecho grandes entre los grandes y auténticos mitos vivientes de movimientos tan dispares como la progresión o vanguardia musical de finales de los sesenta estrechamente vinculada a los sonidos blues, hasta terminar entronizados en las décadas siguientes como baluartes del rock andaluz, tales son los casos de los Guadalquivir, Manglis o Andrés Olaegui, de Manuel Imán fundador de los míticos Imán, Califato Independiente y como no, el maravilloso Gualberto, fundador de los históricos hard-rockeros sevillanos Smash que terminaran haciendo incursiones en el flamenco-rock gracias a la cooperación de Lole y Manuel. Sin olvidar, posiblemente la reunión más “bluesera” de todas las veladas con La Cambayá Blues Reunión, siendo encrucijada y punto de encuentro para artistas de la talla de Charly Cepeda, Mingo y sus “Intruders”, antiguo miembro de los legendarios Caledonia Blues Band junto a otro participante en el evento, Lolo Ortega, la sugerente cantante Suzette y el a veces histriónico y no menos genial Raimundo Amador, antiguo miembro de Pata Negra y todo un guitarrista al servicio del buen blues sin olvidar el toque flamenco.

Biblioteca Supramunicipal San Zoilo. 13 al 15 de julio:

protagonistasSi el festival lo abrieron de forma sorprendente Antonio Toledo y María Navidad con ese curioso experimento musical entre el blues, el jazz, el flamenco, los ritmos latinos y melodías clásicas fundidos entre sí, gracias a la compenetración entre ambos artistas y la simbiosis extraña pero efectiva entre sus respectivos instrumentos: la guitarra y el piano. La segunda noche no podía sino, ir ampliando las expectativas que había depositadas en la gran edición de este año, con soleares tocadas a ritmo de blues y con el omnipresente velo de la fusión y la progresión musical. Luis Cobo Manglis, antiguo miembro de Guadalquivir y Triana, se acercó hasta Antequera con su Manglis Compás Machine para regalarnos más compases de cinco por ocho y si cabe acercarnos esa particular “Escalera Al Cielo”, como ya hiciera en el pasado con sus compañeros pioneros en estas lides del rock andaluz, regados sabiamente con armonías y cadencias sincopadas a partes iguales entre la estrecha franja que acerca al flamenco y al jazz. Apoyado en una base rítmica sumamente precisa, cuyo percusionista le dio un toque hindú a ciertos temas exóticos del cuarteto y un saxofonista-flautista que creó los ambientes necesarios, unos esquemas inicialmente moderados para la amplia gama de sonidos que resonaron en los muros de la lustrosa Biblioteca Supramunicipal San Zoilo del siglo XVI. El tercer día, Andrés Olaegui mantuvo el pulso del jazz con el festival de este año, a base de versiones de Chick Corea como “La Fiesta” o el gran tema “Baila Gitana”de su antigua formación Guadalquivir, que arrancó el aplauso y los vítores del centenar de público congregado en San Zoilo y sin duda sería de los puntos álgidos del festival de este año.

Patio del Ayuntamiento de Antequera. 20 al 22 de julio:

protagonistasPara los siguientes tres días se tenían previstas las actuaciones de Manuel Imán, Javier Paxariño Septeto y Gualberto Smash en el Patio del Ayuntamiento de Antequera. Manuel Imán hizo que resonará una música mucho más eléctrica que en las puestas en escena anteriores, como bien apostilló en su presentación inicial el maestro de ceremonias durante todos estos actos, el prestigioso periodista musical Luis Clemente. Pero es que además practicó un rock con poderío y con credenciales más que suficientes, avaladas en parte por repertorio extraído directamente de bandas emblemáticas en los setenta, canciones como “Madre Tierra” de Goma o “Tarantos” de su siguiente proyecto Imán, Califato Independiente, cuyos discos se demandan hoy como auténticas joyas del coleccionismo musical. También hubo momentos del concierto más relajados y con la música new age como verdadero hilo conductor del presente de este ecléctico y maravilloso músico, que entre sus álbumes menos alejados en el tiempo: “Flowers in the desert” o “Legacy”, cuenta con temas buenísimos como “Zingar” que hizo sumergirnos en su particular cosmogonía, desde aquellos sones setenteros como él mismo definiría de “rock sinfónico vanguardista lugareño”, hasta esta nueva etapa más de introspección y de búsqueda de nuevos ritmos y melodías en el terreno de la fusión musical, en gran medida sustentada por la versatilidad como músico “todo terreno” y su aventura californiana que aún perdura y lo ha consagrado como un gran compositor, productor, arreglista y en suma un prestigioso músico de sesión a caballo entre la costa oeste norteamericana y España. Si tanto en esta, como en las jornadas preferentes, se habían dado retazos del mejor jazz y emotivos recuerdos de piezas claves del rock andaluz, para esta noche Manuel nos tenía reservada una sorpresa de postín, nada más y nada menos que una versión de mítico bluesman Robert Johnson, una versión como no podía ser de otra manera, de su inmortal tema “Crossroads” y un bis más que merecido, culminado con más blues al cual no pudo negarse el músico sevillano, en lo que fue uno de los mejores cierres del festival. Aunque realmente la cosa iba “in crescendo” y aún había otros platos fuertes por servirse en los sucesivos días, por usar un símil gastronómico en un marco tan rico en variedades culinarias.

Javier Paxariño también traía las credenciales necesarias como para asegurar una velada de jazz en sus vertientes más novedosas, en donde el folk cuenta bastante y una serie de instrumentos de metal: saxo, clarinete o flautas le permite a este boquerón de adopción y granadino de nacimiento experimentar junto a su “Septeto” en campos muy diversos. El primer día fueron los instrumentos de cuerdas los protagonistas, mientras que el viernes 21 le tocó dicho protagonismo esencialmente al metal fundido en el viento y la magistral ejecución de este reputado músico de sesión.

Gualberto “Smash” se presentó en Antequera, además de con un apodo a modo de apellido de excepción y renombre en el panorama rockero sevillano, muy bien arropado por unos jóvenes y excelentes músicos de conservatorio que supieron captar la mágica esencia de las creaciones este gran gurú musical de su generación. Teclado, flauta travesera, bajo y batería, instrumentos perfectamente ejecutados por los encargados de secundar al antiguo miembro de Smash y sus múltiples instrumentos exóticos, destacando sobre todos el famoso sitar por el que se terminara decantando tras su vital y curiosa experiencia neoyorquina de música callejera, que le hizo conocer personalmente a Frank Zappa y la admiración que le despertó ver la cantidad ingente de artistas admirados por él, que pasaron por el escenario de Woodstock, anecdóticamente llegando a ser filmado como prototipo de joven hippie estadounidense en el largometraje que se realizó sobre el irrepetible festival. Gualberto aúna lo mejor de los sesenta y setenta, sabiendo acercar hasta los primeros convulsos pasos de este siglo XXI, muy parecidos curiosamente a aquellos agitados años en los que los jóvenes de una generación, entendieron mejor que nadie, que merecía la pena de luchar por la libertad y unos ideales con mensajes de paz y amor, con el handicap de que los españoles lo hacían desde un pozo gris y en un ambiente hostil, únicamente valiéndose de “armas” como el arte, la música o el teatro, todo dentro un ambiente muy “underground”, con cierto aire clandestino. Con dicha época presente y con esta perspectiva debemos degustar los múltiples matices de la música de este trianero universal. Composiciones emblemáticas de Smash como “Look At The Rainbow” (Flying In The Sky) o en solitario, de la etapa de mediados de los setenta con canciones como “Tarantos Para Jimi Hendrix” o “Noche De Rota”, fueron cayendo por su propio peso a lo largo de la noche, bien con el sitar o bien con la guitarra eléctrica, sin dejar de sentir un solo acorde, una sola nota. Obsequiándonos esas fusiones de rock y palos del flamenco, con ese supremo grado de “feeling” que tan sólo los genios son capaces de crear, desde soleares o segurillas con el añadido de ese toque oriental que le da el sitar, hasta rotundas piezas de blues, sobre todo provenientes de su época primigenia como músico imbuido en la corriente progresiva.

El número de personas allí congregadas, parecía que había crecido sensiblemente, con respecto a días anteriores y eso que la asistencia durante todos los días fue bastante regular y masiva, tanto que los asientos acondicionados para los distintos enclaves y aforos se agotaban en cuestión de minutos. El carácter gratuito del festival facilita en cierta medida, esta gran afluencia de público y la expectación que se crea entorno al mismo, sobre todo porque cada año que pasa, tratan de contar con auténticos músicos de talla artística. El caso es, que una vez Gualberto acabó su actuación y habiéndose despedido del respetable tras una muy intensa actuación, el público en general se volcó con él, en especial las primeras filas y admiradores que se acercaron para transmitirle de la forma más cariñosa que se pueda imaginar e insistirle al músico, de la necesidad de seguir disfrutando de su arte y aún a pesar del genial bolo, debía de despedirse a lo grande, con sendos bises, a lo cual de la forma más profesional y sincera accedió. Luego, hasta pudimos conversar con él, porque vino a mezclarse entre los asistentes para agradecernos el calor recibido, se le veía realmente satisfecho y feliz por la actuación y porque realmente emana esa virtud que precisamente sólo los más grandes hacen gala: la modestia.

Patio Museo Municipal del Ayuntamiento – Plaza de Santa María. 24 al 29 de julio:

protagonistasEn la última semana de festival había tres citas con la literatura y su relación más intrínseca y concreta entre el rhythm & blues y la poesía; como también, unos talleres atípicos pero no menos interesantes bajo el título genérico de “Palabras de blues” a cargo de Félix Slim y unos temas que traía bajo el brazo tan suculentos como “Mississipi”, “Ruta 66” y “Chicago”, los ponentes para recitar durante estas tres jornadas en el Patio Museo Municipal del Ayuntamiento estaban previstos que fueran Nicolás Ramos y Francisco Javier Torres, Rafael Ballesteros y Justo Navarro.

Tras esos tres días, de amplio recorrido entre muros insignes y textos cultos con la afable compañía del blues como clave y punto de encuentro entre los apasionados de este género musical, se aproximaba una de esas grandes noches para recordar largo tiempo y eso que las jornadas precedentes todo habían sido emociones fuertes, mezcladas con sensaciones de auténtico privilegio de los allí presentes, por haber sido testigos de uno de esos festivales, que en conjunto serán ampliamente recordados en la comarca y con toda seguridad su leyenda atraviese Despeñaperros, más allá del cruce de caminos antequerano.

Otro de los nombres que resonará poderosamente, entre el paisaje singular de esta bella comarca y los muros llenos de historia, de una de las ciudades con más solera de Andalucía, sin duda será La Cambayá Blues Reunión. Una agrupación, cuyos parámetros principales fueron la complicidad, la calidad humana y musical de sus integrantes, responsables directos de una actuación memorable, repleta de solos magníficos de guitarras, duetos magistrales, improvisaciones de recreaciones espontáneas de blues con diversos condimentos, haciendo más grande si cabe esta gran “jam-session”. Hubo blues con sabor añejo a cargo de Mingo & The Blues Intruders, con la inestimable colaboración de la fabulosa y sensual cantante Suzette, así como un antiguo conocido en la Caledonia Blues Band, Lolo Ortega, que se marcó una sevillana a ritmo de blues bastante creíble y vacilona, versión del tema “A la puerta de Toledo” de Chiquetete, entre diversas perlas blues.

Charly Cepeda salió a por todas con una fiereza y seguridad sobre las tablas, muestra de una contrastada experiencia musical frente al siempre imponente pórtico de La Colegiata de Santa María. Tras él aparecería Raimundo Amador, una de las figuras estelares del certamen, que este año cumplía su mayoría de edad, tras dieciocho años de andadura y qué mejor elección por parte de los organizadores de convocar al ex-miembro de Pata Negra para cerrar al menos una de las increíbles noches, con el añadido de la peregrinación de centenares de fans a la plaza de Santa María, que maquillaban la noche con un ambiente apabullante, proporcionando estos fieles acólitos todo un baño de masas más que merecida a estos increíbles músicos. Raimundo nos invadió con su personal estilo blues, como también acompañado de percusión se arrancó con la guitarra española con ritmos más aflamencados. Incluso antes de salir al escenario, entre bambalinas nos tenía alucinados a todos los medios, sólo con afinar su guitarra eléctrica, ya entonces se presagiaba que ésta iba a ser su gran noche, como luego ratificó en La Colegiata frente a sus incondicionales.

Las noches que restaban, la del viernes 28, estaba encabezada por José Luis Pardo, reputado bluesman argentino, además de otros interesantes artistas como el hispano-francés Gaby Jogeix y el norteamericano de amplia trayectoria musical, entronizado en el movimiento “British Blues”, Marcus Malone. Para el cierre del evento, el sábado 29, se esperaba a una cantante y pianista fuengiroleña, Ana Cisneros, de formación clásica, que junto a nombres ilustres como el saxofonista de jazz, Jerry González o el también pianista flamenco con tintes de fino jazz, Sergio Monroy recaerían la responsabilidad de cerrar esta estupenda nueva edición del gloriosamente celebrado “Antequera Blues Festival Cambayá”. Mi más sinceras enhorabuenas para Antonio Blanco, Bárbara y extensibles a todo el equipo humano que ha hecho posible una vez más, que lo imposible cobre realidad, con mención especial a los chicos de sonido e iluminación, que han realizado una excelente labor, salud y larga vida.

protagonistasResumen de las actuaciones:

Patio de San Zoilo, a partir de las 22:00:

Jueves 13: Antonio Toledo y María Navidad.

Viernes 14: Manglis Compás Machine.

Sábado 15: Andrés Olaegui Cuarteto.

Patio del ayuntamiento, a partir de las 22:00:

Jueves 20: Manuel Imán.

Viernes 21: Javier Paxariño Septeto.

Sábado 22: Gualberto Smash.

Colegiata de Santa María, a partir de las 22:00:

Jueves 27: La Cambayá Blues Reunión: Mingo and The Blues Intruders, Raimundo Amador, Charly Cepeda y Lolo Ortega.

Viernes 28: José Luis Pardo Blues Band, Gabi Jogeix Band y Marcus Malone.

Sábado 29: Noche de Jazz con Ana Cisneros Quintet, Sergio Monroy Quinteto y Jerry González.

No te pierdas la galería fotográfica: “Antequera Blues Festival Cambayá 2006 – Antequera – 13 a 29 de Julio”.

Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo (sección: ).

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