Álbum debut de un artista muy original, que parte del Hip Hop, a lo que suma reggae y funk, con unas letras vacilonas y muy divertidas. Uno de los álbumnes más frescos de los últimos tiempos.
A Alberto Gambino le hemos ido escuchando de forma intermitente según se iba asomando puntualmente a algunas grabaciones… En su momento fue parte de los grupos 187 y el Triángulo, llegó a colaborar en Rapapolvos (mítico programa radiofónico y fanzine valenciano de Hip Hop). Colaboró en el segundo "Comunicología" de Dave Bee, en "Under-d-ground", disco del colectivo Herri Black, en un álbum del grupo metalero Loop y el pasado año le pudimos escuchar en varios cortes del álbum Coffy All Stars.
El caso es que siempre ha apuntado maneras… pero ahora las maneras entran en la ruleta y la ruleta gira… y gira… y frena y se desliza hasta una casilla. ¿Cuál?. Me parece que a Gambino le da igual. Por que otra cosa no, pero un vacilón de tomo y lomo es lo que transmite que es en "Y toda esa mierda". Y a la mierda con la ruleta y con todo. Gambino se lo pasa bomba en diecisiete cortes rimados con un estilo y una personalidad única en nuestra escena. Con 70% de rap, un 20% de ragga y un 10% de funk, Gambino se mete en una muela a todos los MCs que quieren ser vacilones, masticándolos como un chicle y escupiéndolos con desdén.
Rima con naturalidad, pegado al ritmo como un surfista a la tabla sobre las olas y con unas letras que asombran, producen sonrisa y que consiguen la cuadratura del círculo, metiéndose de lleno en el ego-trip sin caer ni por un momento en lo previsible o ya escuchado.
Eso sí, aunque Alberto Gambino sea el protagonista principal de este disco no se puede dejar de lado a Beatnugez, el productor, que ha hecho un trabajo realmente sobresaliente… Una bases cálidas, funkorras y que elevan el disco desde el notable alto, en el que lo deja Gambino, hasta un sobresaliente, muy, pero que muy alto.
Cortes como "Micrófonos Calcinados", "La Reina de Saba", "No Hay Competición", "El Supersoundboy", "Tu Dinero" o "Antigravedad", tienen letras frescas, ritmos pegajoso, estribillos pegadizos y un gancho inmediato.
Desde luego si algún negociante está esperando para echarle el anzuelo a un artista "rapero" para petar las listas, yo le pegaría una patada en el culo a Junior Minguez y llamaría inmediatamente a Negro Che para negociar un fichaje… Una buena campaña de promo y alguna de estas canciones podían estar luchando mano a mano con las de Huecco para convertirse en el "hit" del próximo verano.
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