El Escenario Santander fue el lugar que acogió una gran velada Hip Hop, donde hubo breakdance y mucha música, con un grupo local, un talentoso nuevo talento zaragozano y lo más parecido a una super-estrella que ha dado el Hip Hop en España.
El célebre rapper zaragozano Kase.O está celebrando una extensa y exitosa gira, de su esperado álbum “El círculo”, que le está llevando por distintas localidades de la geografía peninsular, con incursiones en Inglaterra (dará dos conciertos en mayo) y Sudamérica (visitará México en abril y Chile y Uruguay en mayo).
En muchas de esas actuaciones ha logrado el pleno de venta de entradas, algo que también sucedió en Santander, una ciudad a la que le atan lazos personales, siendo también buen conocedor de la escena Hip Hop de la región, algo que se evidenció en las muestras de simpatía y respeto hacia grupos y artistas veteranos de la escena local a los que citó sobe el escenario (Chinatown, DJ Yata, Jahmal…) y al hecho de invitar a participar en la velada a un grupo de breakers y a DJ Uve y Mítiko, que acaban de publicar un trabajo juntos.
El evento estaba anunciado para las ocho y media de la tarde, un horario sorprendentemente temprano, pero que se evidenció como muy acertado, porque el conjunto de actuaciones se extendió hasta pasadas las doce y media de la noche.
Los primeros en mostrar sus dotes fue el combo de breakers, en el participaban bboys cántabros y madrileños. El grupo, que se denominó Hijos de la Santa, estaba formado por Tommy, Manolo (de Madrid Vandals), Cmimbo, Sergio, Mario y Alex “Brujo”. Hicieron una actuación breve, pero muy intensa y espectacular, en la que los breakers se fueron dando el relevo y ofreciendo una fluida combinación de un amplio repertorio de movimientos (up-rocking, footworks, power moves, etc.) a los que supieron aportar su ello personal.
En esos momentos el recinto estaba recibiendo al público, estaba completo entorno a un tercio, y los breakers bailaron a ras de suelo, no en el escenario, formándose un buen corro y se llevaron un gran aplauso al finalizar.
El siguiente turno, tras unos minutos de paréntesis, y ya con el aforo a medio completar, fue para Mitiko y DJ Uve, que presentaron su nuevo trabajo “Exquisito” (1LRecords, 2017).
Mítiko es un MC que lleva rimando desde finales de los años 90 y que tiene varios trabajos publicados junto a DJ Yata. Por su parte, DJ Uve es una figura imprescindible para entender el arraigo y la evolución del Hip Hop en la región, con un largo listado de trabajos como productor, una gran experiencia como DJ y dos bandas históricas en su haber: Falsa Identidad y Chinatown.
Ofrecieron entorno a 30 minutos de actuación, mostrando un estilo hardcore, directo en las letras e interpretaciones del rapper y espléndido en las instrumentales, en la que parece que Uve ha dado un nueva vuelta de tuerca a su estilo, ganando en elegancia y sabor. También hubo tiempo para cantar un tema compartido con el MC Priteo y la cantante de reggae Inés Pando, así como para los juegos de efectos de DJ Uve, con una incursión en el dub, sin pasar por alto sus hábiles scratchs en casi todos los temas.
Una buena actuación, con una sobria y elegante puesta en escena, donde el sonido, que fue algo deficiente, fue el único punto negativo.
El siguiente artista en subir al escenario, de nuevo tras un rato de paréntesis, fue el Momo, quien mostró un estilo rutilante: atlético y con un dominio preciso de las métricas, a la vez que es capaz de contar cosas muy interesantes en sus letras, alejadas de tópicos.
La actuación la hizo absolutamente en solitario, sin DJ y rimando “a fuego” sobre una mezcla pregrabada de bases instrumentales, en la que hubo mucho espacio para temas de su disco “El don de escuchar” (BOA, 2015), pero también para nuevas canciones, demostrando que tiene un buen surtido de ideas por explotar y desarrollar.
Hubo acapellas, temas lentos y llenos de sentimiento, y también temas vertiginosos y rabiosos.
Toda una demostración de talento durante 35 minutos, para un artista al que se le puede augurar un largo recorrido.
El público presente, ya cercano a completar el aforo, recibió con entusiasmo su actuación y le dedicó encendidos aplausos en los momentos álgidos y al finalizar.
El Momo terminó sobre las diez y cuarto y hubo que esperar hasta las once menos diez para que la presencia de R de Rumba sobre el escenario lanzando la primera pista musical anunciara el inicio de la gran actuación que el público, ya con el aforo completo, esperaba con ansia.
Pocos instantes después irrumpiría Kase.O entre un alubión de aplausos, para rimar “El círculo”. Después habló para saludar y anunciar el contenido del concierto, en el que combinaría canciones del nuevo disco, con porciones de temas de Violadores del Verso y alguna otra sorpresa. En ese momento se sumó al escenario El Momo, que se encargaría de las voces de apoyo.
Los siguientes temas fueron “Esto no para” y “Yemen”, de manera que las tres primeras canciones coincidieron con las que se incluyen en “El círculo” en ese mismo orden, para luego pasar a interpretar otras canciones del nuevo álbum (“Guapo tarde”, “Viejos ciegos”, etc.).
Después comenzó a combinar temas históricos, tanto de Violadores del Verso como temas propios, aparecidos en sus grabaciones o en las de otros artistas (como “Chúpala” que grabó con Dogma Crew), con instrumentales modificadas, scratchs de R de Rumba y El Momo apoyando e incluso haciendo algunas frases completas en muchos de los cortes.
Cuando llevaba 9 temas, hizo una pequeña pausa para invitar a abrazarse en hermandad a los presentes y recordar la gravísima situación que está viviendo en países del oriente medio como Siria y también en muchas zonas de Sudamérica. A partir de aquí pidió a los presentes que visualizaran ciertas escenas y gritaran a la vez “Paz!”, para finalizar invitando a que cada uno pensara en un ser querido y volvieran a gritar todos juntos “Paz!”.
El concierto retomó su línea musical con otra tanda de canciones aclamadas por el público, incluyendo porciones de temas de gran éxito junto a su grupo como “Vivir para contarlo” o “La cúpula” (aparecida en el disco de Sho Hai), temas del nuevo álbum, dos momentos que protagonizó El Momo (con un tema propio y con un impactante acapella) o una sorprendente incursión en el sonido “booty”, que nada tenía que ver con el tema incluido en “El Círculo”.
Cuando ya se llevaban interpretadas dieciséis piezas, llegó el momento para una de las canciones más esperadas de la noche, “Mazas y catapultas”, que fue acogida por el público con entusiasmo y que Kase.O defendió muy bien en directo. A esta canción siguió “Mitad y mitad” y llegó el momento de un primer descanso.
Tras unos breves minutos de receso, reaparecieron en el escenario los tres artistas, con una energética andanada de cuatro temas, en la que se incluyó una adaptación de “Como el sol”, que contenía referencias a la etapa de la vida de Kase.O en la que residió en Santander, y que finalizó con “Repartiendo arte”.
Hubo otro nuevo receso, para regresar en formato íntimo, con un Kase.O agachado, los focos fijados en él y la interpretación de la emotiva “Basureta”, en la que la voz del artista se rasga y llega al llanto.
Después fue el momento para el “subidón” final, con “Cantando” fundida con la “Outro” de “El Círculo”, donde se incluyeron buenos deseos de despedida, de reencontrarse en próximos conciertos y el público clausuró el espectáculo con una cerrada ovación, a un conjunto de 24 canciones que se extendió durante cerda de una hora y tres cuartos.
El concierto de Kase.O fue un espectáculo de primera división, con todos los detalles de interpretación y sonido perfectos, con un excelente juego de luces y con una gran interacción con el público, con quien el artista conecta desde el mismo momento de su aparición sobre las tablas, gracias a su naturalidad, cercanía y a la convicción con la que defiende su música.
A Kase.O se le nota la experiencia sobre el escenario y su dominio templado de todo lo que supone dar una actuación. También se le nota suelto y desinhibido, capaz de hacer movimientos que refuerzan el mensaje de las letras e incluso de lanzarse a hacer alguna coreografía de baile, aunque no siempre bien resuelta. Además aprovechó para dar mensajes positivos y constructivos al público, como en el momento final, cuando invitó a todos los presentes a mejorar su vida cambiando la forma en que miran a su realidad próxima, “Túu puedes cambiar la percepción de lo que vives” y “¡Cuánto más amor das, mejor estás!”, fueron los dos últimos mensajes que el artista entregó para que el público se llevará en su “mochila mental”.
El público era bastante variado, con muchas personas que rondaban los cuarenta y que muy probablemente estén vinculados al Hip Hop desde los mismos momentos en que Kase.O inicio su carrera, pero también había gente bastante joven, de entorno a los 20. Además había un buen porcentaje de mujeres, algo que no siempre es habitual en actuaciones de artistas de géneros no masivos. A esto hay que añadir que el respetable disfrutó de lo lindo, respondiendo con efusividad a las canciones y mensajes lanzados desde el escenario y en algunos momentos mostró un entusiasmo absolutamente desbordante y atronador.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 25 (sección: Reportajes).
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