De la mano del sello Gaztelupeko Hotsak se acaba de publicar un álbum tributo al legendario cantante norteamericano, llamado “Beltza”, en el que colaboran artistas como Hysteria, Carniceros del Norte, Diaboli Kash, Los Rotos, Travelling Brothers, etc.
Hace unas semanas, los responsables de la cuenta de Facebook dedicada a Johnny Cash (1932-2008) pidieron a sus seguidores que definieran al cantante con una sola palabra. Entre las más de 28.000 respuestas recibidas había de todo, desde las más típicas o esperadas —leyenda, icono, Dios, héroe, grande, único, inmortal, negro o, no podía faltar el chiste fácil, dinero…- hasta otras más concretas o sorprendentes —huevos (bolis), seminal, indomable, volcánico, dolor, revolucionario…-. Pero entre todas había una palabra que se repetía varias veces y que seguramente cualquier artista quisiera para sí: real.
Johnny Cash daba la impresión de ser así, una persona que se mantuvo coherente y fiel a sí misma, y a quien los excesos, contradicciones y tropiezos a los que tuvo que hacer frente durante su vida no le desviaron del camino. En el prólogo de la edición en español de Cash, la autobiografía del cantante, el peri-odista Ignacio Julia escribió lo siguiente: “Johnny Cash fue un superviviente nato, el último de los forajidos, leyenda en vida, un hombre de su tiempo en un ne-gocio, el musical, que ha ido premiando cada vez más desvergonzadamente la juventud banal y conformista frente a la sabiduría del individualista añejo”.
Cash comenzó siendo niño cantando gospel en la iglesia, al mismo tiempo que su madre le enseñaba canciones tradicionales de la Carter Family, con la que luego se emparentaría. En los años 50 se instaló en Memphis y publicó sus primeras grabaciones de éxito (Folsom Prison Blues, I Walk the Line, Get Rhythm…) en el mítico sello Sun Records. Las décadas de los 60 y 70 le convirtieron en una estrella de la música coun-try, formando parte del movimiento outlaw junto a Kris Kristofferson, Waylong Jennings, Willie Nelson y otros, pero en los 80 cayó en el olvido, hasta que en 1994 el productor Rick Rubin le propuso grabar el disco American Recordings, al que seguirían otros cin-co. Fueron esos magníficos discos los que además de resucitar su carrera musical le acercaron a un nuevo público, más joven, y alejado de la música country.
En efecto, además de canciones’ propias, grabó versiones de artistas como Nick Cave, Bonnie Prince Billy, Bob Marley, Neil Young, Glen Danzig o U2. Fue cuando Cash empezó a ser reivindicado sin tapujos por músicos de diferentes generaciones y estilos.
Han pasado ocho años desde el fallecimiento de Cash y éste es el primer disco de homenaje que se le hace en el País Vasco. Veinte bandas se han juntado para traernos de nuevo las canciones del hombre de negro —vestía de ese color en homenaje a “los pobres y abatidos, los que viven en el lado hambriento y de-sesperanzado de la ciudad”-. Muchas de ellas no las escribió Cash, pero hoy día es difícil no identificarlas con él, también cuando se trata de canciones de pop y rock creadas en los últimos veinte años, caso de Per-sonal Jesus (Deperhe Mode), Huno my Head (Sting) o Hurt (Nine Inch Nails). La inmensa personalidad de Cash, apoyada en esa voz profunda y emocionante, se apoderaba de todo.
Tributo a Johnny Cash recoge muchas de las can-ciones más conocidas de Cash, desde éxitos tem-praneros (Folsom Prison Blues, 1 Walk the Line, Ring of Fire, Cocaine Blues, Get Rhythm o Jackson), hasta canciones originales recogidas en la serie American Recordings que se han convertido ya en clásicos (De-lia’s Gone, When the Man Comes Around…), pasando por versiones de Bob Dylan (It Ain’t me Babe), Jimmy Webb (Highwayman) o las antes mencionadas. Todas ellas interpretadas por un amplio abanico de grupos de punk-rock (Vómito, Hysteria, Carniceros del Norte, Parca Bravo o Morfi Grei, exmiernbro de La Banda Tra-pera del Río, entre otros), glam (Diaboli Kash), hard-core (Zartako), metal (Elenco, Ratzinger, Arbian), rock sureño (Hash), blues (Last Fair Deal, Petti, Travelling Brothers) y rock&roll (Los Rotos). Mención especial merece la aportación de Zarama al disco. En vez de hacer una versión, el veterano grupo de Santurtzi ha compuesto un tema de homenaje, Jon & Johnny Cash, donde se unen el txistu, el country y el aurresku.
