Miranda de Ebro recibió el Jueves 18 de Septiembre una manada de amantes de la música pop-rock que inundaron la ciudad durante tres jornadas.
La sala Maquiavel acogió a los locales Dirty Birdies, encargados de abrir el evento. Éstos animaron al público con rock potente y desmarañado y versiones al estilo “Johnny be good”.
El punto indie de la noche lo otorgaron Haddock’s Orphan con sus contrapuntos instrumentales y coros a lo “Coldplay” traídos desde Mallorca. El conjunto demostró que la ecuación melodías serenas mas letras cargadas de referencias amorosas suele funcionar siempre.
Pero el show que más vitoreó el público fue, sin duda alguna, el de The Sweet Vandals, quienes llenaron la sala con su soul. El grupo madrileño utiliza como armas infalibles piezas instrumentales geniales combinadas con la poderosa voz de su cantante y guiños retro, lo que les ha convertido en una banda con gran proyección internacional.
La jornada del Viernes amaneció prometedora con el concierto de Half Foot Outside, que cumplen diez años desde el lanzamiento de su primer disco “so called…”(1998)y lo celebran con el nuevo CD “heavenly”. La banda dio muestra una vez más de su sonido teenager y de su inconfundible toque alternativo.
La elegancia y la clase del rock, el saber estar y hacer en un escenario y la profesionalidad. Todo esto se apreció en la actuación de The Gurus. El trío catalán demostró el porqué de su éxito en países como EEUU o Canadá con sus voces y guitarras rasgadas de influencia setentera, un lujo para los sentidos.
El fenómeno fan se empezó a notar con la aparición de los veteranos Teenage Fanclub. Éstos no defraudaron y deleitaron con esa música sin estridencias que les caracteriza a una primera fila que entonaba las letras enfervorecida.
Otro momento esperado de la noche era la entrada en acción de la pelirroja crónica Alaska y su inseparable; Nacho Canut, que juntos suman Fangoria. Los técnicos tuvieron que trabajar a contrarreloj para montar en pocos minutos un escenario de tres niveles con diversos adornos como lámparas de araña o una pasarela. Una vez más Fangoria demostró que siguen siendo cabeza de la provocación y “vanguardia” españolas acompañandose de dos travestis como cuerpo de baile, dos cambios de escenario y tres de vestuario. A pesar de todo esto, musicalmente Alaska no da más de sí y sustenta todas sus actuaciones con grandes dosis de espectáculo. De todos modos cantó los grandes éxitos del dúo así como versiones de las “Nancys Rubias” y de “La Prohibida”.
Dorian fueron los encargados de cerrar la jornada con una electrónica sin complejos con éxitos como “Cualquier otra parte” que el público cantó de principio a fin. El grupo barcelonés tiene la baza de ser el espejo de un tipo de juventud preocupada por lo que pasa a su alrededor pero dispuesta a divertirse siempre que la ocasión lo merezca.
Los conciertos que más expectación causaban eran claramente los del Sábado, que no se podían haber abierto de una forma mejor, con la actuación de The Blows. Éstos chicos de Vigo increíblemente entregados a su música disfrutan y hacen disfrutar al público. Eternamente comparados con “The Strokes” por la crítica, la banda hace de las melodías bailables y pegadizas y de las letras directas su carta de presentación. En definitiva, un grandísimo directo en el que mezclaron los temas de su álbum “Upskirts” con nuevas canciones como “Lindsay Lohan”.
El rock añejo nacional y la provocación se dieron cita en el concierto de Los Salvajes. Ofrecieron un espectáculo de canciones míticas como “Todo Negro” o “las ovejitas”, aunque todo el mundo esperaba una “Neurastenia” que no llegó. A pesar de su edad, Gabi (voz) demostró que seguía en plena forma interactuando con el público y recordando a sus antiguos compañeros.
Desde Granada aterrizó en el pabellón multifuncional la banda indie española más aclamada; los Lori Meyers. Quedó patente su extraordinaria capacidad de llegar a los presentes con estribillos que logran despertar algo dentro de cada persona que los escucha.
Así, los éxitos “Luces de Neón” o “Alta fidelidad” consiguieron emocionar incluso a quienes no los habían escuchado anteriormente.
Los cabeza de cartel, Mando Diao, desataron la histeria colectiva entre unos fans que llevaban horas esperando el momento en que aparecieran en escena los suecos. Como siempre, Björn y Gustaf, los vocalistas del grupo, demostraron su increíble habilidad para enloquecer a las masas con altas dosis de energía, sudor y movimientos espasmódicos. Quizá sea por su estilismo o por la reacción que provocan en los fans (mayoritariamente del género femenino) pero es inevitable la comparación con aquellos Beatles con el pelo a lo tazón que generaban desmayos a su paso. Las canciones que más éxito cosecharon fueron las pertenecientes a su segundo, y para muchos, mejor disco “Hurricane Bar”(2004), como “God Knows” o “You can’t steal my love”. Un momento clave del show fue en el que Björn comenzó a cantar solo con ayuda de la guitarra uno de sus más grandes éxitos; “Ochrasy”.A pesar de que su último álbum “Never seen the light of day” no ha recibido la acogida deseada en buena parte de sus seguidores, éstos corearon todas y cada una de las canciones de los de Börlange hasta la extenuación.
Y como colofón a este festival, actuaron los bilbaínos We Area Starndard, la meca de la provocación norteña. Como todo el mundo esperaba, el concierto de la banda se aderezó con insultos al público y viceversa (eso si, siempre con una sonrisa en la cara) mientras nadie podía parar de mover los pies al ritmo de su electrónica ¿Extraño?, no en un concierto de We are standard.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Reportajes).
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