Unos 25 temas nos enseñaron lo mejor de su repertorio, con algún tema de los Straitjackets por medio, con un gran bis, y que nos mandaron al mundo real con un gran sabor de boca, de corazón, y de alma.
“Como mola esta música etíope, es buena para el corazón”. Así empezaba una canción de Malatu Astatke en la película “Flores Rotas”. Yo siempre creí que la música surf es buena para el corazón y el alma.
Llena de pasión y arraigo en tradiciones y esquemas latinos, el Surf Beat lleva unos lustros paseando la cabeza bien alta por los escenarios de todo el mundo. Desde USA en los 90 goteaban bandas que sentaron no solo un respeto a la tradición más clásica, sino nuevos conceptos en el entendimiento de este estilo. Si por un lado aparecían los Tiki-Tones, Galaxy Trio, Phantom Surfers, Untamed Youth o Satan’s Pilgrims, por otro se exploraba la versión más espacial y de ciencia ficción con los Man or Astroman?, The Ghastly Ones, o los rusos Messer Chups.
Daddy O Grande guitarrista de los Straitjackets representa la versión más clásica del Surf Beat. Patrones clásicos donde la variación de palos es indispensable para no aburrir al personal. Referentes mundiales de su sonido, posiblemente sean los únicos bastiones del Surf que llenen salas gira tras gira por donde quiera que vayan. Con otro Straitjacket, Eddie Angel, Daddy O se encarga de llevar su peculiar ritmo y compas a salas de todo el mundo. El concierto que dieron en la Fábrica de Chocolate fue una agridulce sorpresa. Primero empezó la banda de apoyo que traía Mr. Grande, los Twin Tones mejicanos. En su nombre ya vemos la referencia a esos amplis Fender, los Twin Reverb, perfeccionados por Dick Dale para lograr ese sonido temblequeante de las guitarras.
Los Twin Tones aparte de ser unos chavales que salían de México por primera vez, mostraron un saber hacer propio de quien lleva toda la vida subido a un escenario. Profesionalidad, saber hacer y puesta en escena. Solo ellos ya hicieron valer el acercarse a la sala una noche de frio miércoles. Más apegados a la tradición Tex Mex del surf, sonaron sólidos y confiados. Con dos discos “Nación Apache” y “Capello di Mariachi”, y un Ep “Salón Chihuahua” mantienen ardiente el beat más pasional y visceral de la escena fronteriza entre USA y México. Guitarras rasgadas y trompetas electrizadas que impulsaban escenarios a camino entre la sempiterna banda sonora de Ennio Morricone y los ritmos de Hot Rod más clásicos del Swing americano. Desde luego si queréis una banda que os haga bailar, disfrutar y meterle mano a vuestra pareja en la boda de su mejor amiga, este es vuestro grupo.
Después de un mini parón para coger fuerzas aparecieron de nuevo en escena con la estrella de la noche. Como dijimos antes Daddy O representa la aristocracia del Surf Beat a nivel mundial. Un estilo y una técnica intachable cada vez que toca una cuerda de su guitarra. Pero ojo, la música de Daddy O puede pecar de virtuosa en exceso y poco pasional. Con dos discos en el mercado “Mexican Chilli Taco Fiesta” y “Daddy O Grande in México” con una temática claramente al Sur de Rio Grande, se echó de menos al trompeta de los Twin Tones.
“Calhoun Surf”, “Gatecrusher” e “Ruckula” iniciaron el momento Daddy O Grande, sonido solido y muy bien arropado por los Twin Tones que le daban al Straitjacket total libertad para juguetear con escalas y riffs que adornaban ese muro de hormigón sonoro que son los Twin Tones. Chapurreando en castellano entre canción y canción para presentar los temas y de paso a los miembros de la banda. Lo bueno es la variedad de tiempos en la música que nos presento: a veces rápida, a veces lenta, medio baladita por aquí, tema frenético por allá. Y en eso residió la clave de su actuación, unos 25 temas que nos enseñaron lo mejor de su repertorio, con algún tema de los Straitjackets por medio, con un gran bis, y que nos mandaron al mundo real con un gran sabor de boca, de corazón, y de alma.
Fotos: Jesús Figueirido
Be the first to comment