Buen bolo el que nos esperaba esta noche en Vigo con las actuaciones de God Forbid y la banda multi–latina formada por los chicos de Ill Niño. El “Neighborhood European Tour” hizo escala en tierras Gallegas, y allí estuvimos para poder contarlo.
Buen bolo el que nos esperaba esta noche en Vigo con las actuaciones de God Forbid y la banda multi–latina formada por los chicos de Ill Niño. La verdad es que fue una pena que semanas antes de la gira española los italianos Exilia se cayesen de este “Neighborhood European Tour” alegando motivos de “enfermedad” ya que no era el único al que le apetecía ver a esta interesante formación.
Nada más entrar en la sala me dispongo a localizar entre una densa humareda a Suso, compañero fiel de batallas que se encontraba poniendo a punto el objetivo de su cámara fotográfica. Tras los saludos de costumbre, nos asalta una chica de esplendorosa sonrisa que repartía papelitos publicitando cierto servicio que ofrecía un completo y variado recurso de rastas y extensiones. Inconscientemente me llevo la mano a mi cabeza y emitiendo un leve suspiro, pienso que la idea no está hecha para mi…, estiro el cuello para hacer una vista global de la sala que mostraba ya una más que meritoria entrada y efectivamente, me doy cuenta que hay un buen número de rastas rodeándome, lo cual me hace coger consciencia de que en adelante habría que estar atento con los moshing, porque ya me he llevado algún disgusto y algún ojo irritado en otras ocasiones. Si hubiese que rezar el padrenuestro en esos momentos la gente recitaría de memoria “Roots Bloody Roots” y si hubiese que invocar a Dios, la peña aclamaría el nombre de Max Cavalera.
Apenas diez minutos pasaban de las diez de la noche cuando una orquestal intro de las que se gasta la banda, hacía que la gente se apurase por llegar a las primeras filas. Un minuto y medio después God Forbid salían a golpe de “Better Days”, primer corte de su tercer disco “Gone Forever” (un clásico). Aunque pensaba que God Forbid se decantarían por defender con uñas y dientes su última obra “Earthsblood”, prefirieron usar su corto espacio de tiempo para deleitarnos con los mejores temas de su catálogo, con especial protagonismo del disco mencionado y “IV: Constitution Of Treason”, que se llevaron la palma con tres temas cada uno. En un principio el sonido parece ser un tanto confuso, pero poco a poco la cosa se fue normalizando y pudimos disfrutar de un sonido bastante bueno durante toda la actuación, sobre todo el de las guitarras de los hermanos Doc y Dallas Coyle que sonaron matadoramente thrashicas. Tras “Under This Flag”, el grueso vocalista Byron Davis empieza a adquirir el protagonismo que se le requiere y aunque lo vi un tanto cansado durante la actuación (debería plantearse bajar algo de peso), no paró de escrutarnos con esa mirada picaresca y esa sonrisa de niño malo, junto a las graciosas proclamas en las que señalándonos con el dedo nos decía: “tu eres mi amor”, o se dirigía al batería Corey Pierce diciéndole exactamente lo mismo. Un caso este Byron.
La verdad es que el último disco de los de New Jersey es un pepinazo y posiblemente de lo mejor que hayan facturado en toda la carrera. Las voces melódicas a cargo de Dallas Coyle (que lucía una camiseta muy old school con dibujo en plan película de terror japonés) quedan mucho mejor en directo de lo que me esperaba y su labor a las rítmicas fue apabullante. No lo fue menos, la aportación de Doc, que se ocupa de dar brillo en forma de solos y arreglos varios a la música de God Forbid, y aunque mostró su ya conocido talante serio, acaparó gran parte del protagonismo cuando ejecutaba esas escalas de claro regusto heavy; y digo gran parte, porque la otra se la llevaron las luces del local, que no parecían existir y durante cuatro o cinco temas tuvimos que ver la actuación sumidos en la penumbra absoluta, hasta que Byron Davis se dirigió a los técnicos y exigió con cierta autoridad que se pusiesen las jodidas luces a la voz de ya. Dicho y hecho. De repente el ver a los componentes más claramente en el escenario pareció ser un revulsivo para un grupo de personas que empezaron a montarla parda en las primeras filas, sobre todo con el incendiario riff central de “War Of Atrittion”. Hasta dio la sensación de que el aumento de luz hizo que la banda, al ver desde las alturas a la parroquia viguesa entregada, se mostrara más enérgica y contundente si cabe, energía que duraría hasta la finalidad del show.
Buen concierto, donde me quedo con el buen hacer de los guitarristas como nota más positiva y otorgando cierto punto negativo a las voces, con algunos problemas de sonido y un Byron algo cansado y sobre todo con el trabajo de batería, que sin ser malo, si lo comparamos al sonido que tiene este instrumento en “Earthsblood”, por poner un ejemplo, es para ponerse pálido habida cuenta de la diferencia de matices que existen entre estudio y directo.
Tras una larga espera, el speacher de la sala nos presenta la actuación de Ill Niño. Yo pensaba que con God Forbid ya estaba todo el pescado vendido, pero visto el aumento considerable de gente que se agolpaba en primera línea cuando Ill Niño salían a escena, me percaté que para muchos God Forbid eran demasiado Thrash y que los habían visto desde la retaguardia, la cual podía estar algunos metros atrás, bastantes metros atrás o, directamente, fuera de la sala.
Sinceramente y para que lo voy a negar, no quedé demasiado conforme con la actuación de Ill Niño, y en líneas generales me llevé para casa un sabor agridulce. Algunas razones que desencadenaron esta sensación en mi, podrían ser que nunca me han convencido las bandas que llevan dos sets de percusión, dígase, el batería y el propio percusionista, pero vamos…, sabía donde me metía. Si bien esto es un rasgo definitorio del sonido de Ill Niño y jaleo asegurado para los más saltarines, como se comprobó desde los primeros temas, como la cosa no esté bien sintonizada puede acabar sonando a verbena. Unámosle a esto una, para mi, deficiente labor vocal a cargo de Cristian que aunque es muy simpático, muy querido y sabe llevar al personal al terreno que más le conviene, con ese lenguaje zalamero y embaucador, lo noté bastante forzado en muchos momentos de la actuación.
“Enigma”, último disco de los latinoamericanos, agradó a unos (los pocos) y defraudó a muchos (la mayor parte de sus fans más clásicos), algo que a nada que se preguntara por la sala A! diversas personas era fácil de concluir. Incluso hubo anécdotas graciosas como el que me dijo que algunas partes del último disco sonaban a Maná y hacían demasiada apología del amor. Desde luego veo a Ill Niño bastante alejados de la popular banda mexicana pero reconozco que en ocasiones se van por las ramas y en no pocas les resulta difícil bajar del árbol. La cuestión es que aún siendo “Enigma” un disco no demasiado respetado por sus fans, sonaron unos cuantos temas de este trabajo como la inicial “Finger Paiting”, o las muy aplaudidas y botadas “The Alibis Of Tyrants” y “Compulsion Of Virus And Fever” con esos estribillos en castellano tan típicos y que tan buen resultado dan en directo. Los temas siguen unas pautas muy comunes y unos estribillos bastante manidos, con esa alternancia de voces brutas con otras hiper-melódicas que si bien hace años hicieron que Ill Niño se convirtieran en una de las bandas más boyantes del Nu-Metal, hoy en día parecen repetirse hasta la saciedad, siendo a veces difícil diferenciar un tema de otro si no es por algunos recursos del ex-Machine Head, Ahrue Luster a las guitarras, que me parece de lo más interesante de la banda junto a la tremenda manera de tocar del batería peruano Dave Chavarri que es el auténtico alma de este grupo.
Aunque la crítica del concierto por mi parte puede ser algo negativa, no nos engañemos, la gente se lo pasó pipa esta noche saltando, botando y cantando cada uno de los temas. Realmente el ambiente fue fantástico y el diverso público (en algunos casos diría que alejado del Metal) hizo que la banda se sintiese muy cómoda esta noche en Vigo y así lo hizo saber Cristian que mostró su agradecimiento en más de una ocasión. Solamente, cuando el propio Cristian decía que estaba encantado de tocar en España para la “Latin World Comunity”, algunos aprovechaban para gritar sus proclamas autonómico-nacionalistas ya típicas de nuestro país y las cuales no se puede pretender que la banda entienda. En este sentido es curioso señalar que esas partes aflamencadas que posee la música de Ill Niño y algunos bailes de “tablao” por parte del vocalista, no suelen calar hondo en un país tan poco patriota como el nuestro y reacio a ciertos clichés tan españoles. Eso si, cuando la gente sí se anima es con los momentos “batuká” de claro sabor brasileño, momentos en los que el percusionista Danny Couto cobra mayor protagonismo. Si prescindieran de este recurso que pone al personal a cien por hora dejarían de ser Ill Niño pero yo, desde luego, no protestaría.
Por supuesto, entre bromas, batukás, presentación de canciones de su último disco y un técnico de guitarra que no paraba de dar vueltas poniendo la guitarra acústica en el escenario para retirarla a los pocos segundos, hubo tiempo para que la banda repasase algunos de sus grandes hits como “This Is War” o “Te Amo… I Hate You”, que además, hacia el final fueron calentando cada vez más el ambiente hasta que la comunión banda-público fue total. En este sentido y ya en terreno de bises, Cristian se explayó a gusto y vivimos una especie de momento monólogo con gracias y piropos varios, camisetas y mecheros que volaban al escenario para después volver a sus destinatarios entre risas. Momento también para que saliese a saludar el batería de Exilia, al cual Cristian presentó como “es un gran hijo de puta y como tal lo hemos traído a España con nosotros aunque Exilia no hayan podido tocar. Se lo merece porque es un cabrón…etc, etc…”. Vamos, un showman este Cristian. Tras el momento “comunión”, la gente se volcó con los últimos temas con los que se puso fin a este concierto, entre los cuales intercalaron un medley de bandas clásicas como Deftones, Sepultura (“Chaos A.D.”), Twisted Sister, Scorpions…si señores, esta noche llegó a entonarse el “Rock You Like A Hurricane”, nada más y nada menos.
Con el habitual regalo de púas, baquetas e incluso el pantalón de Cristian que fue tirado al público en uno de los últimos temas, la banda se retiraba no sin antes recalcar que bajarían en breves del camerino junto a los integrantes de God Forbid para tomarse unas cervezas con el pueblo vigués y hacerse las fotos pertinentes con sus fans, vamos, que la banda tenía ganas de marcha y que mejor que sentirse como en casa para ello.
Como ya viene siendo habitual, tras el concierto, integrantes de la banda saldrían a sortear una guitarra firmada por todos los componentes de Ill Niño para alegría de alguno de los presentes y en lo que es, a mi parecer, un acto de gentileza por parte de la Sala A!.
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