Para el rock son como el buen vino, una magnífica cosecha de una añada sin par que gana con los años. ¡Imprescindibles!
Cinco meses antes de que llegase este día, ya habíamos gastado un par de mañanas en hacer cola para conseguir unas entradas para la nueva gira de AC/DC. Mentiría si dijera que no estaba nervioso, tanto los días anteriores al concierto, como las dos horas de espera en la puesta del BEC, estas obviamente con mayor intensidad, antes de entrar a ver a estos míticos dinosaurios del rock.
Después de esta introducción, supongo que no tengo que decir que esta era “mi primera vez” con AC/DC y, como suele pasar siempre con las “primeras veces”, se van creando una serie de expectativas que podrían no coincidir con lo que al final se encuentra uno.
Pero vamos por partes, que no es plan de destriparlo todo en los primeros párrafos. El honor de abrir para los australianos lo tuvieron THE ANSWER, una banda que sorprendió a los que no habíamos tenido contacto con ellos y que dio la razón a los que hablaban de ellos como los nuevos cabecillas del rock & roll de este siglo junto a WOLFMOTHER. Buena elección por parte de AC/DC para ir caldeando el ambiente previo a su salida durante esta gira.
Los de Angus Young no se hicieron esperar demasiado. Un video de animación fue el preámbulo de su salida al escenario. Junto a la irrupción brutal de una máquina de tren en el fondo del escenario, comenzaron a sonar los acordes del single de su último disco, “Rock & roll train”. A este le siguieron “Hell ain’t a bad place to be”, “Back in Black” y “Big jack” con un Angus Young hiperactivo, corriendo de un lado al otro del escenario.
“Dirty deeds done dirt cheaps” y “Shot down in flames” precedieron a uno de los momentos álgidos de la noche, protagonizado por zapping de guitarra del comienzo de “Thunderstruck” y la consiguiente locura del personal con semejante temazo. Increíble la labor de Brian Johnson en el concierto en general y en esta última canción en particular.
La banda se mostró muy a gusto en todo momento y estuvo muy comunicativa con el público. Angus Young protagonizó un pseudo striptease justo antes de lanzarse a “The Jack”, “Hell bells” y “Shot to thrill”. Todo un lujo escuchar tantos clásicos de AC/DC en directo. Después de pasar años viendo los dvd’s de la banda es cierto que ya sabes lo que te vas a encontrar en cada momento del concierto (hace lustros que AC/DC no ofrecen novedades encima del escenario), pero definitivamente eso no es óbice para disfrutar como un enano de cada segundo.
“You shook me all night long” y “T.N.T.” nos hacian encarar ya la recta final del concierto, que llegaría a su fin (a falta de los bises) con “Whole lotta Rosie”, regalándonos la aparición de la enorme muñeca hinchable, y “Let there be rock”, que sonó más rápida y cañera que en disco.
Un pequeño descanso para que los australianos cogieran aire y el final apoteósico llegó con los himnos “Highway to hell” y “For those about to rock”, esta última acompañada de los míticos cañones.
Sin duda, uno de los conciertos del año y de nuestras vidas, sobre todo para los que no habíamos tenido la oportunidad de ve a AC/DC antes. ¡Un diez!
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