Hace mucho tiempo que el “Meswy” dejó muy claro que se tomaba muy en serio esto del Hip Hop y que para él era parte inseparable de su vida.
En los primeros discos de “El Club de los Poetas Violentos” se presentó como el miembro más rabioso y rebelde.
En su primera aventura en solitario, “Tesis Doctoral” (Zona Bruta, 97), desbordó de rabia y escupió rimas rebeldes, aunque con un aspecto general menos cuidado que en los discos de CPV.
En “Grandes Planes” (98), de CPV, todo el grupo dio un giro hacia un contenido más personal y Swy les acompañó, pero sin perder su punto desafiante (“La Bomba” lo demuestra).
Hace unos meses el artista madrileño se trasladó a vivir a Brooklyn, donde, según ha declarado a muchas revistas, busca participar en la primera división del Hip Hop. Allí ha vivido en la cuna de este sonido y también allí, en Nueva York, ha grabado su último trabajo: “Nadie”. Aunque más o menos la mitad de las canciones fueron compuestas en España.
Swy ha apostado fuerte con este disco, no solo por su vida en América, sino sobre todo por la evolución en su estilo que le ha llevado a la búsqueda de distintos flows y a afrontar distintos temas en sus letras, habiendo ocasiones (como “Qué hacía con esa” o “Qué tal por ahí”) en que desvela detalles realmente íntimos de su vida y su forma de ser. Aunque nadie se asuste… el MC sigue lleno de rabia y rebeldía…
Para la música, ha confiado en JotaMayuzcula, Sr. Tee Cee, Paco (CPV), Zarman y el novel Uno (Hugo Zamora). Además de los americanos Kevin “Kyze”, productor de Noreaga, y Marc “Boogie” Brown, que ha trabajado con “Bockshot” y “Bootcamp”.
En cuanto a colaboraciones vocales no son muy numerosas, tan solo la voz rapera femenina de Carefree en algunos temas haciendo apoyo, las voces soul de Wanda Caridad y, de nuevo, Carefree en “Como”. Sin olvidar los saludos de Guru y Mos Def.
Los mejores temas son “Nadie”, “René”, “Moreno”, “Kool Kain” y “Que tal por ahí”.
En general se trata de un disco bastante potable, aunque peca de ser un poco largo (últimamente todo el mundo se empeña en hacer discos que superan ampliamente los 60 minutos), y hay momentos en que el exceso de ego y de rabia de Meswy empaña su destreza con el bolígrafo.
Ganan los aspectos positivos, pero cuando encauce toda su rabia hacia la habilidad con la palabra, pasando de los tópicos/típicos “los demás no me llegan a la altura del betún y me tienen envidia”, dará lo mejor de sí.
Comentario: F-MHop
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