Parentesis en la trayectoria de este conocido saxofonista del llamado street jazz, en el que se relaja y repasa clásicos de la balada romántica de artistas como Stevie Wonder, The Stylistics, Barry White y John Klemmer, junto a piezas de composicion propia.
Todo el disco es instrumental, salvo la canción "City of Light", en la que cuenta con Quinn (versioneando una composición original de James Taylor).
Un disco elegante, tan bonito que se pasa… ¡¡Parece perfecto para veladas bañadas en champagne y saltedas de Ferrero Roché!!.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 24 (sección: Lanzamientos).