Supongo que, dentro de la sociología, habrá muchos trabajos editados que hablen del eterno complejo nacional, así que yo no creo que diga nada nuevo al respecto.
El heavy metal no ha sido menos, y pocos empresarios de la música han creído en nuestros productos lo suficiente como para lanzarse al mercado sajón. Los días ingleses de Baron Rojo fueron una honrosa excepción a la regla, pero quedan muy lejanos.
Quizás es verdad que muchas veces el producto no era lo suficientemente bueno. Ha habido grupos que con un sonido y producción discretas (no siempre se tienen los mismos medios) han conquistado el territorio, pero con poco bagaje como para salir fuera.
Pues bien, desde hace unos años, por lo menos en lo que al metal más clásico se refiere (en otros ámbitos también) esto está cambiando. Hoy hay grupos que tanto en calidad musical, así como en sonido, o actitud, no tienen nada que envidiar a los grupos alemanes o escandinavos. En mi opinión, Easy Rider o los mismos Avalanch podrían competir de tú a tú con Stratovarius y otros cabeza de cartel.
Y es que este “Llanto de un héroe” es un disco maduro, bien trabajado por gente que sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. En él se encuentran doce canciones llenas de estupendos riffs, sensibilidad en los teclados y una voz potente y de alta calidad.
Por eso no es de extrañar que el 99 haya sido un buen año para estos asturianos. Al reconocimiento en directo, hay que unir el de los lectores de la revista más carismática de la escena metálica de este país, la Heavy Rock, que los ha elegido con todo merecimiento como mejor banda, entre otros premios.
Este disco tiene muy buenas cualidades. El principal es un sentido de la composición musical excelente. Alberto Rionda, el hombre multi-tarea del grupo tiene talento, y sabe cómo hacer que canciones de 6 minutos no suenen repetitivas. Introduce estructuras más propias de la música clásica sin complejos y la jugada le sale bien. Hay ciertos pasajes que son una aténtica gozada para el oido.
Por otra parte, cuenta Avalanch con un excelente cantante, Víctor García, el cual domina las cuerdas vocales con experiencia, y eso también dice mucho en pro del grupo. Lo malo es que a veces abusa de ciertos recursos un poco obsoletos, chillidos muy estereotipados, que estaban bien en la época de Obús, pero que a mi personalmente me cansaron hace tiempo.
El resto de la banda acompaña bien, y el combo no cojea por ninguna parte, lo cual hace que suene como un grupo compacto, como debe ser.
El punto que más dudas me ofrece es el de algunas letras. Si bien no tengo nada que objetar al ambiente épico medieval de la banda, me parece muy falto de imaginación acudir a figuras muy manidas como El Cid o el Rey Pelayo. Eso es lo que nos enseñaban en la escuela cuando éramos pequeños: nuestros gloriosos héroes echando a los infieles de la católica España. ¡Ojo!, Avalanch no navegan por esas aguas, pues de hecho, ellos optan por dar un punto de vista mucho más escéptico e interesante a las historias. Solamente les recomendaría la revisión de la historia, pues hay más héroes que Viriato y Agustina de Aragón. Se puede ser épico, e incluso cínico, sin caer en el tópico. !Y basta de esdrújulos!
La verdad es que todo esto son pequeñas arrugas de un trabajo muy bien planchado, por lo cual vuelvo de nuevo al punto de partida para insistir en las bondades de este disco que son muchas y en la posibilidad de medirse de tú a tú con los grandes del género. Solamente hace falta que alguien apueste por ellos, pero eso ya no depende de Avalanch.
Comentario: Félix Vera
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