Los que tuvieron retuvieron. ¡¡Y de que manera!!. Esa noche despejaron las dudas a todos los escépticos. Dieron un concierto grandioso en el Pabellón Mutiusos de Guimarâes y demostraron ser una leyenda del rock por derecho propio.
…Ellos fueron la punta de lanza, después vendrían grandes paseos por la Mecas del Metal como Hamburgo, donde Helloween, Gamma Ray y Blind Guardian insertaron en mi, la pasión por la épica y la fantasía; Inglaterra, donde Judas Priest y Saxon me aplastarían con el particular “British Steel”; Noruega y Finlandia, las tierras paganas que fueron cuna de las hordas de los black-metaleros más místicos que hayan existido como Marduk o Mahyem; Goteborg y sus nostálgicas melodías mezcladas con la brutalidad más extrema, caso de In Flames o Dismember; Los Angeles, donde el sleezy, las drogas y el Jack Danields eran el santo y seña de gamberros como los Guns And Roses, un mal ejemplo que nos encanta; San Francisco, la tierra que vio nacer a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis y con ellos una nueva manera de entender el Rock…. y así podríamos estar horas y horas…
Una vez más, los teutones de acero hicieron que saliera con una gran sonrisa de oreja a oreja de su show. Lejano queda ya, aquel recital a mediados de los años 90, cuando los Scorpions nos agasajaron con su grata presencia y concedieron una fecha de la gira del por aquel entonces denostado “Pure Instinct” en la ciudad de Vigo, conservando aún en mis retinas imágenes inolvidables de tal magno evento. Ese concierto se convirtió en el primero de muchas citas que me ha regalado el Hard Rock y el Heavy Metal, y por supuesto los Scorpions se convirtieron en mi banda Madre, la Reina de todas las bandas que después conocí, y de la mano de ellos fui conociendo todos los ríos y afluyentes que acaban desembocando en ese gran lago llamado Rock.
Llegaban los Scorpions a tierras portuguesas con la gira “Humanity Hour Tour”, en uno de los últimos show que dieron este año en Europa, antes de partir hacia las tierras hindúes donde el show que darán en Bombay, marcará un precedente en la historia de este país.
Muy buena aceptación por parte del publico portugués para este show en el Multiusos de Guimarâes que casi rozó el lleno, aunque también hay que agradecer a esto, la presencia de numerosos contingentes de españoles que nunca dudamos en visitar el país vecino si la ocasión lo merece.
Pasaban unos minutos de las 21:30 cuando Klaus, Rudolf, Mathias, Kottak y Maciwoda asaltaban el escenario de Guimarâes a golpe de “Hour I” de su último disco, y desde el primer momento ya se notó una gran energía por parte de la banda, en todo momento sonrientes y agradecidos con el público, haciendo de este show uno de los más dinámicos de los cuatro que ya he visto de ellos. Un Rudolf Schenker que no paró un solo instante de mostrarnos su colección de posturitas y la manera tan particular y violenta que tiene de tocar la gran colección de bonitas Flys V que posee. Sin respiro, engancharon con el clásico “Bad Boys Running Wild” un autentico himno del rock de todos los tiempos, que fue coreado con mucha pasión.
Scorpions tenían preparado un set-list de lujo, lleno de clásicos y apenas nadie se quedó con las ganas de escuchar alguno de sus temas preferidos, la verdad es que supieron elegir muy bien los temas. Uno que no falta nunca y que colabora a que la gente se entregue a ellos es “The Zoo”, con ese mágico riff heavy-metalero que data de 1979, y que aun hoy sigue sonando potentísimo. Siempre disfrutaré con este tema que aunque largo, se hace muy entretenido gracias a los grandes solos y la parte de “talking box” que hizo suya Mathias Jabs, el virtuoso de la banda; un Mathias que no para un solo instante de adornar las canciones con esas “cabriolas guitarrísticas” tan particulares. Muy concentrado y sonriente durante todo el concierto, ver a Mathias Jabs en escena es realmente una de las atracciones de los Scorpions.
“Leave ´Em Or Leave ´Em” y “Deep And Dark” fueron las únicas concesiones que dieron a su álbum de 2004 “Umbreakable” y sobre todo el segundo de ellos sonó muy bien aunque se nota que Klaus Maine ya tiene una edad considerable, y es en estos temas más modernos donde se nota que es el más flojo de la banda, algo que compensa con la gran capacidad de animar a la gente, la simpatía que derrocha en el escenario y sobre todo el carisma de ser un icono del Hevy Metal y ser la voz de algunos de los temas más bellos jamás escritos por un compositor de rock.
Precisamente para que Klaus descanse un poco la voz tras el derroche inicial, la banda recupera para esta gira la instrumental “Coast To Coast”, que hizo que se me pusieran los pelos de punta solo de escuchar la melodía,y esos juegos de guitarra con los que Rudolf y Mathias se divierten tanto, y al que se les unió para hacer el numerito un Maciwoda que cada vez esta más unido a la banda, colaborando en la puesta escénica y dando mayor solidez al grupo. La verdad es que Pawel Maciwoda, en cierta manera, hace olvidar la moda de “bajistas estáticos” que siempre pasaron por las filas alemanas.
Tras el comienzo tan cañero de concierto, venía bien un ratito de tranquilidad controlada para calmar los ánimos, cosa que no se logró, ya que el estribillo de “Always Somewhere” hizo que la peña se volviera loca y tan solo se apaciguó la tempestad con la mágica y nostálgica “Holidays” uno de mis temas más queridos y que siempre disfruto no sin las dosis de emoción que requiere el momento.
Vuelta al guitarreo con “Humanity” de su último disco que sinceramente es mucho más tema en estudio que en directo y fue sin duda lo más flojo de la noche.
Nos encontrábamos ya en uno de los puntos álgidos del concierto, a estas alturas Rudolf ya había sacado una buena muestra de su colección de guitarras y James Kottak empezaba a volver loca a la peña con esa forma bastante particular de aporrear la batería que tiene el exDio. También Klaus Meine hizo gala de su habilidad en el arte de mover las caderas al son de la pandereta, a la que tiene tanto cariño, y ya había repartido una docena de baquetas para alegría de unos cuantos fieles que se llevaron un buen recuerdo para casa.
“Make It Real” un clásico que alguna gente no parecía conocer fue para mi una de las mejores interpretaciones de la noche junto a la heavy-metalera “Tese Me Please Me” cuyo estribillo hizo levantar muchos puños al aire.
La primera parte del show la cerraron con el tema más potente de “Humanity Hour I”, que lleva como extraño título “321” y que la gente sí parecía saberse dada la aceptación que obtuvo. Tras este tema se retiraron todos los músicos excepto Pawel Maciwoda y James Kottak que nos deleitarían con los solos que nunca pueden faltar en estas citas. Especialmente arrollador fue el de Kottak que hizo vibrar al pabellón entero y donde a parte de mostrarnos su técnica, también pudimos observar las cabriolas y gracias de tal excéntrico y divertido personaje.
Tras los solos la banda al completo volvió a escena para ofrecer la segunda parte del show, donde esperaban los platos fuertes del día y las canciones más esperadas por muchos y muchas.
Los más escépticos, ya pensábamos que no nos iban a ofrecer ninguna pieza de su mejor álbum, aquel legendario “Blackout” de 1982, y para nuestra sorpresa no solo tocaron el tema que lleva por título el disco, todo un himno, sino que se atrevieron con la cañera “Dynamite” otro de los momentos esplendorosos del concierto.
Como ya he comentado, el set list para la gira es plenamente rockero para lo que venía siendo habitual en los Scorpions y donde era muy frecuente que tocasen temas como “Send Me An Angel”, “Loving You In Sunday Morning” o “You And I” que por suerte no cayeron esta noche aun siendo temazos como son.
Hay piezas básicas que no faltan nunca en un show de Scorpions y que por supuesto e inteligentemente dejan para el final, a modo de lujoso postre. Una de ellas es “Big City Nights” otro de mis temas más queridos y donde Klaus hace cantar a todos, alargando la canción considerablemente pero que logra que público y banda se unan en una perfecta simbiosis.
Aunque muchos de los presentes estaban esperando el momento de escuchar las dos canciones que han elevado a los Scorpions al primer plano mundial de la música, tengo que reconocer que nunca me ha gustado un tema como “Still Loving You” por mucho que sirva para que una chica caiga rendida a tus pies, ya que dentro de la colección de baladas que tienen Scorpions, creo que es de las más ñoñas, pero claro, el estribillo es resultón y al fin y al cabo, estas tres palabras fueron el germen de muchas parejas y matrimonios elevando a “Still Loving You” al rango de “pieza antológica de la música moderna”. Después de este momento tan romántico y para no aflojar las emociones empieza a sonar uno de los silbidos más famosos del Rock, que da paso a “Wind Of Changes”, quizá ,la joya de la Corona dentro de la discografía de los alemanes, una pieza mítica y mágica que siempre que la escucho en directo me remueve el alma.
Después de estos dos temas, algunos espectadores optaron por irse ¿?, por eso decía lo de que Scorpions muy inteligentemente dejan estas canciones para el final… imaginaos lo que sería que las tocaran de primeras y se vaciase el pabellón… dentro de la broma esto es una actitud vergonzosa y una auténtica falta de respeto hacia la banda y sus fans, de gente que solo les interesa presumir de haber escuchado las dos canciones más mediáticas del grupo. Por suerte son unos pocos.
Antes de despedirse, los Scorpions aún tenían dos balas en la recámara, “Rock You Like A Hurricane”, un autentico bombazo que puso el pabellón patas arriba y un fin de fiesta por todo lo alto. Tras unos minutos de “despedida” donde Klaus siguió tirando baquetas a los asistentes se colgaron nuevamente los instrumentos para, esta vez sí, rematar el show con la bonita y entrañable “When The Smoke Is Going Down”.
Brillante show de una de las bandas más grandes que el Rock haya parido. En un concierto de Scorpions entra uno un poco escéptico y dubitativo y sale convertido en un nuevo y aguerrido fan que no los olvidará hasta la hora en que llegue el fin de su existencia.
No te pierdas la galería fotográfica: “Scorpions: Concierto en Guimarâes – 2007/12/06”.
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