Ni un paso adelante, ni un paso atrás.
Abrazando el minimalismo en lo musical y reduciendo su nombre al mínimo. CPV, antes “El Club de los Poetas Violentos”, sorprenden desde la primera escucha, con un sonido que abandona los retazos de funk y jazz, para sustituirlos por la omnipresencia de baterías de sonido sintético, hits de sintetizador y estructuras que les acercan a las enseñanzas de la tropa de RZA.
También el cambio ha llegado a la rimas, en dos planos. Por una parte en la entonación, reduciendo la velocidad, templando la rabia y transitando en ocasiones por el límite que separa el rapear del cantar. En otro nivel, las letras que hacían referencia a lo que es y significa el Hip Hop, han desaparecido, y las de acción directa contra fascismo, racismo o desigualdad, han dejado paso a otras de carácter más personal o de complicidad con el oyente.
Siguen siendo mejores que la gran mayoría de grupos nacionales de Hip Hop, también estando en un terreno distinto, por situación o altura, de las bandas punteras de nuestro país, pero cuando se enfrentan a Dompachino (Killa Army, grupo de la órbita del Wu Tang Clan), en “Dramas y Fiestas”, se evidencia que todavía le queda a nuestro Hip Hop camino por recorrer para llegar al nivel del estadounidense.
Otros aspectos a destacar son el tema “Movimientos del próximo milenio”, con “J Mayuzcula” a la batería, bajo, flauta, piano y al “one, two” ; la producción del francés “Tio-Tonton” en “Oye, Oye ! ! ! ; la participación de Mucho Muchacho en “Los tres amigos” y la presentación de la etiqueta “+Graves Superproducciones”, tras la que se esconden J y Nafri, responsables de las producciones de este disco.
Con todo, me quedo con el sonido orgánico de “24/7”, la explosión de rabia de “Madrid Zona Bruta” o el espléndido “9 :30. El Remix”.
Comentario por: F-MHop.
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