Irakere: Chekere-Son

Irakere es una agrupación seminal de la música cubana en los años 70, de la que han salido muchas de las grandes figuras que han tenido prósperas carreras en solitario en las siguientes décadas y que marcó el nacimiento de una corriente singularmente importante: el latin jazz.

El grupo comenzó a gestarse a finales de los años 60, cuando varios músicos jóvenes acudieron a la convocatoria para crear una nueva orquesta, que en un principio se llamaría Orquesta Cubana de Música Moderna. Tras una etapa inicial de maduración y conjunción, la agrupación se planta en el año 1972 con nuevo nombre, Irakere, y con una orientación musical bastante definida y que se iría concretando en los siguientes años… una fusión de la tradición cubana y el be bop, abierta a elementos de la música clásica, el rock e incluso la música de moda del momento (en este álbum que ahora comentaos aparece un tema "disco"), a lo que se sumaba una gran sección rítmica de marcado carácter africano.

Irakere se mantuvo en activo durante cerca de treinta años y su última grabación data del año 2001. Eso sí, los cambios en su formación fueron bastante importantes a lo largo del tiempo, aunque siempre contó con primeras figuras de la música cubana. Por Irakere han pasado Chucho Valdés, el genial pianista que además ha sido su principal director musical, Oscar Valdés (percusionista y cantante), Jorge Varona (trompeta), Arturo Sandoval (trompeta), Paquito DRivera (saxo alto), Jose Luis Cortés (flautista que luego formaría NG La Banda) y otros muchos músicos.

El sello Vampi Soul publicó hace algo más de un año en nuestro país el disco "Chekere-Son", un recopilatorio de las dos primeras grabaciones de Irakere ("Irakere aka Chekere-Son", 1979, y "Irakere 2", 1980), en el que se ofrecen trece cortes que reflejan la vitalidad y frescura de la banda en aquellos años. El oyente podrán disfrutar de cortes más orientados al jazz, junto a otros donde la fiesta cubana es evidente, varias mezclas entre ambas tendencias y además sorpresas con elementos funk bastantes claros y hasta un tema abiertamente "disco".

Así, podemos destacar entre todas las pistas a "Chekeke-son", que abre el plástico, un instrumental compuesto por Paquito DRivera realmente bonito); "38 1/", que combina soul, jazz y bolero; "Moja el Pan", plenamente festivo; "Este Camino Largo" o "Claudia", que tienen una orientación más claramente jazz; "Añung Añunga", que vira hacia el funk (¡casi parece Go, go!); y "Baila mi ritmo" donde se acercan descaradamente a la música disco.

En conjunto se trata de un conjunto de canciones realmente excitantes, muy originales en sus planteamientos para aquella época, en las que se ofrece al oyente una arriesgada fusión entre varios estilos musicales, con una orientación nuclear jazz y unos ingredientes adicionales que suman música cubana y varias tendencias de la música negra. Si tienes ganas de probar algo nuevo y nunca te has aventurado por las sendas del latin jazz, esta es una gran oportunidad para hacerlo.