Un álbum de mestizaje creado con ingredientes muy exóticos... del sonido de la india al del magreb, pasando por el reggae, la rumba y la electrónica. Mantras, sitar y una rebeldía sugerida desde el lado positivo de la vida.
El barrio Gótico de Barcelona lleva unos años convirtiéndose en un hervidero de músicos y de allí han surgido decenas de grupos que mestizan músicas y culturas diversas. También es allí donde se gestó Nómhadas, si bien su propuesta, aunque también sea "puramente mestiza", es realmente distinta a las bandas que allí habitualmente nacen… En esta ocasión el rastro de Mano Negra no está por ninguna parte, ni tan siquiera el del rock (al menos de forma evidente), y la base musical está compuesta por influencias orientales, hindúes sobre todo, asimiladas de una forma muy personal.
El grupo nació por el encuentro entre el mejicano Jorge Real (batería, percusiones y coros), que poco antes había llegado a la ciudad, y Karma (voz, sitar, guitarra y otros instrumentos), una apasionada de la música que antes había militado en grupos de punk y hardcore, pero que de forma casual termino interesándose por el sitar. Ellos dos, junto al bajista Sergio Nieto, forman el núcleo del grupo, pero en directo y en su primer álbum debut, "En la búsqueda", la formación se complementa con otros tres músicos (además de otras tres personas en aspectos complementarios, pues en directo mezclan performance y teatro), además de haber contado para la grabación con ocho colaboradores adicionales (como el MC Yoke, de Hipnotik, o la cataora La Mónica entre otros).
Ya hemos citado que la base de su música es fundamentalmente hindú, pero también tienen una presencia muy importante otros ritmos como la rumba, el reggae, las sonoridades arábigas y los sonidos electrónicos (utilizados con mesura). En la forma de cantar los "recitados mántricos" son muy frecuentes, aunque en algunos cortes se opta por otra forma de abordar las voces, como en "El Maresme", en onda árabe.
Resulta curioso destacar que las letras son en castellano, catalán, lacandón (dialecto inca) y sánscrito.
Con todo este arco iris de influencias y referencias el lector tal vez esté despistado con lo que puede resultar ser la música del grupo, o tal vez piense que será un "pastiche" difícilmente asimilable, pero la verdad es que el disco suena bastante compacto, coherente y original. Con un planteamiento general que se puede definir como "pop", pues las canciones son fáciles de asimilar, algunas de ellas realmente pegadizas (como en "En la búsqueda" o "Vengo") y las colaboraciones entran bastante bien en el contexto (como el caso "extremo" a priori del rapper de Hipnotik en "Cuando el sol se va"). En total es un disco muy agradable de escuchar, bastante luminoso y optimista, con cierta "marchilla" pero a la vez relajado. También se puede destacar que las letras están vinculadas a la ideología de los componentes (comprometidos con los movimientos antiglobalización), pero que el mensaje pasa prácticamente desapercibido… Se perciben ideas optimistas y de rebeldía en positivo, pero sin aleccionar ni nada similar.
En definitiva, un disco de influencias exóticas, con canciones muy digeribles y que dejan un poso de alegría relajada en el oyente.
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