Álbum compuesto por una buena ración de ensaladas musicales a base de ritmos contundentes y riffs de guitarra pesada a cargo de Rosendo Mercado, Rafa J.
En el disco vemos una mejora considerable de las letras respecto a trabajos anteriores. Letras muy reflexivas así lo confirman, dan la sensación de haber sido escritas de forma mucho más fluida que en su anterior laureado disco, todo hay que decirlo, "Veo, veo… Mamoneo".
A pesar de volver a las raíces en este nuevo trabajo, a Rosendo le encanta poder experimentar y fusionar melodías y cadencias a veces totalmente "asimétricas". Curiosa "intro" la de "El acogote" y afortunada referencia quijotesca dando relevancia al símil referente a la figura de Sancho Panza. Afianza de esta forma la rica lírica irónica del "tío Rosen".
Una de las perlas del disco, es sin duda, el tema "Duele pensar". Salido directamente del corazón interpretativo del músico de Carabanchel, así como la rabiosa e inteligente letra. Toda una crítica a la gestión del anterior gobierno de Aznar, sin ponerse pelos en la lengua, especialmente respecto al beligerante posicionamiento junto a Bush y la política de oídos sordos y aislamiento nacionalista, sentimiento exacerbado al más puro estilo franquista.
"Son máquinas" es uno de los temas de todo el disco que me recuerda más a la época de Leño, o dicho de otra forma, lo que pudiera hacer Leño hoy día. Alegato contra "hombres cuadriculados" que a base de burocracia y en pos de nuestro supuesto bien y el avance de la globalización tecnológica, han contribuido a un mundo más frío, lineal y probablemente, paranoico en donde todos somos culpables mientras no se demuestre lo contrario.
Muy conseguida la percusión por parte de Mariano en el tema "Todos los caminos" y el ritmo asincopado de la guitarra introductoria, así como el excelente y laborioso trabajo de guitarra llevado a cabo por Rosendo a lo largo del desarrollo de toda la canción. Además, habría que resaltar un fragmento en esta canción, en concreto en el que Rosendo canta a capela con tan solo el acompañamiento de la percusión con un resultado elegante y contundente.
Es curioso, como el músico puede expresar sus mensajes, verso a verso, porque lo que tenemos entre manos no es otra cosa que pura y dura poesía urbana, nunca mejor dicho. Más si cabe, cuando ese mensaje lo sentimos los oyentes tan cercano como algo propio. Dicho de otra manera, el músico perfectamente puede ser capaz de expresar un sentimiento colectivo e incluso cambiar las tornas, una vivencia personal acercarla de tal forma al público que éste se identifique y la haga suya. Llegados a este punto, es donde Rosendo Mercado se hace grande entre los grandes con este trabajo.
"A mí no me duele na!", es una canción posiblemente pensada ante tanto "fraude" y en cualquier caso, aplicable si tenemos en cuenta la idea anteriormente comentada, a todos los ámbitos de la vida y que para el personal de pensamiento inquieto e inconformista que cree que hay vida más allá de Operación Triunfo, Gran Hermano o Salsa Rosa, no representa otra cosa que un tormento… Como tormento es el compañero necio, el jefe estúpido sin carisma o el cliente cretino y déspota de turno.
Me reafirmo en mi idea, Rosendo es tan cercano, que sienta muy bien al cuerpo, una buena dosis de "Rosendomanía" en el reproductor del coche mientras uno curra; en casa, cuando estemos haciendo "zapping" y frustrados ante la escasa calidad de las programaciones de la cadenas de televisión… "Lo malo es… Ni darse cuenta".
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