Provocación.
Para descubrir el verdadero concepto de provocación podemos hacer un par de cosas. Lo primero, ir a un diccionario y leer que la provocación (a parte de la acción o efecto de provocar) consiste en incitar a una o varias personas a cometer un delito, o bien es una acción ofensiva para otra persona que puede inducirla a la agresión. Lo segundo es conseguirse unas imágenes en video de los Stooges y más concretamente de Iggy Pop, y lo tercero será ver a los Cramps en directo. La primera parte te llevará al significado exacto de la palabra, las dos siguientes a percibir la pura esencia del acto provocador en la música. Por que no los ha habido más sucios y ofensivos para la moral, más peligrosos para el neófito espectador que acude a sus conciertos, más terminales y extremos en sus performances plagados de autolesión y mala baba, más extraños en sus costumbres… Si, sin duda han sido distintos, muy distintos, tanto que lo que para ellos era un comportamiento natural en escena para los demás era un oscuro espectáculo de horrible posesión del cual sólo algunos elegidos pudieron sacar lecciones aprendidas. Tanto Iggy como The Cramps fueron esencia pura de provocación, sin aditivos ni estabilizantes que transformaran su aberrante naturaleza en algo más controlado y convencional, menos auténtico e interesante. Quienes nos ocupan en esta retrospectiva son The Cramps, pero si de verdad quieres ver como se las gastaban Pop y los Asheton te recomiendo el directo pirata “Metallic 2KO”, una barrabasada plena de hostilidad que también fue de lo último que hizo el grupo, ya que a los pocos días se disolvieron. Fue en el ’73. Tres años después, el neoyorkino CBGB’s verá el debut de una joven banda denominada The Cramps.
Cuando Eric L. Purkhiser y Kristy M. Wallace cruzaron el umbral que separaba la insípida realidad cotidiana del infierno del rock’n’roll rebautizándose respectivamente como Lux Interior y Poison Ivy Rorschach también estaban sellando sus destinos, unidos por un pacto de fidelidad eterna que para si quisieran muchos matrimonios respetables temerosos del rock. Él había sido tímido, ella rebelde; él creció y se convirtió en un pandillero, ella siguió siendo el dolor de cabeza de mamá. De no haberse conocido puede que hubieran acabado sus días cosidos a navajazos en un callejón o en un psiquiátrico con el cerebro convertido en pulpa víctimas del abuso de sustancias prohibidas, hacer conjeturas no resulta demasiado difícil, pero ellos estaban destinados a una empresa de mayor envergadura que la de subsistir en el submundo de la delincuencia: devolver al rock su verdadero significado y esencia, la violencia, el sudor y el sexo salvaje. Para ello nada más fácil que formar un grupo y utilizarlo como plataforma a través de la cual lanzarían sus cuchilladas ponzoñosas y romperían con la modosería imperante, no olvides que el mismo año en que nace el concepto cramp Peter Frampton reinaba supremo con su inefable “Comes Alive”. A todo este entorno había que sumar una infancia marcada por los más infectos hits provincianos, el rockabilly, el rhytmh’n’blues, el olor de la gasolina quemada y los vinilos a 78 r.p.m. más subterráneos que mente alguna imaginar pueda, buen caldo de cultivo para el garrulismo al que aspiraban. Por supuesto, para llevar a cabo su diabólico plan de dominación eran necesarios una serie de compañeros de viaje que aún no tenían, un nombre que aún no tenían y unos instrumentos que aún no tocaban, pero todas estas carencias las fueron supliendo con el tiempo, sin tardar demasiado encontraron a otros espíritus afines en los hermanos Gregory, Brian y Pam Balam, con los cuales construyeron la primera de las múltiples formaciones que a lo largo de los años tendrían The Cramps, Lux Interior a la voz y Poison Ivy Rorschach a la guitarra siempre inamovibles, más Bryan Gregory a la otra guitarra y Pam “Balam” Gregory a la batería, poco después sustituida por Miriam Linna, con la que debutan en un concierto junto a Suicide. El problema del personal ya estaba solventado. Lo del nombre fue cosa del argot, “cramp” se aplica a los dolores derivados de la menstruación, pero también a los retortijones y a los calambres musculares. Acertado, ¿no?. En cuanto a su pericia instrumental, este particular se resolvió creando un estilo personal, afilado y primitivo en el que no abundaba la técnica pero sobraba salvajismo. Algo que demuestran en esas primerizas actuaciones, temas propios, abundantes versiones de sus sucios ídolos y bronca asegurada reflejo de lo que un día llegarán a ser sus espectáculos en vivo.
Así nos plantamos en el ’77, que verá su primera entrada en estudio para registrar cinco canciones y la posterior pérdida de Miriam Linna en favor de la precisión percusiva de Nicholas G. Stephanoff, más conocido en los créditos de los discos como Nick Knox, con el cual se constituye la primera formación Cramp clásica, dando a los conciertos un aspecto surrealista por el contraste entre la absoluta ausencia escénica de Ivy-Knox y el desparrame de Interior-Gregory. La incorporación de Knox les hace subir varios enteros y su fama aumenta, de manera que vuelven al estudio contando con la producción de Alex Chilton, grabando el tema propio “Human Fly” y versiones de Roy Orbison, Trashmen, Ricky Nelson y Jack Scott, que en el futuro serán su MLp “Gravest Hits”, pero que inicialmente se distribuyen en dos singles para el sello Vengeance (regentado por Ivy e Interior) publicados en el ’78, permaneciendo como inédita la versión de Nelson. También parece que existe un vídeo clip de “Human Fly” hecho por el propio grupo con cuatro duros, claro que no será nada fácil de localizar a estas alturas excepto para coleccionistas tarados. Más conciertos y nueva demo, esta de la mano de Chris Spedding, y otra vez son cinco los cortes registrados, “Rockin’ Bones”, “The Mad Daddy”, “I Was A Teenage Werewolf”, “Twist & Shout” y “Weekend On Mars”. Por lo visto la cosa no quedó como debía, ellos buscaban algo mucho más sucio tipo Chilton y Spedding les hizo sonar demasiado bien, por lo que pasan de publicarla y la destinarán a buscar un contrato en condiciones, el cual llega de la mano de Miles Copeland y su sello Illegal/IRS, que accede a publicar juntos los cinco temas de Ardent como “Gravest Hits”(Illegal ’79) antes de que se inicien las sesiones del álbum debut. Empieza lo bueno, o al menos eso les parece a ellos, ya que la relación con Copeland va a marcar el comienzo de una temporada castradora para el grupo en muchos aspectos. Por supuesto, se vuelven a colgar del brazo de Chilton y con algunos retrasos por parte de la compañía aparece “Songs the Lord Taught Us”(Illegal ’80).
Desde luego, sólo por ver en portada al impertérrito Knox sin gafas y la cara de susto de Interior ya merece la pena echarle el guante, pero es que el contenido de los surcos no tiene desperdicio, recuperan temas de las sesiones de Spedding y de su demo con Linna en los tambores, pero tocados por el hálito mágico de Chilton adquieren una nueva dimensión de desquiciada atrocidad. La producción es sucia, imperfecta y ensordecedora, poco clara y decididamente mejorable, pero acertada al cien por cien, por lo que mis neuronas aún se preguntan si se la debemos al genio del productor o a su manifiesta incompetencia. Abrasadores y más primitivos que el mecanismo de un troncomóvil, ya nos brindan sus primeros clásicos como “TV Set” o “Garbageman” (de la que editan tres sencillos en el mismo año y hacen un vídeo), pero la euforia de su debut se ve contrarrestada por la pérdida de relaciones con la compañía, con la cual han tenido serios problemas mientras estuvieron en estudio. Antes de terminar el año se edita un nuevo single, “Drug Train”, que será el último que lleve la marca Illegal y con el que también se despide, aunque de una manera no demasiado cordial, Brian Gregory, que por lo visto se larga de improviso no sin antes guindarles todo el material. Enorme putada por tener que reponer todo el equipo robado y buscar un sustituto lo más rápido posible que inicialmente será Julien Grensnatch y después el chicano Kid Congo Powers, a lo que se une el inicio de serios problemas con Illegal que se irán haciendo cada vez más acusados. ¿Resultado?: un cierto aire de desencanto patente a lo largo de “Psychedelic Jungle”(IRS ’81), marcado por la falta de apoyo por parte de la discográfica, hecho que la banda aprovecha para facturar un Lp de catorce canciones con siete versiones soso en comparación con “Songs..” y que tiene más intención de abandonar el sello que de presentar nuevo material Cramp, a pesar de lo cual se deja escuchar muy agradablemente, teniendo en cuenta todas la pirulas que lo rodearon y que es la primera grabación en la que producen ellos mismos el resultado no es nada despreciable, ya quisieran muchos. Como singles salen “Goo Goo Muck” y “The Crusher”, y es de suponer que guardaron tesoros propios para una mejor ocasión en la que gozaran de más libertad, por lo cual a principios del ’82 le meten una demanda al Copeland cuyo pleito subsiguiente que va a suponer la libertad del grupo pero que también les va a tener en el dique seco durante dos años por estarles prohibido grabar todo el tiempo que dure el juicio. Totalmente encabronados por la situación se deciden a registrar un directo que editarán en cuanto les sea posible, seis canciones inéditas bajo el mórbido nombre de “Smell of Female”, pero la puntilla llega cuando se publica sin su autorización el recopilatorio de singles “Off the Bone”(IRS ’83), buenísimo disco para conseguir caras B si dejamos a un lado su carácter de edición carroñera, algo que irá haciendo IRS a lo largo de los años para explotar la fama que el grupo consigue por su cuenta, la prueba más clara es que cuando se soluciona el litigio y la publicación de “Smell…” a finales del ’83 es todo un exitazo, IRS aprovecha el tirón y publica otro recopilatorio, este llamado “Bad Music for Bad People”. ¡¡¡Vaya morrooo!!!. Volviendo sobre “Smell…”,es un conciso y fidedigno retrato de sus delirantes actuaciones, rabioso a más no poder e imbuido por la personalidad broncas de Kid Congo, que se largaría por falta de motivación antes de su salida a través de distintos sellos dependiendo del país (una buena forma de evitarse problemas, vender la grabación en vez de firmar un contrato), y es que estar dos años sin poder grabar le quema la paciencia al más pintado, por lo que tras una gira que les acerca a nuestro país por primera vez con Ike Knox (Pagans) ocupando circunstancialmente el puesto de Kid el grupo se sume en una práctica que se convertirá en algo habitual dentro de su dinámica tras el disco y la gira, el silencio, sólo roto por la discográfica New Rose, que les saca los singles “Faster Pussycat” y “Ain’t Nuttin’ but a Gorehound”, además de una edición especial de “Smell…” en cuádruple single. Pero el grupo sigue sin dar ninguna señal de vida.
Sería a finales del ’85 o principios del ’86 cuando nos enteramos que New Rose había sido de nuevo la elegida para poner en funcionamiento “Can Your Pussy Do The Dog?”, el adelanto de su nuevo disco en estudio, que no se haría esperar nada. “A Date with Elvis” salió al mercado de la misma manera que “Smell..”, por un sello en cada país, se lo produjeron ellos mismos de una manera más que notable e incorporó la novedad de grabarse en formato trío con Ivy ocupándose de las guitarras y el bajo (no sería la primera vez que grabaron algo de esta forma, ya lo veremos luego) y los eternos Interior y Knox en sus respectivas funciones. La verdad es que para muchos este disco es el mejor que han editado en estudio The Cramps en sus historia junto al su siguiente “Stay Sick!” aunque muchos echaran de menos la crudeza de sus primeras grabaciones, yo no creo que se pueda comparar con “Songs…” por que aunque se trate del mismo grupo son dos cosas muy distintas, uno contiene todo el empuje y fiereza de sus inicios mientras que el otro presenta un grupo mucho más maduro en todos los sentidos, no hay más que escucharlos seguidos para darse cuenta, mejor digamos que ambos son una maravilla y lo dejamos así. Se van de gira por Europa junto a un nuevo freak para su galería, Fur Dixon tiene el honor de ser el primer ser vivo en ocupar un puesto como bajista en The Cramps , y se marcan unas Peel Sessions de tres temas, “What’s Inside a Girl?”, “Cornfed Dames” y “Give Me a Woman” a la usanza del disco, es decir, sin contar con Fur. La gira es un exitazo sin precedentes que lleva al grupo a una especie de estado de euforia productiva, ya hacía algún tiempo que había salido “What’s Inside a Woman?” como segundo single de “A Date…” y no dudan en embarcarse en otra gira, por Australia y Nueva Zelanda esta vez, para la cual tienen que buscar otro bajista ya que Fur les deja, entrando la única rival que Ivy tuvo en cuestión de sexy dentro del grupo, Candy del Mar, alcanzando su tercera formación clásica (la segunda obviamente es la de Kid Congo). Parece que lo de irse a las antípodas les encantó, tanto que en un alarde de actividad inédito desde su primera etapa editan disco en dos años consecutivos, claro que esta vez por motivos muy distintos a los que vieron la publicación de “Psychedelic…”, el grupo está en plena forma así que retoman la abandonada producción de su sello mediante “RockinnreelininaucklandnewzealandXXX”(Vengeance ’87), vertiginoso y crudo directo que se edita sin hacer ningún tipo de tratamiento en estudio de lo grabado, perfecta continuación de “Smell..” pero con la ventaja de ser un larga duración y tener una portada mucho más brutal, con Interior convertido en un perro devorador de micros y las cachas de Candy en primer plano.
Había un gran ambiente alrededor del grupo y parecía que todo estaba definitivamente en marcha de una manera más continua que en el pasado, la formación aguantaba y era el momento de meterse en el estudio, así que el ’88 será el año elegido para la grabación de “Stay Sick!” bajo la atenta producción de Ivy, que a partir de ahora tomará la responsabilidad en este sentido. Pero oscuras fuerzas se volvían a conjurar en contra del grupo, parecen estar condenados al ciclo single-disco-gira-single-silencio, y por distintos motivos el disco no aparece hasta el ’90, es decir, de nuevo el tan temido parón de casi dos años, silencio por parte de la banda sólo roto por New Rose (otra vez), que edita una caja de cinco singles bajo el nombre de “The Cramps Singles Box” con material previamente disponible en su catálogo. Después de toda la actividad que les había rodeado durante un par de años, con el tiempo estos vacíos siguen resultando incomprensibles, a no ser que constituyan el tiempo necesario para que Interior se recluya en un balneario para hacer una cura de reposo que le alivie del deterioro físico sufrido durante sus extenuantes giras, vete a saber. El caso es que les damos por perdidos hasta que aparece el tremendo bombardero “Bikini Girls with Machine Guns” en formato single, maxi y vídeo (¿quien no se lo ha pasado como un enano viendo a Ivy perder las bragas?) a modo de introducción para “Stay Sick!”(Enigma ’90), otra genialidad salida de la mente de estos cuatro enfermos, algo más moderados en temas que, si bien tienen claramente impreso el estigma Cramp, también gozan de un potencial comercial nada desdeñable, lo cual no significa pérdida de formas o comercialización sino temas mejor hechos que pueden llegar a más tipos de gente que “Gravest Hits” en una fórmula que combina ambas facetas del grupo, aunque con claro predominio de lo expuesto en “A Date…”. Este disco también debemos tenerlo en cuenta por que supone una sublimación de lo que nos van a ofrecer partir de ahora en todas sus ediciones, parece que la búsqueda ha terminado y ya han encontrado la textura que buscaban gracias a las clarísimas ideas de Ivy tras la mesa, yo por mi parte echo un poco de menos el ambiente de sus primeras grabaciones con Chilton. Nueva gira europea con segundo asalto a nuestros lares y nuevo single “All Woman are Bad” al que seguirá “Creature from the Black Leather Lagoon” sólo unos meses antes de “Eyeball in My Martini”, perteneciente a “Look Mom, No Head!”, nuevo disco del ’91 con el que se despiden de Enigma (es editado de la misma forma que “Smell…”). Apenas ha pasado un año desde “Stay Sick!”. Evitando las consideraciones no musicales, no hay mucho que decir sobre el disco, sólo que Ivy vuelve a estar perfectamente tras los mandos y que es otra prueba de sonido puro Cramp, sin innovaciones y sin variación alguna, pero que quieres, lo mismo hacían los Ramones y (casi) todos sus discos eran brillantes. Puede que este “Look..” no sea la culminación de su carrera ni brille con la misma intensidad que los anteriores, no es fácil hacer siempre el mismo disco con buenos resultados, pero a mi me parece bueno a pesar de no estar entre mis favoritos de la banda, además que Iggy Pop canta en “Mini Skirt Blues” junto a Interior en un dueto que ya paga. Pasando a consideraciones no musicales, quizás el disco eche en falta la presencia de Knox (expulsado tras catorce años en la banda, se dice pronto) y en menor medida de Candy, sustituidos respectivamente por Jim Sclavonous y Slim Chance. Resulta difícil imaginar los motivos de las expulsiones, pero la oscura presencia de Nick tras los tambores no es algo que se pueda olvidar o cubrir fácilmente con otro personaje (en la gira que siguió al disco Sclavonous ya era historia, en su lugar estaba Nick Alexander) y el dúo de reinonas lúbricas envueltas en cuero formado por Candy del Mar y Poison Ivy siempre permanecerá en mi mente por mucho que Lux se empeñe en ponerse tacones y salir en bragas al escenario, la verdad, no hay color. Tercera visita a España en el pertinente tour y lo de siempre, mejor despídete de ellos por que hasta que no saquen algo nuevo será difícil verles el pelo.
Y lo nuevo llegó a finales del ’94, casi cuatro años después. “Flamejob” (Creation ’94) y su single inicial “Ultra Twist” supusieron un cambio radical en la forma de componer del grupo, aparte de recuperar a viejos componentes como Kid Congo… No hombre no, es coña. La verdad es que este disco para mi no supuso el final de la adoración que profesé por The Cramps durante años por que eso es algo que se mete en tu carne y de lo cual nunca te puedes librar, pero si es cierto que a partir de entonces me dejó de interesar su trabajo de una manera tan intensa como antes, y es que, a pesar de que la producción de Ivy (apoyada esta vez por Interior) se superaba a si misma, la flamígera portada me encantaba (mucho mejor que la insípida carpeta de “Look…”) y sólo había un nuevo miembro, el obviamente baterista Harry Drumdini, las canciones tenían todo lo que me atrajo del grupo en un principio pero más moderado, no había nada que no hubiera captado mi atención antes y el encanto Cramp se diluía ligeramente. Para mucha otra gente este pudo ser el primer contacto con la horda menstrual (me parece que el disco lo distribuía una multinacional, Warner o Sony) y supongo que les encantaría, empezando por el final se puede hacer el camino a la inversa descubriendo cada vez grabaciones más frescas. Canciones con todo el encanto y personalidad que les dieron fama, pero en mi ya no tanto causa tanto efecto su embrujo, ni siquiera teniendo en cuenta lo buenísima que era “Ultra Twist”, ni siquiera con gira y “Naked Girl Falling Down the Stairs” como segundo single de bestial título, ni siquiera con la desaparición de rigor en busca del descanso merecido, ni siquiera con una Ivy que gana en morbo con los años y un Interior cada día más desquiciado. Sería un gran error decir que The Cramps ya no son lo mismo por que siguen (y seguirán) siendo lo mismo, y ahí reside su principal virtud y defecto. El problema es que cuando llevas tanto tiempo sometido a su influencia resulta un poco difícil no disfrutar de su autenticidad por mucho que se repitan. Un grupo actual cualquiera saca tres discos iguales y la gente no los soportará de la misma manera que a los clásicos que llevan toda la vida haciendo lo mismo, cosas del business.
Por supuesto, no todo lo que han hecho los Cramps se ha comentado en este breve reportaje/discografía, hay varias grabaciones para recopilaciones, bandas sonoras, ediciones raras y mucho material pirata interesante del grupo demasiado abundante como para que no se escape algo. Por ejemplo, no deja de ser una curiosidad la versión en directo de “Tear it Up” incluida en la banda sonora de “Urgh! A Music War”, que es el único tema que registraron con Julien Griensnatch de manera oficial; también tuvieron aportación para la banda sonora de “Return of the Living Dead”, la elegida fue “Surfin’ Dead”, que tuvo el honor de ser el primer tema de The Cramps en grabarse con la formación de trío de “A Date…” y con bajo, del cual se encargó Ivy. En el ’84 apareció un disco titulado “Rockabilly Psychosis & the Garage Disease” donde se incluía “Red Headed Woman”, aparentemente grabado en el ’77 durante una de sus múltiples entradas en estudio, y siguiendo con el material de bandas sonoras, en el maxi de “All Women are Bad” se incluyen tres temas totalmente inéditos, “Highschool Hellcats”, “Teenage Rage” y “King of the Drapes” que el grupo grabó para la película “Cry Baby” de John Waters pero que fueron rechazadas por el director, por lo visto le parecieron demasiado rudas y no se incluyeron, a pesar de que la música de los Cramps era muy adecuada para la estética 50’s del film (memorable la actuación de la siempre hiperlúbrica Traci Lords y la de Iggy Pop como tío de Johnny Depp, menudos dientes…). En cuestión pirateo hay para todos los gustos, actuaciones, entrevistas, programas de radio presentados por Ivy e Interior con sus temas favoritos, etc., pero de entre lo más destacable por su valor arqueológico serían los que recuperan maquetas del grupo, “Demo Session `76”, un doble single que contiene el material demo registrado con Miriam Linna; “Ohio Demos” recopila en formato triple single unas grabaciones previas a “Songs…”; “Blind Vision” es otro single de dos temas grabados secretamente durante sus rollos legales con la participación de Terry Graham a la batería y hay varios piratas en distintos formatos que recogen los temas producidos por Chris Spedding, aparte de multitud de directos de los cuales sólo he catado “Sex & Cramps & Rock’n’Roll”, un nada despreciable doble CD grabado en Zurich en el ’84. Y para los que quieran disfrutar con los más infectos discos recopilatorios de la historia están las series “Born Bad”, seis volúmenes editados por el sello homónimo en los que se recuperan temas favoritos de Interior e Ivy y artistas de salud mental claramente cuestionable que ayudaron a de-formar sus mentes (saliendo del mundo Cramp, en este sentido también son muy interesantes los recopilatorios con que Crypt nos obsequia de vez en cuando, “Back from the Grave”, que ya va por el volumen ocho, y las sucias portadas que envuelven “Las Vegas Grind”, con la tercera parte del volumen cinco). Para los seguidores de la saga de acólitos también se pueden recomendar los trabajos de The Pagans para ver como evolucionaba Ike Knox y “The Life of Riley” por The A-Bones, donde milita Miriam Linna en condición de capo del sello Norton.
Creo que para todos vosotros será ya conocido su nuevo disco “Big Beat from Badsville”, con su correspondiente portada de impacto (medias de encaje, navajas…) y single de adelanto “Cramp Stomp”, toda una declaración de principios al que no nos remitiremos como una obra maestra experimental del siglo veinte pero si como a un disco honesto de puro Rock’n’Roll para este final de milenio embriagado por el Techno, está en su línea y le sobra calidad para captar nuevos adeptos (el disco se ha visto respaldado por una más que potente campaña de promoción) con los que aumentar sus legiones entre los inocentes seguidores del inocuo sonido “made in California” de patanes como Pennywise o NOFX. Esto lo digo por que los chavales de Epitaph, no contentos con tirarle los tejos a los reunificados Agnostic Front y reeditar a Poison Idea y Adolescents entre otros, les han fichado para tres Lp’s, a ver como termina esto. Producido por Earle Mankey en el estudio que el interfecto tiene en su propia casa, repiten Chance y Drumdini aunque me temo que no van a durar demasiado en sus puestos, al menos Slim, que ya ha alcanzado la fatal cifra de tres discos como miembro estable, y es que de todos es sabido (o debería serlo a estas alturas del articulillo) que para ser Cramp de continuo te tienes que llamar Ivy o Interior. Igual les venía bien pegarse un morrón con este nuevo Lp y replantearse sus directrices, no es que yo lo desee pero una oxigenación mínima no vendría mal, claro que creer que eso va a suceder después de más de veinte años sin ceder un ápice es como esperar que Ramones saquen un disco de rumbakalao con Azuquita, vivir en el limbo. Aún así, Poison Ivy Rorschach y Lux Interior siguen siendo la pareja más auténtica a este lado de la vía láctea y somos muchos los que les seguimos admirando y respetando después de tanto tiempo, que es lo mínimo que se merecen dos vidas consagradas con tanta intensidad al sonido del pantano, veremos que nos depara su inevitable próxima gira. Como decía mi amigo Robert, let real Rock’n’Roll burn your fuckin’ soul!, o lo que es lo mismo, si quieres pasarlo en grande cómprate un disco de los Cramps y pégale fuego a tu casa, verás como se ríen tus padres.
Reportaje por: Jorge X .
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 6 (sección: Internacional, Reportajes).
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