La verdad es que por las pintas a lo Brooklyn que se gastan los colegas y la imaginería que rodea el disco me esperaba el refrito anual de Biohazard, pero una vez escuchado el CD no pude hacer otra cosa que dedicarme una sonora autocolleja por mis prejuicios, y es que el estilo de estos chavales no se acerca ni por asomo a ese rollo tan sobado.
A grandes rasgos lo que hacen es coger las raíces del Hardcore y combinarlas con elementos más actuales y una más que generosa dosis de sonido Industrial en un cóctel musical inédito para el que los adjetivos acerado y corrosivo son más que ideales. Son de lo más interesantes y originales a la vez que agresivos, ríete del tremendismo de Pantera, lo que tienes aquí es 100% auténtico y carente de efectismos, sólo música sincera hecha para golpear tu cabeza como un martillo pilón. De los temas hay poco que decir, aplastantes e imaginativos con un “Prove it Punkgrinder” arrasador y una versión del “The KKK Took My Baby Away” de los santos Ramones que para qué te cuento. Tanto las voces como los instrumentos suenan la mar de cafres, sobre todo ese bajo motosierra que lleva una distorsión de esas que taladran tímpanos. Estos cuatro energúmenos han dado con una fórmula que les debería poner en un buen lugar de la escena metálica actual, todo lo demás sería una injusticia digan de cualquier dictadura bananera.
Si eres un buttsucker o cualquier otro tipo de fucker deberías ir a por él, aunque si no te gusta lo que te he comentado siempre puedes recurrir a algo más convencional que también resultará menos interesante, yo por mi parte les seguiré la pista. ¡Temblar Fear Factory!.
Comentario por: Jorge X.
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 5 (sección: Discos, Internacional).
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