Chicle: música con sabor a punk-rock

A Álvaro Benito lo conocemos desde hace casi 30 años, cuando debutó en el Madrid de Raúl y Guti. Una lesión le hizo dejar este deporte de manera prematura, aunque ha seguido ligado al balón como comentarista en Movistar + y en La Ser. En el futbol, él está acostumbrado a tratar con tridentes como el Messi-Suarez-Neymar o el Cristiano-Benzema-Bale. Sin embargo, ha tenido tiempo para dar rienda suelta a su otra pasión: la musical. Aquí también se ha manejado con tríos como el que forma en Pignoise y el recientemente creado junto a Héctor Navío y Juan Zurdo para dar a luz a Chicle, un nuevo proyecto con el que pretende explorar inquietudes musicales no accesibles desde Pignoise. Hablamos con los tres para que nos presentaran su primer disco:

¿Cómo está Chicle? ¿Tenemos Chicle para rato? No os estaréis haciendo mayores y ya os empieza a fallar el motor…

Chicle (Ch): Aunque el proyecto lleva muchos años forjándose, acaba de salir su primer trabajo serio, esa parte que queda expuesta al público, el escaparate por así decir. Esperemos que sí, que tengamos motor y cuerda para rato. Como en cualquier disciplina artística, gran parte de que te pueda ir bien en un futuro depende de ser persistente. Ese es el único truco. Si tuvieras una bola de adivinar el futuro y pudieras ver que dentro de cinco años lo vas a petar, pues estarías esos añitos y a disfrutar. Pero como ese invento no existe, tienes que estar dispuesto a estar esperando infinito.

¿Qué busca Alvaro Benito en Chicle que no encuentra en Pignoise?

Ch: Pues otra manera de expresarse y dar rienda suelta a sus inquietudes como instrumentista y compositor. Y bueno, también es ponerse un reto. Digamos que en Pignoise ya se encontraba en esa zona de confort, tanto de instrumentista como de músico y ha alcanzado los logros que en un principio se pudo llegar a proponer. Y esto es pues otro reto en su vida. Parte como una inquietud artística y luego hemos montado toda esta logística para que esto vea la luz y el grupo se convierta en una banda de verdad y que pueda tener un recorrido.

¿Quiénes son los referentes para el proyecto de Chicle? Puño me suena mucho a Greenday, por ejemplo, aunque ese final del tema es super metalero que me retrotrae a sonidos como de Sôber…

Ch: Uffff… Sôber, en este caso, no es una influencia para nosotros, aunque mucha gente lo dice y tiene que ser porque bebemos de las mismas fuentes. Pero que conste que es una bandaza y nos mola mucho. Pero no creemos que sea una influencia directa porque a nosotros lo que nos mola es la música americana o inglesa. Greenday sí que se puede considerar como influencia, aunque no de manera directa. Hemos escuchado mucha música de los 90. Pero también cosas de los 2000. Por ejemplo Biffy Clyro sí es una influencia. O también Artic Monkeys. Pero si hay que señalar una por encima de todas esa tiene que ser Muse, por la combinación de líneas de bajo con distorsión, baterías contundentes, guitaras agresivas y melodías pop. No es la numero uno particular de cada miembro de la banda pero si hacemos un ranking general, ella será la ganadora.

Según he leído, Chicle es un proyecto que ya lleva tiempo mascándose, ¿no? ¿por qué tanto tiempo hasta sacar este primer trabajo?

Ch: Bueno, al final no había prisa, no había imposiciones de ningún tipo, era algo que hacíamos por disfrutar y hemos estado buscando el mejor momento para que viera la luz, pero sin prisas. Ha sido un proceso de adaptación, de creación, de búsqueda. Hemos tenido hasta cambio de formación con la entrada de Juan. En su momento sacamos un EP de forma anónima y todos hemos creído que, ahora y por fin, era el momento de descubrir nuestra identidad y de presentarnos en sociedad. Ha habido otros momentos pasados donde casi lo llegamos a sacar a la luz pero siempre teníamos dudas. Y ante la más mínima duda, veíamos que no era el momento.

Lo del nombre ¿de dónde viene?

Ch: Básicamente fue una tormenta de ideas, lo típico en cualquier banda. Se propusieron nombres tan disparatados como Clara de huevo, Jersey de Lana y como éstos 35 ó 40 nombres más. Y en un determinado momento Héctor dijo “no caigamos en un cliché” y ahí nos paramos y dijimos “pues cliché puede molar”. Y Álvaro, que lo había escuchado mal, comentó “pues chicle no es mal nombre”. Y ahí todos nos quedamos quietos, vimos que era un nombre de la hostia, conciso, pegajoso. La única duda era con azúcar o sin azúcar (risas).

A principios de año salió el EP homónimo de la banda y ahora, 10 meses después, un disco con 12 temas. ¿Desbordáis creatividad?

Ch: Tenemos mucho material. Y hay mucho trabajo detrás. Creatividad y trabajo. La verdad que Álvaro está enfermo, o sea, compone como un animal. No para. Está todo el día con la guitarra ingeniando e inventando cosas. Los demás también aportan sus cosas. Pero es que él es de un no parar…

Acabáis de lanzar “La Belleza”, vuestro disco debut. De todas las canciones del álbum ¿cuál pensáis que es la canción paradigmática, la que mejor representa el sonido que queréis para Chicle?

Ch: Es una pregunta muy difícil. Probablemente para cada uno de los miembros de la banda esa canción sea diferente. El disco es todo Chicle y todas las canciones, para bien o para mal suenan a Chicle. Hay una homogeneidad sónica. Una banda tiene que tener una identidad, una manera de distinguirse, a pesar de que no hemos inventado nada. Prácticamente nadie inventa nada, todo el mundo coge de un montón de sitios y lo hace suyo. Además, el hecho de cantar en castellano define tu manera de sonar. Quizás en las últimas canciones, con la forma de cantar de Álvaro, ya está cogiendo una forma más definida. Y ahí, por ejemplo, “Polvo en el Viento” puede ser un buen exponente. O “Pantalón” también. En el disco hay canciones de muchas épocas, algunas que tienen cinco años y otras que están hechas hace meses.

El disco contiene 12 temas y la duración de los mismos no supera en ningún momento los 4 minutos. ¿Lo bueno si es breve es dos veces bueno? ¿no os molan los solos de guitarra? Si viviera Eddy Van Halen ¿tendría sitio en vuestra banda?

Ch: Sí que hay solos de guitarra. Podríamos decir que no son solos muy ortodoxos, porque Alvaro no concibe la guitarra como aprenderse licks dentro de la escala y luego compaginarlos, sino que se le ocurren melodías en la cabeza y las saca con la guitarra. A nosotros nos gustan más los punteos de ese rollo que el rollo virtuoso de seis minutos. Nos mola que vaya muy al grano y todo lo que no sea eso pues recortamos. También hay que decir que cuatro minutos de canción no es algo corto. Hoy en día hay mucha gente que te saca un tema de dos minutos y vas que chutas…Pero bueno, que Greenday salió en los 90 y también sus canciones duran 3 minutos. Pero ojo, también nos mola lo que acaba de hacer The Cure, que ha sacado un último disco con temas de más de 7 minutos.

A excepción de “Polvo en el Viento”, todos los temas se definen por una única palabra. No sé si esto está enlazado con la brevedad de los temas comentado con anterioridad…

Ch: Pues mira, tiene mucho que ver con la manera compulsiva de componer que tiene Álvaro. Como tiene una vida tan ajetreada, él se hace las maquetas, con las melodías tarareadas y en los viajes, ya sea para cantar con Pignoise o para el fútbol, hace las letras. Y como va haciendo letras así un poco como de montón pues para los títulos no se rompe la cabeza. Realmente el título de una canción es totalmente secundaria. La música le pone sentido a la propia palabra. Hay mil bandas con nombres de mierda y la música la que le da sentido al grupo.

En “Puño” habláis de revolución… ¿Revolución en este país es que el pueblo salga a ayudar al pueblo en catástrofes como la de Valencia, mientras los políticos se tiran los trastos los unos a los otros y nadie asume sus responsabilidades y errores?

Ch: Más que una revolución ha sido una necesidad, un ejercicio de solidaridad. Hay que darse cuenta de que la gente, cuando realmente se la necesita, da la cara, se humaniza. Y más en esta época de pérdida de fe en las nuevas generaciones o en cómo va el mundo, cuando creemos que éste camina hacia el individualismo por el móvil y las redes sociales, etcétera. También es darse cuenta de que estamos en manos de gente poco competente. Los errores en cadena para gestionar una tragedia de esta índole han sido terribles. ¿Quién gestiona todo esto? ¿Pepe Gotera y Otilio? Pero bueno, el mensaje en sí es que al final el pueblo está unido, por suerte y en lo bueno (cuando gana España la Eurocopa), pero también en lo malo (cuando hay desastres de estos). Nos parece bonito que al final no estamos tan deshumanizados como parece.

La portada es una manzana podrida por un lado y en perfecto estado por otro, como una versión del famoso cuadro de Magritte. ¿Qué habéis querido expresar con ella? ¿Algo que representa esa dualidad? Incluso te diría que ese espejo tiene forma de móvil, no sé si por ahí irán los tiros…

Ch: Sí, claramente. Es la sociedad en la que vivimos, la sociedad del móvil, de las redes sociales, donde cada uno muestra el lado más feliz, más amable, pero solo muestra eso. Y luego, como la Luna, tenemos nuestra cara oculta, la podrida. Tú vas a un concierto, por ejemplo de Oasis y tienes a la peña grabándose “bueno, acompáñame a un concierto de Oasis….ya estamos dentro…mira como tocan esto o lo otro”. La peña quiere ser protagonista de lo que no es protagonista. O ahora “Ven conmigo a ver como limpio barro de la DANA…”. Todo el mundo quiere ser protagonista de todo.

¿Qué pone más: un concierto en el Bernabéu o un partido de Champions?

Ch: Hombre, si el partido lo vas a ganar y es una final…pues el partido. Jo, pero si es un concierto de Chicle en el Bernabéu…eso también tiene que ser muy bestial.

¿A quién le daríais el balón de Oro de la música?

Ch: Seguro que cada uno se lo daría a uno diferente. Pero es una pregunta muy difícil que ahora mismo no tiene una respuesta única.

¿Qué es más fácil: tocar un solo o tirar un penalti?

Ch: Bufff…el solo lo ensayas y, con práctica, lo interpretas bien. Algún día puedes meter alguna gambilla pero en la mayoría de las ocasiones sale bien. El penalti, sin embargo, es más incierto. Un penalti decisivo, por mucho que lo practiques en los entrenamientos, si es en el minuto 90 de una semifinal de Champions que, si lo metes te clasificas y si lo fallas a tu casa…El estado emocional es brutal y meter ese balón es super jodido.

¿Podría Chicle ser algún día el grupo invitado en un concierto de Pignoise?

Ch: No, no, sería absurdo. No porque fuera una paliza en lo laboral, sino porque Chicle está concebido para separarlo de Pignoise. Lo que no hubiese tenido ningún sentido es que este proyecto pudiera tener algún aroma parecido a Pignoise. El único punto en común es Álvaro. El resto no hay nada. Esto debería ser tratado como que los tres empezamos de cero, sin tener ningún pasado. Y que se juzgue a Chicle por nuestro sonido, nuestro directo y nuestras canciones.

¿Cuál es el objetivo o techo de Chicle? ¿Con que os conformarías?

Ch: Nosotros no nos conformamos con nada. Quizás sí eso con tener una estabilidad de funcionamiento, de sacar disco una vez cada año, hacer una gira, estar funcionando como banda, llenar tus salas, etc. Y sobre todo disfrutar del camino y no perder la pasión por la música. Un Grammy no lo queremos que tenemos muchas tonterías en casa, en los salones y ya no cabe más (risas).

La Factoría del Ritmo quiere agradecer a los integrantes de la banda y al Sara Moreno de Background Noise las facilidades dadas para realizar esta entrevista.

Videoclips de las canciones “Brutal” y “Polvo en el viento”:

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