La banda bilbaína presenta “Corona de Espina”, su trabajo de puesta de largo.
Iker Calero, conocido por su faceta de rapero, ha salido de su zona de confort para unirse a Ivan Guevo (batería de los Ska-P) y junto a Chara Corrado y Ele Castelló para dar vida a una nueva criatura Bihotza, cuyo corazón (que es la traducción del nombre del grupo al castellano) ha empezado a latir al ritmo de “Corona de Espinas”, su disco de debut. Estuvimos hablando con Iván y con Iker sobre este nuevo alumbramiento.
¿Cómo está Bihotza?¿Tenemos Bihotza para rato?
Pues el grupo está de puta madre. Acaba de nacer, así que el Bihotza acaba de dar el primer latino.
¿Cómo surge el proyecto de Bihotza?¿Si mezclamos rap y ska sale punk? ¿O eso es porque venís de Bilbao?
Bueno, la cosa es que Calero ya había hecho alguna cosilla de rock por su parte y tenía muchas ganas de montar una banda y meterse un poco más en la movida, más allá de mezclar el rap con el ska o el rap con el punk. Tampoco podría esto encasillar a Bihotza en un estilo musical concreto y tampoco diríamos que es exactamente una mezcla entre rap y rock, sino que es un híbrido extraño musical. La cosa fue que el equipo que lleva a Calero contactó con Iván y como éste tenía un parón con Ska-P, le comentaron un poquito la jugada a ver si le apetecía formar banda y, casi sin darnos cuenta, teníamos entre nuestros brazos a la nueva criatura y con nuevo disco.
Dado que sois un proyecto nuevo, ¿quiénes son vuestros referentes para el proyecto de Bihotza?
Ostias!!! Pues te podríamos decir que nadie y todos a la vez. No estamos encasillados, acabamos de nacer. Esto se va a ir viendo según por dónde vaya. Ahora hemos grabado otros cuatro temas en los que seguimos siendo nosotros, no estamos encajonados, no queremos encajonarnos. Suena como un tópico todo esto, así como todo el mundo lo podría decir, pero es verdad. Y referencias pues podríamos darte tanto de hardcore como del pop como de música clásica. Por ejemplo, Calero tiene su carrera musical en el rap y ha querido mantener la esencia de sus letras para transmitirlas con Bihotza.
Precisamente Bihotza en euskera significa corazón: ¿es eso lo que llevan vuestras letras?
A nosotros nos gusta decir que lleva corazón y rabia. En cada canción nos dejamos un trocito de nuestro corazón, eso es seguro.
Vuestras letras son un puro manifiesto de queja social, conteniendo más verdades que un telediario. ¿he perdido la música ese aspecto característico reivindicativo que tuvo en épocas pasadas?
Buena pregunta. Nosotros creemos que depende del estilo musical también, pero nos atreveríamos a decir que en el ámbito donde nos movemos, no… Sí que es verdad que tampoco nos gustaría encasillar en Bihotza como un grupo que hace crítica social directa, como han ido haciendo otros grupos en el pasado del mismo género. Lo que intentamos es reflejar lo que vivimos y cómo lo sentimos o como lo sentirían unos chavales de nuestra edad. Lo que siente una persona cuando lo deja su pareja o lo que siente una persona que tiene mucha ansiedad. Y más allá de eso, pues lógicamente vivimos en un mundo donde nos están apretando mucho las tuercas y no está de más abrir los ojos un poco a la gente.
Aunque también le cantáis al desamor, algo que no pega con el punk, ¿no?
Es seguir tirando del hilo. ¿Quién no ha cantado antes al amor en la música? Es un tema muy común. De hecho, el desamor está tan latente en nuestras vidas como puede estar la crítica social. ¿Quién no se ha desenamorado en la vida? ¿Quién no ha sufrido una ruptura? ¿Quién no ha sufrido ansiedad? ¿Quién no ha sufrido una resaca de esas mortales de decir “¡Joder, qué alegría anoche y esta mañana que putada! ”?. De hecho, el desamor es la más grande fuente de inspiración en la música, en las letras. La crítica social ha sido muy importante porque es un arma, la música siempre ha sido una forma de luchar por cosas. Pero también muchísimas músicas tratan de eso otro, porque a todos y a todas nos pasa. Además, esos temas con los que muchas veces nos identificamos es precisamente lo que te engancha. Tú puedes hacer una crítica social y que alguien diga “joder, qué razón tiene, qué identificado me siento con esto que está viviendo ahora mismo la sociedad”. Y con el desamor pasa igual. Tú puedes hacer una canción de desamor y que diga la persona “joder, qué identificado me siento”. No obstante, y retomando la pregunta anterior, es cierto que la música se usa menos como antes, como una forma de levantarse contra las injusticias y contra las mierdas que nos hacen vivir. A nivel genérico podríamos decir que se ha vuelto más comercial y ese tipo de música protesta no se promociona de igual manera.
Calero ha pasado de rapear a interpretar temas a un ritmo trepidante y sin descanso ¿Cómo ha sido esa transición? ¿acabas agotado tras cada canción?
Para él, sinceramente, ha sido un tránsito natural, ya que se ha sentido muy cómodo (como que es de Bilbao). Y él ha mamado punk-rock desde pequeño, en todas las fiestas, en todas las jaias, en todas las txoznas. Entonces ha sido como una evolución. Para él el rap siempre ha sido fundamental y ha formado parte de su vida, pero ahora, con la banda, es dar un pasito más allá y es una declaración de intenciones. Él no se considera rapero ni rockero. Él es músico, artista y lo mismo hoy te hace un punk-rock que mañana te hace un rap o, si se le cruzan los cables, te acaba haciendo una bachata.
El disco contiene 8 temas y la duración del mismo es de 24 minutos, es decir, una media de 3 minutos por tema. Vais al grano, ¿no?
Bueno, las cosas han salido como han salido. No pienses que les hemos puesto un tiempo o una restricción. De hecho, la mayoría de las veces hemos sacado el streaming de las canciones, hemos tirado un poquito por aquí, un poquito por allá y se nos ha quedado así una cosa concisa, una letra en estrofas donde queda claro el mensaje y unos estribillos que a la vez de mensaje sean pegaditos. En un futuro también habrá temas más largos, pero ahora son temas más cortos.
En la mayoría de los estribillos de vuestros temas cantáis todos juntos, a Los Porretas…
Habrá que hacer jaleo, ¿no? En principio lo hicimos también mirando un poquito los directos y para animar y que se recoja esa garra también de todos los integrantes de la banda y transmitírselo al público para que ellos también, a la vez, canten con nosotros. Y para hacer también un poquito de ruido, hacer un poquito de coro y no se quede en el típico estribillo pegando voces el cantante. Al fin y al cabo el resto de los compañeros también cantan de puta madre.
Además ya tenéis hasta 3 videoclips. ¿consideráis importante también la imagen?
Por suerte o por desgracia, como está la música ahora mismo, lo vemos fundamental si queremos llegar a un público más amplio. Sinceramente te decimos que no es lo que más nos fascine tener que hacer un videoclip para cada canción, pero sí que lo vemos importante para ya no solo transmitir con canción, sino que el videoclip acompaña ese mensaje que queremos mandar. Entonces todo va un poquito de la mano. En la banda hay gente de la antigua escuela, por lo que aquí la voz cantante la llevan los jóvenes. En principio no sacaríamos más que uno o dos videoclips por disco. Pero la cosa tiende ahora a sacar tema y video, tema y video, tema y video cada 15 días. Y eso no es lo nuestro.
En el disco colaboran Pulpul y Sebastian Teysera de La Vela Puerca. ¿Por qué elegisteis estas colaboraciones para vuestra puesta en escena?
Bueno, una estaba medio clara, ya que Iván es batería de Ska-P. Teníamos la oportunidad de poder colaborar con Pulpul y no se podía desaprovechar. Y el tema además le venía como anillo al dedo. En cuanto a Sebastián también fue cosa de Iván. Teníamos claro que teníamos que empezar a sonar ya desde el primer momento al otro lado del charco. Comentó que conocía a Sebastián, que se llevaba muy bien con él. Así que lo gestionó todo en un plis y la verdad es que ha sido un lujo y un placer. Es de esos grupos que te llevarías uno de sus discos a una isla desierta. Y el tema ha quedado cañero y genial.
El disco salió este mes de julio y ya habéis tenido vuestro estreno en Erandio, jugando en casa ¿Cómo fue la respuesta del público en ese primer show?
Pues sorprendentemente buena, la verdad. Calero, además, ya había estado viviendo unos años en Erandio y fue toda una sorpresa que nos llamaran para debutar allí. Para mí fue una pasada. Además, allí en Euskadi, pues ese estilo musical se lleva de toda la vida. Creemos que fue un buen estreno. Nos sorprendió gratamente que, al ser el primer bolo y en unas fiestas, que no se fuera la peña nada más comenzar, que hubiese gente que se supiera los temas y que no desalojaran la plaza.
El punk es un estilo de música que siempre se ha dicho que estaba muerto. Sin embargo, siguen saliendo grupo. ¿Hay público joven para esta música? ¿O va dirigida hacia gente ya de una edad?
Bueno, ahí te vamos a comentar una cosa que nos sorprende mucho. Calero sacó en su momento un par de temas de punk-rock con otras bandas de este país y luego esos temas se los cantaba en sus directos de rap, donde lo que se suele encontrar es un público súper joven y. en la mayor parte, femenino. Además, la estética y el estilo musical no tiene nada que ver con todo esto. Entonces, cuando empezó a ver qué temas como “Dispárame” o “No me haces bien” lo empezaba a cantar la gente joven, se empezó a asustar. De hecho, en sus últimos bolos venía gente más mayor, gente ya más punky. Se pasaban todo el bolo atrás de la sala hasta que cantaba los temas de punk-rock y entonces se juntaban con el público joven que venían a escuchar el rap y se liaba un jaleo. Entonces yo creo a ese público de Calero se le puede reenganchar perfectamente para esto. También ahora estamos viendo desde Bihotza que estamos llegando a un público mayor de edad. O sea, que se está creando una mezcla intergeneracional muy guapa. Pogos entre punkis y chicas de 19 años!!!
El punk, por estas tierras, siempre se ha relacionado con Euskadi y, especialmente, en los años 80 (Iturribide Kalea). Para este proyecto habéis contado con Chara, que viene de Argentina, donde no sé si este tipo de música es muy frecuente. ¿Cómo conseguisteis engañarle?
¿Chara? ¿Qué cómo engañamos a Chara? Pero si él sí que es punky. De hecho, el otro día hicimos una versión de Flema y cuando vayamos a Argentina también la tendremos que tocar (dura 2 minutos). Que no, no hubo que engañarle. Le encantó desde el principio la idea y ahí está, disfrutándolo. Y eso que últimamente lleva años tocando reggae, pero precisamente por eso es un bajista que tiene un peso que mola mogollón. Y luego tiene mucha velocidad también.
¿Con que os conformaríais que alcanzara Bihotza?
Calero, cuando empezó en la música, siempre decía “cuando llegue aquí ya me daré por vencido, cuando llegue allí ya me daré por vencido”. Ahora, con Bihotza y viendo el potencial que tiene, no le ha puesto límites. De hecho, muchas veces o por no decir casi todas las noches, sus últimos pensamientos antes de irme a dormir son para la banda. ¿Dónde tenemos el techo? De momento, vamos a andar el camino. Ahora nos toca picar mucha piedra, pero no nos importa. Estamos muy a gusto con todo lo que estamos haciendo y nos está saliendo. Y vamos a ver qué pasa. Queremos disfrutar del viaje sin pensar en el destino.
La Factoría del Ritmo quiere agradecer a la banda y a Sara Moreno de Background Noise todas las facilidades dadas para poder realizar esta entrevista.
Videoclips de las canciones “Carroñeros” (con Pulpul de Ska-P) y “Perdí el control” (con Sebastián Teysera de La Vela Puerca):
Más información:
Facebook: https://www.facebook.com/missBihotza
Instagram: https://www.instagram.com/bihotza_oficial
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 26 (sección: ).