El músico californiano de raíces jienenses se encuentra por España dando las últimas puntadas a su segundo trabajo.
Dicen que el segundo trabajo de una banda es el que marca, en gran medida, su futuro en el mundo de la música. Normalmente se trata de un trabajo que refina y reafirma lo presentado en el debut. El músico que aquí presentamos se encuentra dando la forma final a ese segundo larga duración con el que espera seguir la aceptación que ya tuvo su primer trabajo en tierras yankees. Pero también anhela que sea el disco que le abra las puertas de par en par de la tierra que le vio nacer. Estuvimos hablando unos minutos con John de Mena y nos presentó sus impresiones sobre este segundo trabajo.
¿Cómo está John de Mena? ¿Tenemos John de Mena para rato?
John de Mena (JM): Pues aquí estamos, inmersos de lleno en la grabación del segundo disco cuando no ha hecho ni un año de que saliera el primero. Yo ahora mismo estoy abriéndome un poco hacia lo que es mi territorio y mi escena. Vengo con muchas ganas y el pozo creativo no se seca, lo que es también una alegría. O sea que sí, que tenemos para rato.
Te he conocido hace poco en redes. ¿Puedes contarnos algo más de tu historia?
JM: Yo nací y me crie en Jaén y empecé tocando con bandas en el instituto, como empezamos todo el mundo en esa época de los noventa. Como venía de un sitio pequeño pues no había muchos conciertos y la música nos llegaba pasándonos los discos de unos a otros. Cuando te compras tu primera guitarra pues montas una banda, que en este caso se llamada Dogma. Tuvimos la suerte de tocar por todo el territorio, moviendo los dos discos que grabamos durante esos primeros cinco años. Pero como yo tenía mentalidad de kamikaze, sin miedo a nada y como siempre me había atraído mucho todo lo relacionado con California, con Estados Unidos, pues me tiré a la piscina y para allá que me fui. Empecé buscándome una banda con la que tocar y a hacer mucha furgo y mucha carretera. El tema es que yo no le acababa de ver futuro a la cosa. La peña tiene varios proyectos a la vez y así es muy difícil mantener una formación estable (tuvimos tres baterías en un año). Así que me tiré de nuevo a la piscina y, aunque elegí el camino más largo, comencé un proyecto en solitario. Mi fuerte siempre ha sido la creatividad así que lo enfocas para hacerlo todo tú solo y, con mucho esfuerzo y sacrificio pues llego a sacar mi primer disco en 2023, al que siguieron un par de giras por Estados Unidos y el comienzo de la grabación de un segundo trabajo.
¿Cuáles son tus influencias? Supongo que entre éstas estarán The Doors, pues has participado en un disco homenaje publicado por Warner con el cover “People are strange”.
JM: Soy muy ecléctico, pero luego al final siempre se tira un poco a lo que es lo más clásico. Pink Floyd siempre ha sido para mí la banda por excelencia, más que nada por eso de la diversidad sonora y la grandeza que tienen, sobre todo el guitarrista, que ha sido mi mayor influencia. David Bowie también ha sido siempre para mí como el número uno de los más grandes, más que nada por esa filosofía de libertad que él representaba. Hoy en día muchas veces pasa que hay bandas o artistas que pillan un sonido o pillan un público y dicen “de ahí no te muevas, que ya lo tenemos sintonizado, no sea que lo jodas”. Y, sin embargo, David Bowie era como que se cansaba siempre de lo mismo. Me canso de esto, pues giro a riesgo total, cambio de sonido, cambio de luz, cambio de estilo. Era una fuente eterna de creatividad. También me ha gustado mucho todo lo de los 90, la escena grunge y los clásicos como Pantera, Metallica, etc. Pero no queda ahí la cosa. Me gusta también el flamenco, por ejemplo. Este disco tiene cositas de flamenco, pero siempre con la base del rock de los 70, 80 y 90.
Te fuiste en 2007 a EEUU y hasta hace un par de años no sale tu primer trabajo “Dreams and Lies”. ¿Has vivido previamente de la música hasta que has podido grabar tu primer trabajo?
JM: Como te comentaba anteriormente, cuando yo llegué a EEUU empecé a tocar en diferentes bandas y proyectos. Tocaba con uno, tocaba con otro, en sesiones de grabación, en proyectos, etc. El tiempo pasa, me he sacrificado mucho y ha llegado el momento de apostar por mi sonido, mi marca. Tocar para otra gente es una maravilla y conlleva menos complicaciones. Llegas, tocas y te vas. Pero bueno, yo quería darle salida a toda esa creatividad y esos temas que he ido almacenando y que de esa forma no podía sacar.
El título de ese primer trabajo mezcla sueños y mentiras (se titula “Dreams and lies”). ¿Hay algún mensaje oculto dirigido a alguien o a algo?
JM: Siempre he dicho que el disco tenía como un oído o un ojo hacia fuera, dispuesto a percibir todo lo que estaba pasando en el mundo y especialmente en Estados Unidos, que es lo que yo estaba viviendo en primera persona. Pero también representa esa mirada introspectiva, hacia adentro también. Representa ese desembarco cuando llegas allí y ves como esa burbuja o ese sueño explota. Te das cuenta de las dificultades que hay, la soledad, dejar a tu familia y amigos lejos. Te reconoces a ti mismo pasándolo mal. Es como una dualidad entre lo que es la realidad y la idealidad. La idealidad es como tú te la has construido y luego la realidad es como la hostia que te llevas cuando llegas allí-.
“I the people” es un tema distópico, que habla de un futuro negro para los jóvenes. ¿Tan pesimista eres? ¿Ya no hay sueño americano? ¿Por qué eres tan crítico en tus letras (por ejemplo, en “Turn me Loose” también atizas a la tele)?
JM: Siempre me ha gustado dejar las cosas abiertas, un poco a la interpretación del que lo escucha. La novela distópica siempre ha sido una de mi mayores influencias desde el principio. Y así me gusta también que sea mi música. La intro, por ejemplo, es un poco críptica, que se va construyendo y se va complicando y luego se resuelve en un riff que es muy visceral. También influye el momento que estás viviendo. Esto ocurrió mientras las últimas elecciones. Allí en Estados Unidos salieron fantasmas que estaban encerrados de hace 200 años, entonces estaba todo tan dividido, tan polarizado. Pero también puede ser un tema positivo porque la idea de la Constitución de los Estados Unidos es “We the people”, representando la unidad. Y en el disco esto se ha convertido en “I the people”, para los dos lados (y yo no miro para ninguno, ¿eh?). Sin embargo, en este disco que estoy grabando, estoy en otro momento de mi vida y así va a quedar expuesto. Es como una foto del instante que atraviesas.
La portada del disco: ¿Qué quiere representar? ¿es ese Eternal Eyes?
JM: Sí, es ese ojo eterno. Pero es que me gustan mucho las dobles interpretaciones. Fonéticamente dicho “Eternal Eyes” puede interpretar hasta tres cosas: ojos eternos (eternal eyes), pero también puede ser “eternal lies” (mentiras eternas), pero también puede llegar a sonar como “eternallive” (verbo que es como eternalizar). Ahí está ese juego de palabras y ésta era la idea. Y ese ha sido el concepto que Carlos Giacomé, que es diseñador colombiano maravilloso con el que trabajé para esto y para la portada de la versión de “The doors”, ha plasmado en esa portada.
¿Cómo podríamos clasificar (si es que no te importa) tu música? ¿Hard-Rock?¿Rock progresivo o experimental? ¿Qué tema de este primer disco podríamos decir que representa lo que le gusta hacer a John de Mena?
JM: Yo lo llamaría, o a mí como me gusta llamar a esto es “new old rock”, que es como rock clásico, con la formación y la esencia del rock clásico, pero con un sonido algo más moderno. Mi curiosidad me lleva a explorar un poco el rock progresivo, pero no puedo decir que soy una banda progresiva porque son palabras mayores. Yo creo que el tema que mejor define mi sonido es “Eternal Eyes”. Sin embargo “I the people” creo que es el tema que mejor nos define en directo. Es un cañón y si quieres ver cómo funciona la banda tenemos un vídeo en directo que hicimos en Los Ángeles interpretando justo ese tema. Es la mejor manera de que la gente vea cómo suena la banda sobre el escenario.
¿Por qué vienes a grabar hasta España y más concretamente a Colmenar Viejo (Estudio Uno) a grabar tu nuevo trabajo? ¿O es solo parte del trabajo, que lo otro lo grabas en Los Angeles?
JM: Este es el tercer proyecto que hacemos y ya el primer disco lo mezclamos aquí. Y el cover de “The Doors” la mezclamos aquí también. Conocí este sitio por contactos y gente que conocía en Estados Unidos, productores españoles que estaban aquí, que estaban allí. Este estudio no tiene nada que envidiar a los estudios con los que yo trabajo en allí. Y que decir del equipo… es maravilloso. Aquí hemos hecho las baterías. Yo también he grabado partes del disco allí, como las guitarras. Es un equipo que es totalmente analógico, algo que para mí es muy importante porque es el tipo de sonido que más me gusta. Y si encima el trato es maravilloso y lo más importante, los resultados son los que buscaba, pues para que vamos a cambiar. Como te he comentado, hay cosas que grabamos allí. Por ejemplo las guitarras, los teclados o el bajo. La batería la hicimos aquí, mientras yo estabas en remoto en Los Ángeles. Pero con la tecnología de hoy en día yo estuve escuchando el audio real de la mesa como si estuviera aquí.
En tus redes sociales te he visto también con gente del mundo musical de la costa oeste como Matt Rohde (que ha trabajado con Prince o Fogerty) o Steve Ornest. ¿Qué te pueden aportar estas personas a tu nuevo trabajo?
JM: Pues Matt hizo los teclados del disco anterior y he hecho los teclados de este disco que estamos grabando ahora. Es amigo desde hace mucho tiempo. Yo lo conozco más de lo que es la escena del jam-session allí. Cuando llegué allí nuevo, pues no conocí a nadie. Entonces iba a los garitos de música en directo por la noche a escuchar jazz, fusión, progresivo y ahí conoces a gente. Yo he visto allí maravillas de músicos con lo que soñabas codearte entonces. Empiezas a establecer una relación con ellos, a hacer cositas hasta que te subes alguna noche a tocar junto a ellos. Con Matt ya nos conocíamos desde hacía diez años, viéndonos regularmente. Hasta que un día le comenté que estaba haciendo un disco, con teclados en un par de canciones y le pregunté si estaba dispuesto a tocarlos él. Como yo compongo casi todo, me gusta hacerle llegar a la gente lo que busco de una manera más o menos clara, de tal forma que ellos básicamente lo único que tienen que hacer es echarlo a andar de la manera cómo lo haría sonar un humano. Yo lo compongo un poco en el ordenador y lo dejo muy bien acotado. Y para este segundo disco igual. Antes de venir le comenté que lo tenía todo montado y aceptó sin problema. Es una alegría y todo un honor que un musicazo de su talla, que ha estado un montón de años en Jane’s Addiction, que ha trabajado unas pocas temporadas en el programa “American Idol”, sea tu amigo. En fin, un privilegio.
Steve Ornest es el dueño del estudio donde hemos grabado todas las guitarras. Steve es maravilloso. Cuando escuchéis el disco lo vais a ver. Pedazo de productor e ingeniero musical. Un tío maravilloso también que conocimos porque mi bajista había grabado con él. Coincidimos en Las Vegas porque nosotros estábamos tocando y él estaba con Foreigner grabando el fin de gira para luego mezclarlo. Hablamos y quedamos. Y la verdad es que me ha encantado trabajar con él. Es un tipo que se desvive por el artista con el que está. Cuando tú vas con una idea o un concepto, él se entrega en cuerpo y alma. Te busca el tipo de amplificadores que mejor se adapta a lo que buscas. Hace que el proceso sea como un niño en una tienda de juguetes. Muchas veces el estudio es un coñazo para los artistas. Si embargo conmigo, que soy un poco cabra loca del sonido y que me encanta probar cosas, me dice que sí a todo. Entonces es maravilloso. Hicimos las guitarras, hicimos el piano y ha sido una pasada. En dos días metimos todas las guitarras.
Te he visto fotos en redes sociales con Sabrina Romero, una joven artista flamenca que canta, baila, toca, etc. ¿Qué buscas con Sabrina en tu disco?
JM: Siempre me ha atraído mucho esta idea. Yo para nada me considero un artista flamenco, aunque allí en Estados Unidos, en cuanto a la peña y como español, tocas un poquito de flamenco, la gente se vuelve loca. Pero esto es normal porque es lo exótico y lo raro. Es como si tú aquí escuchas a alguien cantando blues, pues te va a llamar la atención. Así que sí que llevaba tiempo que quería hacer una canción mezclando un poco rollo más étnico o algo así más andaluz. He estado cinco años detrás del tema, pues no quería el típico topicazo del copia y pega. Yo quería una canción que tuviera sentido, que tuviera un hilo conector, que tuviera pues un nudo y un desenlace. Entonces la compuse y empecé a grabarla, pero para la intro me llamaba más la voz de una mujer, De hecho la intro está en español y el resto del tema en inglés. Entonces, hablando con un amigo cordobés que vive en Los Ángeles, le comenté la posibilidad de hacer una colaboración con una cantaora que manejara bien el inglés. Y fue él entonces el que me dijo que esta chica Sabrina Romero era maravillosa. Me puse en contacto con ella y le di todo lo que tenía que hacer muy mascado pues solo tenía unas dos horas para grabarlo. Pero bueno, todo salió bien y el resultado es perfecto. El tema quedó con todo el dramatismo que yo quería darle, incluso con la guitarra flamenca.
¿Vas a grabar tú todas las cuerdas de tu nuevo trabajo? Cuando salgas a interpretarlo ¿ya tienes pensado de que músicos te acompañarás?
JM: Sí, sí, las voy a grabar yo. En cuanto a la gira me llevaré a los músicos que me han acompañado en esta gira reciente ya que han funciona bastante bien, salvo compromisos de última hora de la gente. En el formato que llevamos hay cuatro músicos con dos guitarras. Yo canto y toco una de las guitarras más el bajista y el batería. Yo disfruto mucho haciendo lo que hago. Compongo todo, me encanta grabar el bajo porque una vez que tengo el bajo y la batería ya sabes más o menos por donde va a ir la cosa.
Una de las preguntas típicas de que se hacen en las entrevistas es la de con qué parte del proceso te quedas: ¿con la creación? ¿con la grabación? ¿o con la exposición en directo?
JM: Depende. Por ejemplo, en este disco he disfrutado muchísimo con la creación, porque era como un cañón que me venía y no tenía filtros ni dudas para nada. De hecho tenía proyectado un par de temas y como iba bien de tiempo, empezaba a trastear cosas, a madurarlas y resulta que me salía finalmente otro tema. Pero yo creo que todo depende de la fase en la que estés. El directo mola mogollón. Pero yo creo que, si no hay complicaciones, la fase de gestación de las canciones es la más divertida. En el estudio por ejemplo, si se enquista la cosa, todo es un coñazo.
¿Es más fácil vivir del rock en EEUU que en España? ¿Se apoya más al rock allí que aquí?
JM: Pues estamos un poco igual. Es cierto que hay más escena, pero al final pasa lo de siempre. La gente dice que el rock ha muerto, pero a una banda grande la van a ver 80.000 personas. Pero la cultura de ir a ver bandas emergentes en garitos creo que también se está perdiendo. Es un poco complicado para los que son artistas nuevos el empezar a crecer. Sí, hay más territorio, pero también todo es mucho más caro. Girar allí es mucho más complicado, pero tienes una exposición más mundial. Despegar es casi igual de complejo que lo que escucho aquí de compañeros míos. También hay mucha oferta. Hoy en día está todo el mundo de gira.
¿Es el inglés la mejor lengua para cantar rock? ¿Por qué no tenemos más grupos españoles que canten en inglés?
JM: Yo creo que el castellano funciona tan bien como el inglés. En este disco hemos hecho un poquito de español y no me importaría hacer un poco más. Al final importa lo que transmitas. Fíjate, por ejemplo, en Los Héroes Del Silencio lo bien que funcionaron en otros países, o los Rammstein.
¿Qué grupo español les recomendarías a los americanos y que ellos no conozcan?
JM: Pues mira, nosotros en la furgoneta escuchamos un poquito de todo. O’funk’illo siempre deja a todo el mundo loco perdido. Pepe Bao colaboró en el disco anterior, hizo un tema y estos sevillanos son un clásico de la furgoneta. Ojos de Brujo también llamaba mucho la atención. O Hamlet también les mola, o los SA o Barón Rojo. Soziedad Alkoholika es un trallón de potencia en directo. También escuchamos cosas diferentes como Vetusta Morla. También les llama la atención porque es una banda que hace algo que allí tiene muchos adeptos.
¿Con qué se conformaría John de Mena en esto de la música?
JM: Que no me falten oportunidades y poder tener una carrera que me permita girar siempre. Es que todo esto me gusta desde que era pequeño. Me conformo con poder dar salida a todo lo que creo sin tener limitaciones.
La Factoría del Ritmo quiere agradecer a John de Mena y a la gente de Estudio Uno las facilidades dadas para poder llevar a cabo esta entrevista.
Videoclips de las canciones “Eternal Eyes”, “Dreams and lies” y “People are strange”:
Más información:
Web oficial: https://www.johndemena.com
Instagram oficial: https://www.instagram.com/johndemena/
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Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 26 (sección: ).