Retroviral: Sencillo de entender

El sueño de muchos aficionados al rock es montar su propia banda. Durante la juventud es un deseo que se siente con gran intensidad y algunos se lanzan a hacerlo realidad. Entre ellos unos pocos triunfan, otros lo mantienen como una actividad de ocio que les acompaña durante muchos años y para la gran mayoría es solo una experiencia fugaz que se recordará con cariño el resto de su vida.

Pero no son muchos los casos en los que ese deseo, sin haberlo materializado cuando las aburridas obligaciones de la vida adulta aún no han llegado, mantiene la fuerza suficiente para sortear los deberes laborales, familiares y de cualquier otro tipo, logrando conseguir el tiempo y los aliados necesarios para emprender la aventura.

En Cantabria se ha dado uno de esos extraños casos, cuando Óscar Silva decidió que no podían seguir pasando más tiempo sin darse la satisfacción de subirse a un escenario y sacarle partido a todo esas esas horas que había pasado aprendiendo a tocar la guitarra desde hacía ya muchos años.

Tiró de amigos cercanos, todos vinculados a su pueblo familiar, Villaverde de Pontones, o a la cercana localidad de Anero, y logró montar un quinteto con su primo Alfredo Jaime también tocando la guitarra, Imanol Epifanio al bajo y un cantante con experiencia en la tonada tradicional cántabra al que se debía reconvertir con urgencia, Fernando Martínez. El quinto elemento también sería un amigo, pero aún por descubrir y ganar como tal, pues tirando de contactos localizaron a otro músico ligado a la vecina localidad de Solares, Roberto Navarro, que tocaba la batería. Así, en 2018, esa banda, a la que se bautizó como Retroviral, fue una realidad y empezó a dar sus primeros conciertos.

En una primera etapa se dedicaron a hacer versiones de otros grupos. Un periodo muy útil, pues les permitió coger la soltura que cada músico necesitaba individualmente, afinar el conjunto y definir el estilo por el que apostarían, el rock independiente, además de perfilar su propia personalidad sonora.

Eso sí, una vez iniciado el proyecto, la maquinaría comenzó a funcionar a muy buen ritmo y solo unos meses después, a principios de 2019, ya se sintieron con la suficiente confianza como para crear los primeros cuatro temas de composición propia.

Desde entonces dieron algunas otras actuaciones, tuvieron que sortear la pandemia, fueron consolidando su sonido y las nuevas canciones fueron surgiendo, hasta que decidieron que había llegado el momento de entrar en el estudio y plasmar su música por primera vez en un disco.

Así, la pasada primavera, publicaron “Salto al vacío”, un mini-Lp con 7 canciones, superando por poco los 30 minutos de duración y que confirmó ese refrán popular de “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. En esas canciones suenan tormentas de guitarras que se sustentan en una sólida base rítmica, con un cantante que aporta una gran personalidad al conjunto con su voz, interpretando con convicción unas letras sugerentes, que no llegan a ser crípticas pero que dejan amplio espacio a la interpretación de cada oyente. Los temas fluyen, las melodías son memorables y los estribillos emocionan.

El disco se ha publicado en una tirada limitada en CD, ya agotada, y en streaming en las principales plataformas, incluyendo Spotify y Bandcamp.

Para conocer a esta nueva banda y los detalles que rodearon la gestación y grabación de su muy recomendable disco debut, les hemos hecho la siguiente entrevista:

Se hizo público el nacimiento de vuestro grupo en agosto de 2018 y tenemos entendido que el principal impulsor fue Óscar, uno de vuestros guitarristas, que se movía en el entorno musical y decidió montar su propia banda… ¿Cómo fueron esos momentos y qué te hizo dar el paso de poner en marcha tu propia aventura musical?

Que amante de la música no ha tenido alguna vez la insana pretensión de formar banda (risas), y por demás teniendo muchos amigos ya en bandas empujándome a ello.

Realmente fue una decisión que partió finalmente de la oportunidad, las piezas encajaron todas casi a la vez, mi regreso a las guitarras y la coincidencia temporal con el resto de la banda… digamos que vi el balón pasar y remate a portería.

Siempre quise tener esa experiencia, gozar de la melodía desde el otro lado y sobre todo vivir el proceso creativo. Ahora puedo asegurar que la realidad ha superado la expectativa, es un viaje tremendamente gratificante y con el plus de ser compartido.

¿Te resultó complicado encontrar músicos que sintieran afinidad con tus ideas y estuvieran dispuestos a enrolarse en el nuevo grupo?

Para nada, con Fro (Alfredo) fue sencillo, somos familia. Con Nando (voz) e Imanol (bajista) en aquel momento compartíamos equipo de fútbol, ambos tenían ya una pequeña experiencia musiquera y ya me habían sufrido en otros ámbitos (risas). Roberto (batería) es vecino del pueblo, no nos conocíamos directamente, fue el último en llegar, pero con mucha fuerza, nos aportó esa seguridad que nos faltaba y además un repertorio importante de chistes graciosos (risas).

Todo fue tremendamente fluido: intención, gustos musicales, rango de edades… y, principalmente, todo basado en una buena amistad y las ganas de disfrutar. Si lo pienso bien, parece que nos estábamos esperando unos a otros.

Vuestro cantante, Fernando, tenía cierta experiencia en la música tradicional, interpretando montañesas. Me gustaría que nos hablaseis sobre el bagaje previo de cada uno de los miembros de Retroviral antes de la fundación de la banda…

Esa es una tarea fácil ya que es casi nula la experiencia previa. Como bien dices, Fernando (voz) con la canción montañesa. Siempre le gusto e hizo sus “pinitos”. Al final pertenecemos a la zona rural y gozamos de nuestra identidad cultural.

De otro lado tenemos a Imanol (bajo). Es el que más experiencia atesora, ya que tuvo un proyecto junto a su hermano (Rodri), y eso se nota, aporta una gran consistencia a la banda.

El resto ha sido todo rollo personal, el sustentado por el aprendizaje instrumental propio de cada cual, ese ha sido el punto de partida.

¿Coincidíais los cinco miembros en algunas referencias o gustos musicales comunes? ¿Hay alguna banda que podáis considerar un referente y una fuente de inspiración para Retroviral?

Por supuesto, no creo que exista banda alguna que no tenga un punto de encuentro en cuanto a gustos musicales, me refiero en proyectos colectivos en los que todos aporten.

En nuestro caso son obvios, “Second” o “Viva Suecia”, quizás sean esos los puntos cardinales de Retroviral. Nos apasionan en la misma medida los temas que desprenden cierta tensión, que concluyan en estribillos pegadizos. Quizás ese sea el reto más evidente en la banda, y en ello estamos.

A partir de ahí, cada cual tiene su particular sensibilidad, por supuesto… son tantas las buenas bandas…nombrarlas sería un absurdo muy placentero.

Comenzasteis como banda de versiones, con algunas actuaciones en las que todo el repertorio era ajeno, pero enseguida, a noviembre de 2018, apenas cuatro meses desde el anuncio público de vuestra formación, informasteis que ya teníais vuestra primera canción… “Nada es eterno”. ¿Inicialmente la idea que teníais para la banda era dedicarse a la versiones o teníais muy claro que serías un grupo con vuestro propio repertorio?

Retroviral es un proyecto sencillo de entender donde no existen las autoimposiciones.

Quiero decir con esto que no nos obligamos absolutamente a nada más que a disfrutar en el camino. En un principio fueron las versiones, lo cual entendimos como algo necesario pero, al tiempo, premeditado en cada canción seleccionada y cuya prioridad era la diversión.

Pero el objetivo siempre fue enfrentarnos al reto de generar música propia, descubrir si teníamos esa capacidad y podíamos divertirnos con ello.

Muchos músicos, sobre todo de generaciones pasadas, me vienen a la memoria Jorge Ilegal y Julián Siniestro, defienden que dedicar un tiempo a tocar canciones de otros es una forma fantástica de aprender, forjarse como músico y descubrir las claves para escribir buenas canciones… ¿Qué habéis obtenido vosotros del hecho de aprender y tocar versiones? ¿Las habéis desterrado ya de vuestros directos o las combináis con vuestras canciones?

Le debemos mucho a las versiones en el sentido didáctico. Siendo unos recién llegados y con ninguna experiencia, ha sido básico para nosotros.

Al final representan el camino a seguir, todos eran temas sobresalientes en un aspecto u otro. Todas las bandas, consciente o inconscientemente, asumimos ciertos postulados sonoros. En nuestro caso es deliberado y no tenemos complejos a este respecto. Lo que nos gusta, lo defendemos.

Pero el objetivo de nuestra propuesta es la música propia. Otra cosa es que decidamos en algún directo disfrutar de algún temazo, claro.

A principios de 2019 ya teníais cuatro temas compuestos, que se pudieron escuchar en directo y hay grabaciones de ellos colgadas en Internet… pero no habéis incluido ninguna de ellas en vuestro primer disco en estudio… ¿sentís que pertenecen a una etapa ya superada? ¿o tal vez se graben más adelante?

Como decíamos, la evolución de la banda en este sentido ha sido bastante rápida. Por nuestros trabajos y familias, somos una banda que dispone de muy poco tiempo para el local de ensayo pero, en contrapartida y por suerte para nosotros, es terriblemente creativo.

Esto nos condiciona y creemos que es algo positivo. Es bastante habitual vernos en la situación de tener que deshacernos de temas e ideas o cambiar partes de temas ya finalizados.

En cualquier caso, nunca desechamos nada, y recuperar temas siempre está presente en nuestro vocabulario. Las buenas ideas nunca sobran.

Vuestro disco se abre con la misma canción que publicasteis en YouTube durante la pandemia, “Relámpagos de fe”, en abril de 2020. ¿Resultó complicado realizar esa grabación con cada músico en su propia casa?

Fácil no fue, no (risas). No estamos muy familiarizados con ciertas aplicaciones informáticas y el rollo audiovisual, pero resulto una experiencia chula y queríamos contribuir con algo lúdico al sentir social de aquellos días. Digamos que ha supuesto nuestra primera experiencia en términos técnicos. Ya sabes, edición de sonido y video, etc; todo suma en este mundillo.

Esa versión, a medio tiempo y relajada, con predominio de la sonoridad acústica, es bastante diferente de la tormentosa electricidad que caracteriza la versión del disco… ¿Vuestras canciones van mutando con el tiempo en arreglos y orientación sonora o esto es una excepción dada la singularidad de esa primera grabación que se puede escuchar en YouTube?

“Relampagos de Fe” es un tema que marca un punto de inflexión respecto de la exigencia compositiva y su desarrollo es muestra de ello. Su evolución de acústica a eléctrica y en esos arreglos que señalas, forman parte de la intención.

Y lo has clavado al definir “esa tormentosa electricidad”, pues esa es la piel de la canción y lo que pretendíamos transmitir al oyente…intensidad y vértigo…es complejo esto de la música y las emociones.

Pero sí, generalmente nunca damos por finalizado un tema, incluso estando cerrado, y sin en posteriores escuchas algún contenido no mola o no encaja con lo que se quiere decir, pues sin ningún apego lo quitamos de en medio.

¿Cómo es vuestra dinámica de composición de canciones? ¿Lleváis alguno de vosotros el peso principal de la creación de las nuevas piezas?

Tenemos un formato de trabajo totalmente abierto, aunque es habitual que Oscar (guitarra) traiga ya un tema, es muy pesado el tío (risas), y el resto de la banda haga sus aportes y cambios, que pueden ser estructurales o melódicos… vamos, que a veces es una carnicería y, otras, la cosa queda en cirugía.

Pero como digo, es un proceso “vivo”, en el que el punto de encuentro común prevalece incluso sobre quien aporte la idea. Esto hace que los temas sean más “ricos” y abiertos, algo de lo que somos muy conscientes. Que nuestro fuerte quizás sea la versatilidad y que los roles dentro de la banda se asocien tan estupendamente, es una suerte la verdad.

“Princesas y guerreras” es una canción cuya letra está inspirada en el nacimiento de la primera hija de Óscar. Eso sí, esto no es obvio en la letra. Algo que caracteriza a la mayoría de vuestras líricas, que se prestan a que el oyente haga sus propias interpretaciones, en base a las pistas que dan y las sensaciones que promueven los pasajes instrumentales… Óscar, ¿qué significa para ti esta canción? ¿te genera unos sentimientos especiales cuando la interpretáis en directo?

Que te voy a decir como padre (risas)…es algo que siempre tiene uno en mente, dedicar canciones a seres queridos… En mi caso fue vertiginoso, entré en mi pequeño cuarto de labor al día siguiente de llegar a casa juntos por primera vez. Cogí la guitarra y fluyó, incluso cuando tenía la cabeza en otro sitio, me dejé llevar y, de repente, tenía el tema instrumental entero… Creo que, si hubiera pretendido hacerlo de otra manera, aún estaría en ello tres años después. Estoy muy satisfecho del resultado, era justo lo que sentía en ese momento y disfruto cada vez que la tocamos… Me gusta la intensidad y emocionalidad, ese rollo “british”.

La canción que sí tiene una letra con un mensaje fácilmente identificable es “Generación VHS”, que es la pieza que más atractiva ha resultado para vuestros seguidores. Sin embargo, creo que no es vuestra favorita. ¿Qué creéis que tiene esta canción para que haya tenido esa especial acogida entre vuestro público?

Es un tema que representa lo que antes tratábamos de explicar de nuestro proceso creativo. La idea la trajo Oscar al local una tarde y sonaba más guitarrero, hasta que Imanol (bajo) cambió el orden de algunos de los acordes de la estrofa e introdujo una línea de bajo que, de inmediato, nos llevó a ese territorio pop. También la letra fue de la mano.

Se sale un poco del estándar que buscamos en el sonido de la banda, pero es claramente una canción asequible y cuya historia toca de cerca a todos los que vivimos los famosos y ahora envidiables años ochenta. Es disfrutona y pegadiza. Al final, la música tiene su razón de ser en la sencillez.

“Ego Sátvico” parece por un lado describir a una persona egoísta, con una vida ensimismada y en declive, y por otra parece sugerir la necesidad de revelarse ante las ataduras que imponen los demás… ¿Cuál es mensaje genuino que vosotros habéis plasmado en esa canción?

Habla justo de ambas cosas, de cómo una es consecuencia de la otra en este caso concreto, de que cierto ego desde su perspectiva espiritual (Ego Sátvico) es propio de personas creativas. Precisamente de este tipo de personaje habla la canción, de un artista en su apogeo y declive, de cómo se sirve de esa autoprotección que genera el ego para, justamente, revelarse sobre los convencionalismos.

El tema de las letras es quizás la parcela creativa que más nos cuesta desarrollar, pero al final cada banda tiene su forma de expresarse…véanse las letras de Vetusta Morla (risas).

¿Tenéis alguna canción por la que tengáis una especial debilidad y se pueda considerar vuestra favorita?

Definitivamente no. Cinco culos, cinco opiniones (risas). Si tuviéramos que escoger single no llegaríamos jamás a un acuerdo. Fernando y Oscar son los que más cerca puedan estar de esta idea con “Princesas y Guerreras” por disfrute en el directo. Ese tipo decisiones nos cuestan.

El disco lo grabasteis en el estudio Clave de Fa, con Kike Martínez. ¿Su función fue de técnico de sonido o también de productor musical? ¿Qué tal de contentos estáis con su trabajo?

Kike es amigo de la banda y un referente. Tiene mucha experiencia, ya sea en bandas, como músico profesional, profesor o técnico de sonido. Siempre nos hemos dirigido a él buscando consejo técnico así que, partiendo de esta posición, es fácil reconocer que nos sentimos cómodos con él.

En Clave de Fa también ensayamos y es nuestra “casa”. Marta, la responsable, es un regalo, la verdad. Toda la grabación se realizó allí y luego Kike le dio al proyecto su toque personal en su estudio y mezcla, si bien no realizó labores de producción propias y eso es algo que corregiremos de cara al próximo proyecto.

Al final, esto consiste en un aprendizaje continuo y reconocemos que hemos pasado ciertos aspectos por alto. Eso nos ha llevado a ser más exigentes con nosotros mismos.

La mezcla y masterización la realizó Carlos Hernández Nombela. ¿Qué nos podéis contar sobre su elección y la valoración que hacéis del resultado de su trabajo?

Carlos ha sido una suerte. Pensábamos en haberlo masterizado en la región, algo más sencillo como primer proyecto, pero somos muy fans de ciertas bandas y Carlos había trabajado con muchas de ellas. Así que dimos un paso al frente buscando ese enfoque que sólo alguien de su talento podía ofrecernos y aprovechar esta primera experiencia para aprender y hacer más asequibles y sólidos los temas.

Desde el primer contacto ya aportó y fue muy receptivo, algo que nos sorprendió, puesto que nosotros no dejamos de ser una banda emergente. Así que nos dejamos llevar en su consejo. El tío sabe un huevo y se nota en cada uno de sus trabajos. Si algo hemos sacado en claro es que volveremos a trabajar con él si tenemos la oportunidad. Es una persona respetuosa y humilde, le estamos muy agradecidos por la confianza que nos ha trasmitido.

Tenéis distribución digital en Internet, pero también lanzasteis una tirada física en CD. Me gustaría que nos hablaseis sobre el autor del arte del disco, Kioo.

Cuando decidimos hacer la grabación no tuvimos en cuenta todo lo que implicaba. Por pequeño que fuera el proyecto, este contenía muchas y necesarias tareas. Todo lo referente al audio era evidente y estaba planteado pero, llegado el momento del apartado visual, lanzamos un S.O.S. al que presto acudió Kioo (Chisco), un fotógrafo muy especial.

La verdad es que no teníamos ni la menor idea de cómo enfrentarlo y fue él, quien tras una pequeña tormenta de ideas, nos propuso los motivos finales… al final, es algo muy personal.

El proyecto quiere ser un reflejo o pequeño homenaje nuestro a la Cantabria interior y la de costa, y que, a la vez, represente a la banda en ese contexto. Una aún naciente y bastante inocente.

Kioo es una persona muy creativa y con experiencia, aunque era su primer trabajo en este ámbito musical. Puedo decir que hemos quedado plenamente satisfechos. Supo interpretarnos y eso, yo creo, que es lo más complejo de su labor. Volveremos a trabajar también con él, seguro.

¿Tenéis nuevas canciones? ¿Cuáles son los próximos proyectos de Retroviral?

Por supuesto (risas), de hecho, ya tenemos otro pequeño puñado de temas y ya te adelanto que formaran parte de otra futura publicación discográfica.

La experiencia que hemos acumulado en esta primera grabación, que también ha supuesto ese primer contacto con personas vinculadas a este mundo, ha sido tremendamente esclarecedora a la hora de plantear los temas en el local de ensayo. De hecho, nos ha cambiado la forma de trabajar.

Nuestro objetivo más inmediato es conformar un setlist que nos permita transmitir justo lo que queremos en directo. Sabemos que es una dura asignatura, pues como asiduos de conciertos de siempre y oyentes, es el directo ese campo de batalla donde una banda gana o pierde en su propuesta… ya queda menos.

Y nada más, salvo desearos mucha suerte con vuestra carrera musical y dejaros espacio para sí deseáis añadir algo más para nuestros lectores…

Agradecer a la Factoría del Ritmo la oportunidad de tener acceso a sus lectores y presentar nuestro trabajo. No dejéis la música abandonada amigos, ella nunca lo haría.

Videoclips de las canciones Videoclips de las canciones “Caminantes Blancos” y “Relampagos de Fe” (versión pandemia):

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