Su más reciente libro es una obra dedicada a glosar la evolución de una corriente cultural de excepcional importancia para el devenir de la música popular de las últimas décadas: “Historia del rap”.
Batería en varios grupos de la escena independiente, periodista en medios musicales y con una novela publicada, Ricky Lavado es un fiel seguidor de la escena Hip Hop desde hace muchos años, lo que le ha servido de base para afrontar la redacción del libro “Historia del Rap”, un volumen muy recomendable para lograr una visión global de la cultura Hip Hop y sus corrientes musicales, desde su gestación inicial hasta la actualidad.
El libro se ha publicado en RedBook Ediciones y en la siguiente entrevista repasamos la trayectoria del autor y el esfuerzo que ha supuesto la elaboración de esta obra:
Eres músico y también periodista, publicando en varios medios y con al menos dos libros. ¿Qué faceta profesional te produce más satisfacciones?
Son dos universos muy alejados entre sí, cada uno con sus satisfacciones y problemáticas propias. El impulso creativo y expresivo puede ser similar tanto en la creación musical como en la escritura, pero cada proyecto musical del que formo parte, así como cada uno de los libros que he publicado (uno con enfoque periodístico y el otro narrativo) responden a motivaciones e intereses diferentes.
Has tocado en un montón de bandas, como batería o percusionista. De algunas de las cuales tengo algunos discos (Standstill, The New Raemon) y otras las conozco por referencias y haber escucha canciones sueltas: Mi Capitán, The Secret Society, Nudozurdo… Me gustaría que nos hicieras un repaso breve a tu trayectoria musical…
Pues son bastantes años ya tocando en diferentes bandas y publicando discos. En el pasado he tocado en Standstill, The New Raemon y Nudozurdo, y actualmente estoy con Egon Soda y Mi Capitán tocando percusiones, y con Martín Guerra, The Secret Society, La Joya y Captagon a la batería.
¿Trabajas también como músico de sesión?
Ocasionalmente, pero no de forma profesional.
Has escrito en las revistas MondoSonoro e In&OutJazz. También en fanzines… ¿Sigues colaborando con medios escritos? ¿Cómo valoras el estado de la prensa musical a día de hoy?
Actualmente estoy colaborando regularmente con “In And Out Jazz” (inandout-jazz.es), una web muy interesante especializada en jazz; y también escribo en “Nuevo”.
Tu primer libro fue “Endora”, que no he tenido la oportunidad de leer aún. Si no estoy equivocado fue una novela… ¿Qué nos puedes contar sobre esta tu primera obra?
“Endora” es un conjunto de diecinueve relatos autobiográficos que publiqué en 2018 en la editorial Bandaáparte (bandaaparteditores.com), en los que se entremezclan recuerdos de infancia, anécdotas de viajes y experiencias relacionadas con el mundo de la música y las giras.
El segundo libro está dedicado a la historia del rap… Dado que eres músico en otros estilos musicales bastante alejados de la cultura Hip Hop, me gustaría que me hablases sobre tu relación con esta cultura y hasta qué punto su música forma parte de tu universo personal y de tus gustos…
Nunca he formada parte activa de la cultura Hip Hop, y no me he dedicado musicalmente nunca al rap, pero es un género que me apasiona desde siempre, y una cultura que me resulta muy interesante por mil motivos. Escucho rap desde jovenzuelo, y con los años mi interés no ha hecho más que crecer. Hay pocos géneros musicales, en mi opinión, que ofrezcan una riqueza estilística, estética y de contenidos tan vasta y heterogénea como el rap; como formulación más reciente del árbol genealógico de la tradición cultural afroamericana y su posterior expansión global como género en continua evolución y reinvención artística y conceptual. Creo que es un estilo capaz de incorporar en su ADN una larga tradición musical a la vez que muta constantemente en un continuo diálogo con su tiempo, manteniéndose relevante y vivo desde hace muchas décadas ya. Por otro lado, más allá de lo musical, me resulta apasionante el componente de clase y de calle sobre el que se edifican gran parte de los códigos esenciales de la cultura Hip Hop; unos códigos que articulan a través de la música contenidos relativos a la raza, el sexo, la política, el arte, la economía, la delincuencia o la clase social.
¿Cómo surgió la oportunidad de escribir este libro?
La propuesta surgió de la editorial Redbook para su colección Ma Non Troppo, y me pareció un reto tan interesante como divertido, así que acepté sin dudarlo.
¿Tuviste que dedicar mucho tiempo a documentarte o gran parte de lo que has escrito ya lo tenías bien controlado desde un inicio?
Hay muchas cosas actuales sobre las que tuve que documentarme, y evidentemente en el momento en el que empecé a desarrollar el plan básico del libro surgieron mil contenidos que no conocía lo suficiente. Buceé en corrientes y temáticas que conocía superficialmente, y hubo también mucho tiempo de criba y esquematización en los terrenos que me eran más familiares.
En el libro repasas una cantidad ingente de música… ¿Has escuchado todos esos artistas que citas y todos esos discos que recomiendas?
Sí claro, la vergüenza y el respeto al lector me impedirían escribir sobre algo que desconozco.
Aunque citas a una infinidad de artistas, también hay algunos nombres de importancia que se han quedado fuera… Entiendo que es algo inevitable, para no extender el libro a un número de páginas muy superior a lo que esperaba la editorial. ¿Qué criterios has seguido para sacrificar esos artistas que no han entrado?
El objetivo principal del libro es ofrecer una serie de coordenadas (temporales, estilísticas y conceptuales) para obtener una visión de conjunto del desarrollo de la cultura Hip Hop y la música Rap, sin intenciones completistas. Los criterios seguidos en cada contexto a la hora de seleccionar nombres concretos han sido muchos y muy variados; repercusión comercial, impacto cultural, actitud, estética, innovación, técnica, polémicas, perdurabilidad en el tiempo, influencia en el posterior desarrollo del estilo, temáticas tratadas… siempre con un compromiso de honestidad para dejar en segundo plano mis gustos y opiniones personales.
Personalmente uno que me llamado la atención no ver citado es La Puta Opepé… ¿Qué opinión te merece este grupo y la posterior trayectoria de El Hermano Ele?
Cito a La Puta Opepé en el libro (página 228). Seguramente el nombre más destacado que han producido las islas baleares dentro del rap. Me parece una banda interesante, que formó parte de un momento muy importante dentro del desarrollo del rap en España; un momento de explosión y expansión del género en nuestro país que llevó al estilo a cotas de popularidad altísimas. En la segunda mitad de los noventa vivimos un asentamiento definitivo del rap español como escuela propia con la aparición de un montón de bandas y discos que, pese a caracterizarse entre otras cosas por una uniformidad general de sonido, estética y contenido, sirvieron para convertir a la escena rap en un género sólido con una industria propia asociada.
La música ligada a la cultura Hip Hop ha evolucionado muchísimo, hasta el punto que en cierto momento se optó por emplear el término “música urbana”, para referirse a un montón de derivados o estilos entremezclados entre el rap y otros géneros… En el libro eres bastante abierto y recoges textos sobre artistas de trap o reggaetón. ¿Cómo describirías la relación entre la esencia original de la cultura Hip Hop y todas las tendencias artísticas, no solo musicales, en las que ha derivado con los años? ¿Pusiste algún limite al acoger derivados en el libro?
Una de las cosas que me parecen más interesantes del rap como género musical es su permeabilidad a la hora de asimilar e incorporar elementos de muchos otros géneros. Desde sus inicios el rap ha recibido influencias tanto del funk como del jazz, por poner dos ejemplos, y ha construido códigos propios mediante la relectura de esas influencias. De igual forma, el rap ha sido en sí mismo una influencia fundamental en el desarrollo de otros estilos al incorporarse al rock, el metal o la música electrónica. El rap metal o el grime son ejemplos de estilos que, naciendo del rap, evolucionan hacia formulaciones propias que mantienen elementos de conexión (estéticos y de sonido) con la cultura hip hop pero acaban desarrollándose de forma independiente. Con el cajón de sastre de la “música urbana” pasa un poco lo mismo. El reguetón, primero, y el trap después, nacen como reformulación de algunas convenciones de la cultura hip hop, a modo de evolución, y poco a poco desarrollan códigos propios que forjan estilos independientes.
¿Qué tal acogida está teniendo el libro?
Estoy muy contento, la verdad. He recibido opiniones muy positivas y cariñosas desde su publicación, tanto por parte de lectores como por muchos medios de comunicación, así que supongo que el objetivo está cumplido.
¿Tienes proyectado algún nuevo libro?
Siempre tengo un par o tres de ideas dando vueltas en la cabeza. Ya veremos hacia dónde me dirijo la próxima vez.
¿Tienes algún proyecto musical en la actualidad o próximamente que te gustaría destacar?
Con Egon Soda acabamos de publicar disco nuevo (“Bellaurora”), y en los próximos meses nos dedicaremos a presentarlo por España lo máximo posible. Justo mientras escribo esto estamos también inmersos en la grabación de un ep de Martín Guerra que esperamos salga a la luz en los próximos meses también. Tanto Captagon como La Joya tenemos discos grabados que también se publicarán en un futuro próximo.
Y nada más, salvo desearte mucha suerte con el libro y dejarte espacio por si quieres contar algo más a nuestros lectores…
Muchísimas gracias por el interés.
Más información:
Ricky Lavado en Instagram: https://www.instagram.com/rickylarvado
Redbook Ediciones: https://redbookediciones.com/
Este artículo fue publicado originalmente en La Factoría del Ritmo Número 26 (sección: ).