En el año 1992 nació el festival Pirineos Sur, una idea impulsada por la Diputación de Huesca que tenía por finalidad la promoción del turismo del Valle de Tena y el Serrablo, pero que tuvo el acierto de explotar una magnífica propuesta: crear un festival dedicado a la llamada “world music”.
Tal vez en un principio podía parecer arriesgado, apostar por música minoritaria en un lugar relativamente apartado, pero con XIII años de existencia el festival se ha consolidado y cuenta con una buena reputación, tanto en nuestro país como fuera de él, formando parte del “European Forum of the Worldwide Music Festivals”.
La edición de éste año se ha celebrado entre los días 9 y 31 de julio, contando con medio centenar de artistas y más de veinte espectáculos desarrollados en tres escenarios diferentes: el Auditorio Natural de Lanuza, el Polideportivo de Sallent de Gállego y la Residencia de Panticosa.
Además, en esta ocasión el festival estaba especialmente dedicado a la música de Sahel, una zona africana que se encuentra entre el Sahara y las tierras fértiles del sur. Un ámbito geográfico especialmente fructífero desde el punto de vista musical y del que se acogieron representantes de Mauritania, Mali, Níge, Cabo Verde, Senegal y Burkina Faso.
Precisamente a una de éstas jornada asistimos un equipo de La Factoría del Ritmo. Fue el día 21, en el que el grupo Saaba (de Burkina Faso), ofreció un magnífico recital, donde una música eminentemente rítmica, con un destacado protagonismo de los tambores pero con una nada desdeñable componente vocal, servía de soporte para el desarrollo de unas espectaculares danzas ejecutadas por dos bailarines y tres bailarinas. El espectáculo resultaba realmente vistoso y descriptivo… resultando evidente que muchas de las coreografías representaban diversas actividades de la vida cotidiana, del pasado se supone, en la tierra de los artistas.
Un buen concierto, y espectáculo de danza, que sin embargo contó con un publico bastante reducido… entorno a las 300 personas.
Por lo demás, en nuestra jornada en el festival, pudimos constatar que el paraje donde se desarrolla el evento, y todos los alrededores, es un lugar de fascinante belleza. Muy recomendable para visitar independientemente del Pirineos Sur.
También nos dimos una vuelva por el mercadillo, una agrupación de puestos donde se vendían objetos de artesanía, instrumentos musicales hechos a mano y ropa y adornos inspirados en la tradición de distintos países.
También había varios chiringuitos donde refrescarse y aplacar el hambre… Algo que nos sorprendió fue que, entre tanto “buen rollo” y estética “enrollada”, los precios fueran para quitar el hipo y los bocadillos para dejar con hambre. En fin… algo que debiera cuidar la organización, para que quienes se acercan a al festival no se sientan timados y repitan. Algo que es esencial, si tenemos en cuenta que los conciertos se celebran a lo largo de tres semanas.
Con todo, un festival altamente recomendable, celebrado en una zona de gran belleza.
Puedes saber más sobre el festival visitando su página web oficial:
Artículo por: F-MHop y Encarna Sánchez
Fotos por F-MHop
(Fecha de publicación: 17/06/2004)
Sobre los autores del artículo:
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